Fábula
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Una tortuga a una águila rogaba la enseñase a volar; así la hablab… «Con sólo que me des cuatro leccio… ligera volaré por las regiones; ya remontando el vuelo
Llevado de la dulce melodía del cantico variado y delicioso que en un bosque frondoso las aves forman saludando al día, entró cierta mañana
Érase una Gallina que ponía un huevo de oro al dueño cada día. Aun con tanta ganancia mal content… quiso el rico avariento descubrir de una vez la mina de or…
Un lobo se quejó criminalmente de que una zorra astuta lo robase. El mono juez, como ella lo negase, dejolos alegar prolijamente. Enterado, pronuncia la sentencia:
Con varios ademanes horrorosos Los montes de parir dieron señales… Consintieron los hombres temerosos Ver nacer los abortos más fatales. Después que con bramidos espantoso…
Dos ranas que vivían juntamente, En un verano ardiente Se quedaron en seco en su laguna. Saltando aquí y allí, llegó la una A la orilla de un pozo.
Uno de los corderos mamantones, que para los glotones se crían sin salir jamás al prado, estando en la cabaña muy cerrado, vio por una rendija de la puerta,
Un maldito gorrión así decía a una liebre, que una águila oprim… «¡No eres tú tan ligera, que si el perro te sigue en la car… lo acarician y alaban como al cabo
Sin duda alguna que se hubiera aho… un lobo con un hueso atragantado, si a la sazón no pasa una cigüeña. El paciente la ve, hácela seña; llega, y ejecutiva,
Marramaquiz, gran gato, De nariz roma, pero largo olfato, Se metió en una casa de Ratones. En uno de sus lóbregos rincones Puso su alojamiento;
Después de haber corrido cierto danzante mono por cantones y plazas, de ciudad en ciudad, el mundo todo… logró, dice la historia,
A las tristes palomas un milano, sin poderlas pillar, seguía en van… mas él a todas horas servía de lacayo a estas señoras. Un día, en fin, hambriento e ingen…
Salió cierta mañana Zapaquilda al tejado con un collar de grana, de pelo y cascabeles adornado. Al ver tal maravilla,
Tenían dos ranas sus pastos vecinos, una en un estanque, otra en un camino. Cierto día a ésta
A un buen cojo un descortés insultó atrevidamente. Oyolo pacientemente, continuando su carrera, cuando al son de la cojera