POESÍA JAPONESA
Esas cercetas van comiendo gusanos. Casi es otoño.
Me muerde con rabia, odio esta memoria que me está matando, sangran recuerdos, entre paredes sucias.
¿A qué me huele el amor cuando estoy enamorada? Me huele a vino y a rosas con un perfume de sándalos. Me huele a día y a sol,
Si quieres tocarme hazlo de verdad no te quedes a medias, mira, como cimbreo la cintura, mira, como mis caderas te llaman. Acércate a mí, quiero ver tus ojos…
Tus muslos fuertes como las column… tus pechos de pezones rosáceos; de mármol blanco su piel rezuman leche que como un riachuelo recorren
Recuerdos me vienen de cuando fuiste mío ahora muero al pensarte en aquel bosque. Tú me hacías versos
Luces de noche disfrazan los canales, de enamorados. Guido Borelli. Ocaso de oro
Caminando por Gran Vía en Granada, de pronto te vi, mi cuerpo se estremeció, mis ojos cambiaron de color, al rojo pasión, vi sangre en el agua, ¿cómo puedo amarte así, después de lo que...
Desolación. En el silencio el hada de los bosques ¿Nos quieres aún Gaia? mi destrucción
Solo quiero morder tu cuello susurrarte al oído “te quiero” mojar en tu saliva mis labios, sentir tu lengua acariciándolos. Besar tu ombligo
Camino por la calle, como una loca voy detrás de ti. Acompaso mis andares, y mis dedos se estiran,
Para vivir solo tengo que sentir t… para vivir, me basta respirarte, para vivir solo necesito aspirar l… que traes impregnada en tu piel, por qué tu eres esas fragancias qu…
Tallaré poemas en tu alma en tinta roja versos sentidos, mis palabras te pertenecen allí las dejo para siempre escritos de amor y deseo.
Sonríes, suspiro de deseo al mirar tu boca de labios gruesos. Me coges por la cintura, noto tu urgencia, tu sexo,
Serpiente en árbol entre flores y ramas tentación roja Hojas del árbol mirada de felino