Fábula
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En un atolladero el carro se atascó de Juan Regaña… él a nada se mueve ni se amaña; pero jura muy bien: gran carretero… A Hércules invocó; y el dios le d…
Con inminente riesgo de la vida un ciervo se escapó de la batida, y en la quinta cercana de repente se metió en el establo incautament… Dícele un buey: «¿Ignoras, desdic…
Un asno disfrazado con una grande piel de león andaba… Por su temible aspecto casi estaba desierto el bosque, solitario el p… Pero quiso el destino
Una fresca mañana, En el florido campo Un Poeta buscaba Las delicias de mayo. Al peso de las flores
¿A qué pena condenas a tu brazo, bárbaro ejecutor de tal porrazo?" “Al que obra con malicia, le respondió el varón prudentement… rigorosa justicia
Anarda la bella tenía un amigo con quien consultaba todos sus caprichos: Colores de moda,
Todo el pueblo, admirado, estaba en una plaza amontonado, y en medio se empinaba un titerero… enseñando una bolsa sin dinero. «Pase de mano en mano, les decía;
Meditando a sus solas cierto día un pensador filósofo decía: «El jardín adornado de mil flores, y diferentes árboles mayores, con su fruta sabrosa enriquecidos,
Un perro muy pero muy flaco, se alejó de su aldea en busca de comida. De repente un lobo lo sorprendió distraído y lo apresó para comérselo. Entonces el perro dijo: —¿Para qué me quier...
Al que ostenta valimiento cuando su poder es tal, que ni influye en bien ni en mal, le quiero contar un cuento. En una larga jornada
A una tortuga una águila arrebata: la ladrona se apura y desbarata por hacerla pedazos, ya que no con la garra, a picotazo… Viéndola una corneja en tal faena,
En la rama de un árbol, bien ufano y contento, con un queso en el pico, estaba el señor Cuervo. Del olor atraído
Apacentando un Joven su ganado, gritó desde la cima de un collado: «¡Favor!, que viene el lobo, labra… Éstos, abandonando sus labores, acuden prontamente,
El tiempo, que consume de hora en… los fuertes murallones elevados, y lo mismo devora montes agigantados, a un raposo quitó de día en día
Salió cierta mañana Zapaquilda al tejado con un collar de grana, de pelo y cascabeles adornado. Al ver tal maravilla,