Yo no bajaré a la tumba convertida… ni un sólo diente de mi boca se ha… Las carnes en mi cuerpo tienen su… y ágil en su tallo se yergue la ca… yo iré a la muerte pero con el lab…
Queda, suave, evanescente me alejaré una noche, como una sonámbula que se siente atraída por la cara de la luna. Nadie oirá mis pasos, sutilmente
Afuera ruge el viento. Tu cabeza… en mis piernas. la noche se entretiene en ronda de… Aguas desbarrancadas cortan narcis… para adornar la tumba de tanto páj…
Madre o hermana mía, taciturna y h… que has hecho luminosa tu pobre so… que suavizaste el quejido y acalla… y ofreces a los tristes tu sombra… Quiero que me lleves en tu barca s…
Quisiera regalarte un pedazo de mi… hoy florecida como la primavera. Un relámpago de color que detuvier… —brazo de mar de olas inasibles — la ebriedad de mis pies frutales
Amargura, soy tu recipiente labios y pulso, marcados tengo; mi desvelado sueño, mi goce triste… amargura, de ti provienen. El rostro, inimitable máscara,
Insomnio del que escucha con qué golpe tan seco caen los cuerpos en la tierra. ¡Y cuántos están cayendo!
Yo sé que atrás se quedará mi rost… pero que mi voz estará siempre en… que no hay tumba para la férvida p… y mucho menos para el canto que va… Clementina Suárez
Nárrome en días y noches como si yo misma escuchara mi voz o ella remota viniera a mí escapada del círculo de su eco. Duele su grito ahogado en el deses…
Hoy, si acaso el mar existiera el mar sería un río negro. Hoy cuando yo digo mar es como si dijera sangre.
El tiempo ha pasado sobre mi cuerp… y ha hecho que mis tobillos pierda… y los pasos se vuelvan lentos e in… que los días, las horas, vayan cer… y que sonámbula, me dejen transita…
Afuera ruge el viento. Tu cabeza está en mis piernas. la noche se entretiene en ronda de… Aguas desbarrancadas cortan narcis… para adornar la tumba de tanto páj…
Amor salvaje. ¡Qué bien estás, desgarrándome toda! Amor salvaje. ¡Qué bien estás,
Enfilada y firme espero la hora que desamarre todos los obstáculos y me aviente a los mares de la luc… con la alegre capacidad
Pudo ser. pero estaba la espina, eterna enemiga de la rosa. Y sola, sin orillas, la perdida corola de mi sueño.