Caricamento in corso...

poemas viejos #4

América del Norte es un trozo de tierra.
América del Norte es una estrella muerta, o eso se vería desde el cielo
(nadie se atreve a subir a mirar desde el cielo).
La Tierra es una gran fábrica de vida y Norteamérica es
el vertedero en el que acaba todo eso tóxico, que brilla,
que enamoraría a quien viera su fulgor desde demasiado lejos.
 
Hay una euforia enferma en los que viajan, sin pensarlo,
a la tierra de los sueños.
La niña rubia con la cara de jaula ha arrasado la fortuna de sus padres
con el fuego de su querer.
Nueva York retumbante se refleja como polvo duro
en las monedas pulidas de sus ojos.
Aquí volveré a ver la luz, aquí volveré a ver la luz,
la iluminación eléctrica me alcanza y me cubre
como un manto divino,
si estoy destinada a algo, será a esto.
 
El padre más triste en la historia del Hambre
ha agotado sus opciones en el pequeño mundo y, cuando cruza la línea,
mata cualquier parte de sí que anhele quedarse al otro lado.
La vida es así. La vida es así, y yo YA NO PUEDO MAS.
Mis ojos han abarcado la inmensidad negra de las eras,
pero la vida es así, y estoy cansado.
La gente al pasar les da mordiscos
a las mejillas rosadas de mis hijas,
pero la vida es así, la vida es así, y
si vamos a morir de algo, será de esto.
 
El alma que se lleva a cuestas la nobleza del arte del Este es tan vieja
que ya no se acuerda ni de su nombre, y es triste,
es tan triste que la oscuridad se la come en la última planta
de un edificio hecho trizas,
y cuando maldice por lo bajo lo hace así:
I’d never felt grief as sharp as this,
like a scorching steel knife that cuts right through me.
I am butter now, it makes sense to think like that.
I get spread out, thin and easy to handle, and then,
calmly, I am eaten, I am useful, I am grateful.
My friends ask me why I’m grateful when they call, and I say
... why? Why wouldn’t I be?
Why wouldn’t I rather be useful than lively,
in a place like this?
If I have to be a thing, then,
I might as well be it.
 
Allá al Oeste se esconde, a puerta cerrada,
un gran androide de hierro que sale cuando la gente duerme.
Algunos le piensan, inconscientemente, y le ven
en las pequeñas señas del cielo.
¡Son los Otros, son los Otros! ¡Ya no estamos solos!
pero somos nosotros, somos nosotros, y estamos solos,
y la gran maquinaria viva se alza en las noches sin luna,
con sus luces de colores y sus ojos imposibles que podrían arrasar
ciudades enteras, con determinación.
Un hombre vestido de traje pulsa el botón y le dice:
Vamos allá, compañero,
es hora de hacer historia, es hora de destruir
hasta el último reducto de verde.
Y entonces comienza el show.
Nuestro monstruo secreto no piensa
pero si lo hiciera diría, con un pájaro quemado entre las manos:
Las cosas que se mueven no deberían dejar de moverse
por mi abrazo, qué alto grita la quietud de este mundo cuando está lleno
solo de células muertas.
Me odio, inconscientemente,
me odio incluso sin saber lo que el odio es.
Si hubiera de adivinar por qué, diría que será por esto.

Altre opere di Evan álvarez Alba...



Top