#EscritoresAndaluces #EscritoresEspañoles #EscritoresGranadinos #Generación27 #LibroDePoemas (1918-1920)
Bajo el Moisés del incienso, adormecida. Ojos de toro te miraban. Tu rosario llovía. Con ese traje de profunda seda,
Cuando yo me muera, enterradme con mi guitarra bajo la arena. Cuando yo me muera, entre los naranjos
La muchacha dorada se bañaba en el agua y el agua se doraba. Las algas y las ramas en sombra la asombraban
Sobre el monte pelado un calvario. Agua clara y olivos centenarios. Por las callejas
Virgen con miriñaque, virgen de Soledad, abierta como un inmenso tulipán. En tu barco de luces
Por una vereda venía Don Pedro. ¡Ay cómo lloraba el caballero! Montado en un ágil
La primera vez no te conocí. La segunda, sí. Dime si el aire te lo dice.
Tierra seca, tierra quieta de noches inmensas. (Viento en el olivar,
Agua, ¿dónde vas? Riyendo voy por el río a las orillas del mar. Mar, ¿adónde vas? Río arriba voy buscando
Nadie comprendía el perfume de la oscura magnolia de tu vientr… Nadie sabía que martirizabas un colibrí de amor entre los dient… Mil caballitos persas se dormían
Fresquísimas violas. Bandadas de rubores levantados por este don de lágrimas que enlaz… la muchedumbre de las viejecillas con la niña y el niño de mi frente…
Cayó una hoja y dos y tres. Por la luna nadaba un pez. El agua duerme una hora
La mano crispada como una Medusa ciega el ojo doliente del candil. As de bastos.
Cisne redondo en el río, ojo de las catedrales, alba fingida en las hojas soy; ¡no podrán escaparse! ¿Quién se oculta? ¿Quién solloza