POESÍA JAPONESA
El velo blanco cubre la cara pálida, de ojos zafiros. En su mirar aletea el silencio,
Día otoñal caen las hojas ocres. Se oye ladrar. Se ríe el niño arrancando las flores.
Me late fuerte el pulso al contemplarte desnudo mi corazón está disparado solo con tocar tu boca ardo de amor y deseo.
¿Por qué me dejaste ir? ¿Por qué no agarraste mis pies y los clavaste en la hierba? Yo, te oías llorar, entre mis lágr… quise volver, pero no podía.
“Las personas ya no pueden volar”… Nos han quitado las alas, nos han atado a grandes bloques de… Nos han hecho seres iguales vestimos igual, seguimos las tende…
Magia Que tu dedos llenen mi cuerpo de magia. Que tu voz cristalina, me susurre al oído que siempre me amarás.
Guía de marinos árboles en la Alhambra fresca mañana marcador de las costas faro imponente
La luz de la luna ilumina tu cuerpo de espaldas miré con absoluta ansía de tenerte de poseer cada centímetro tuyo esas piernas fuertes
Te fuiste sin mirar atrás te dio igual romperme el corazón siempre creí que éramos felices pero fingías. Ahora miro mis cicatrices
Tú estás en todos mis cielos y eres todos a la vez, y en mi firmamento me siento, me detengo, para no olvidarme nunc… que estás.
Cobarde y maldito amor me rompiste en mil pedazos ¿Cómo extirpar el dolor? De aquellos tristes rechazos. De una imagen sin color,
SON DOS Son dos mujeres la seda se desliza ¿se puede querer más? Tanto que duele
Estoy cayendo tu mano ya no me sujeta, hoy tengo la tristeza besando mi boca, el cuervo me observa
Pétalos rosas Mariposa posada center lengua libando Haiku
Si solo lo viera en tus ojos aquel tiempo en el que besabas mis pestañas, en el que bendecías mis entrañas.