#EscritoresMexicanos De: Entreacto
Es que alguna mañana despertamos, y ya no padecemos por lo que tanto ha muerto. Nos vamos poco a poco cubriendo en polvo de oro
No la noche. Ni el telegrama urgente. Ni las ojeras grises. Ni las plazas en llamas. El amor es un lirio
Lo que la mar arroja no son únicamente iniquidades. de cuando en cuando el tiempo se amotina para corporeizar nuestros ensueños…
Hay un abismo blanco en todo lo qu… y un enorme vacío para llenar el m… un insondable pozo de inocentes pa… y arrecifes de estrellas junto a t… Hay puentes de magnolias en todas…
Saludable será que nuestro cuerpo reconozca sus límites hasta encauzar sus vértigos, que nuestro cuerpo vaya por los la… pretendiendo flotar,
Dejaste de contar con la sorpresa o sin duda fue ella quien dejó de asomarse por los huecos del tiempo. Dejaste de atisbar a la sorpresa
Para decir azul no es necesario tener el cielo entre las manos, basta lavar el alma cada día y arrancar al amor lo extraordinar… Para excavar la luz ya no es preci…
Sin palabras quiero guardarte, sin memoria, sin espectros, sin ningún más allá que nos pregun… sin ningún más acá que nos contest… Guardarte elemental y simplemente
Si no viene hoy te sacaré de tu sombrero cordobés como si fuera un palomo de alas ní… Si no vienes hoy arrojaré tus cart… para mirarlos destrozados por la h…
¿Serás la música mañana o serás simplemente el fugitivo huésped de la canción? ¿Serás el esencial y adormecido lirio de la palabra?
Eres solo el reflejo del reflejo de otro espejo que está dentro de tí. Y el más oculto de tus espejos
Mi mano en el espejo es algo más que un paso derrotándome la carne. Brillan sus cinco dagas temerosas como excavando letras vírgenes en la cera imantada del silencio.
En mi aposento tengo un prisionero que no soy yo, que no eres tú, que no es aquel que nos rompió los… por fabricar collares.
Como te decía, mi pequeña Mariana… Al único que no hemos podido inter… ¿Se refería tal vez a que los sueñ… Eso, mi querida Mariana, presient…
Y si supieras sólo la mitad de lo que le he contado hoy a mi a… ya no protegerías mis pupilas del gusano del mundo, ni serpearías entre largas sombras