“Un timo a la felicidad”
Noviembre 06/2019
Septiembre, octubre, miles de hojas nos cubren. ¡LLegó el otoño!
Ese viejo árbol que yace junto al río no puede erguirse. La corriente lo inclina pero a su raíz, ¡no!
El rayo abruma y al cesar la tormenta, ¡lloran los sauces!
El dolor es inevitable, pero, ¿y el sufrimiento? ¿Debemos aprender a convivir con él?
Un pensamiento sólido es poderoso si es coherente. Puede cambiar la historia y hasta nuestro destino.
¡Dios! me arrepiento, a ellos pido perdón, Tú, ¿me ayudaste? Fui tan frágil, tan débil sobre todo, tan sola.
Corro sin cesar y el rugir del viento me golpea. Los sauces implacables y desafiantes,
¡Ella no sabía! que esa frustración la llevaría consigo tanto tiempo. Una inesperada y dolorosa
Canta el Jilguero en su vuelo ondulado. Son sus gorjeos tan dulces y animados que deleitan la vida.
Por favor, ven y rompe este silencio que me ensordece.
Si los suspiros mueren en el oído de quien los causa, la vida fuera mucho más bella y placentera.
Siento tu risa como ese eco distante que se aleja en la frialdad de cada invierno. Y tu voz...
Miro al espejo más, no me reconozco y sonreí. No era yo, es una imagen que sólo me contempla.
La vieja mecedora, languidece en u… “Todos la miran y nadie la ve” Ni siquiera con el aura de recuerd… Aquella vieja mecedora arropó a mu… Fue testigo y confidente de alegrí…
Te di la vida y te amo como nadie. Quiero tenerte, saberte cada día, darte siempre mi abrazo.