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El primer velo era blanco y se desprendió suavemente, como nube llevada por la brisa. Rosa-lila, el segundo –ceniza sobre rosas–. Y como una rosa, se deshojó en el aire. Un tercer velo ...
Yo soñaba en clasificar el Bien y el Mal, como los sabios clasifican las mariposas: Yo sonaba en clavar el Bien y el… en el obscuro terciopelo
No emplumaron tus sueños y ya quie… Y es que ellos se conocen las alas…
Cuando revuelvo el brazo no estrecho, rompo el lazo. Ya sólo un camino breve busco: El que de ti me lleve. ¡Con qué agua te apagaré!...
No es verdad que haya flores sin p…
Son estos ojos míos los que me amarran al paisaje de mi ventana. Son mis oídos los que me impiden oír la música que no se oye con oídos. Son estos pies los que me obligan a afirmarme en...
Todavía puedes poner tu dedo y tap… Todavía. Todavía, si tú me dices que está c…
Yérguense entre la espuma de las o… como a través de un desgarrado enc… y en tropel van subiendo —antes qu… la marea—por los peñascos... Solas,
Alguien exprimió un zumo de fruta negra en mi alma: Quedé amarga y sombría como niebla y retama. Nadie toque mi pan,
Como todos los niños, cuando yo lo era, solía preguntar a mi madre de dónde me habían traído... Y como todas las madres, fabricaba la mía para contestarme, una tierra de leyenda o escog...
Ayúdame, Señor, a ser lo que Tú h… O déjame saber que no lo has queri…
¡Cuántos pájaros ahogados en mi sangre, sin estrenar sus alas en el aire de Dios, sin acertar un hueco hacia la luz! Los esperaba la misma inmensidad del cielo, el libre espacio de las ...
Donde tú estás, están la paz y el… No más noches de lluvia ni alborad… Tus fríos pies están fuera del mun… se quedaron colgando por el borde del mundo... Y en tus manos, siemp…
¡Cómo se ha llenado de ti la soled… La soledad me huele a ti como si e… ¡Cómo está llena de ti la soledad,…
Cuando yo era niña, mi madre, siguiendo una tierna tradición entre las festividades religiosas, gustaba de enviarme por el mes de mayo a ofrecer flores a la Virgen María en la vieja igl...