En las bibliotecas de la buena memoria,
como fruto maduro,
cae una pregunta:
¨ ¿Qué sabe el poema? Nada¨.
Y los estantes sucios,
de polvo y argot
Asienten en silencio
la respuesta.
Que cae sobre el tajo abierto
de un pensamiento,
que supura y duele como una herida.
Juan, escarba la herida
con una birome,
para abrir otra más grande.
El poeta ¿que sabe? Sabe lo que no
dejaron ni dejan saber