Oda Lluvia de Rosas
¡Oh, lluvia de rosas, bendición celestial,
caes del cielo como un regalo especial!
Tus pétalos suaves, tan delicados y finos,
transforman el paisaje en un jardín divino.
Desciendes en susurros desde las alturas,
bañando la tierra con tus fragantes dulzuras.
Cada rosa, un corazón que se despliega,
llenando el mundo de amor y belleza.
Tu lluvia de rosas, un espectáculo sin par,
pintando el aire con tonos de ensueño y mar.
Las gotas se deslizan como lágrimas de amor,
embriagando los sentidos con su esplendor.
En cada pétalo caído, un sueño se desliza,
un deseo hecho realidad, una promesa cumplida.
La lluvia de rosas, un símbolo de esperanza,
que abraza los corazones y despierta la confianza.
Tu fragancia envuelve el paisaje en un abrazo,
despertando emociones, como un canto al ocaso.
Cada rosa, un suspiro de amor y gratitud,
un mensaje silencioso que trasciende la virtud.
Oh, lluvia de rosas, en tu caída celestial,
inspiras poetas y pintores, por igual.
Tu efímera belleza, un recordatorio eterno,
de que la belleza y el amor siempre son tiernos.
Que tus pétalos de amor se esparzan por doquier,
y que la lluvia de rosas nos haga florecer.
Que en cada gota, se encienda una llama,
de pasión y compasión, que el mundo reclama.
Oh, lluvia de rosas, regalo de la naturaleza,
tu presencia nos llena de gozo y pureza.
Que sigas cayendo con tu gracia celestial,
y que tus rosas adornen nuestro caminar terrenal.
Celebremos tu lluvia, con gratitud y alegría,
tejiendo un manto de amor en cada día.
¡Lluvia de rosas, bendición divina y bella,
gracias por llenar el mundo de magia y centellas!
