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Tierra seca, tierra quieta de noches inmensas. (Viento en el olivar,
Las alegres fiebres huyeron a las… y el judío empujó la verja con el… de la lechuga. Los niños de Cristo dormían, y el agua era una paloma,
En la mañana verde, quería ser corazón. Corazón. Y en la tarde madura quería ser ruiseñor.
Ya te vemos dormida. Tu barca es de madera por la orill… Blanca princesa de nunca. ¡Duerme por la noche oscura! Cuerpo y tierra de nieve.
Odian la sombra del pájaro sobre el pleamar de la blanca meji… y el conflicto de luz y viento en el salón de la nieve fría. Odian la flecha sin cuerpo,
¿Cómo fue? —Una grieta en la mejilla. ¡Eso es todo! Una uña que aprieta el tallo. Un alfiler que bucea
Debajo de las multiplicaciones hay una gota de sangre de pato. Debajo de las divisiones hay una gota de sangre de marinero… Debajo de las sumas, un río de san…
Pero como el amor los saeteros están ciegos. Sobre la noche verde, las saetas,
Entre italiano y flamenco, ¿cómo cantaría aquel Silverio? La densa miel de Italia
Duérmete, niñito mío, que tu madre no está en casa; que se la llevó la Virgen de compañera a su casa.
Sobre el cielo negro, culebrinas amarillas. Vine a este mundo con ojos y me voy sin ellos. ¡Señor del mayor dolor!
En el café de Chinitas dijo Paquiro a su hermano: «Soy más valiente que tú, más torero y más gitano». En el café de Chinitas
Enrique, Emilio, Lorenzo. Estaban los tres helados: Enrique por el mundo de las camas;
Me miré en tus ojos pensando en tu alma. Adelfa blanca. Me miré en tus ojos pensando en tu boca.