#EscritoresEspañoles Carolina Coronado
¡Gracias, señor, gracias mil! ¡Ah siglo... dichosa suerte! Ya nuestra edad se convierte en bella edad infantil. Ya en vez de los lagrimones
¡Salve, rayo del sol de primavera por densas nubes fúlgido rompiendo… Brilló su luz primera, la tierra embelleciendo!— Mostró su faz, y de la blanca sier…
Libre será la voz, fuerte el alien… sonoro el instrumento que vuestro canto, Alfonso, han so… cuando torpe y doliente la humanidad presente
Lágrima viva de la fresca aurora, a quien la mustia flor la vida deb… y el prado ansioso entre el follaj… gota que el sol con sus reflejos d… Que en la tez de las flores seduct…
El bueno, el justo, el santo, nos da dulce convite, alcemos nuestro canto de eterna gratitud: por este pan suave
Adiós, el que caminas a hundirte en lo pasado: mis ojos con tristeza te ven desparecer; Tus días a mi vida,
¿También, nueva cantora, el arpa juvenil cubres de luto? ¿Tú desconsoladora a la musa, que llora, rindes también tributo
No lo toméis a consejo, pues vos para aconsejado y yo para consejera inútiles somos ambos: vos, señor, porque contáis
Ángela, melancólica mi alma hacia tus brazos encamina el vuelo ansiosa de encontrar en ellos calm… Que, siempre son los ángeles del c… ésos que nos arrullan blandamente
Bien se conoce que es ciega del álbum la dueña. Cuando el que escribe se empeña en ponérselo al revés. Y aunque un álbum contrahecho
Cuando la luz de la tarde en occidente se apaga, y la reina de las sombras con ligero paso avanza; En esas horas tranquilas,
Corona ciñe el triunfador guerrero ¡Ay! ¡más corona a las naciones ca… es ésa que la gloria le prepara con la punta sangrienta de su acer… Tú, modelo del noble caballero,
Chispa de luz que fija en lo infin… absorbes mi asombrado pensamiento, tu origen, tu existencia, tu eleme… menos alcanzo cuanto más medito. Si eres ardiente, inamovible hogue…
No es posible, Señor, que a quien… no vuelvas la mirada enternecido; pasión ninguna el corazón inflama que tu aliento, Señor, no haya enc… no es posible, Señor, que quien me…
Las que sintáis, por dicha, algún… del numen sacro y bello, que anima la dulcísima poesía, oíd: no injustamente su inspiración naciente