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a b c d f g l m n p q r s t u Tutti
Otero

Blas de Otero Muñoz (Bilbao, 15 de marzo de 1916 - Majadahonda (Madrid), 29 de junio de 1979) fue uno de los principales representantes de la poesía social de los años cincuenta en España. Infancia, de Bilbao a Madrid: 1916 – 1933 Blas de Otero nació el 15 de marzo de 1916 en Bilbao.1 A los 7 años entró en el colegio de Juana Whitney, madre de María de Maeztu; el preparatorio e ingreso de Bachillerato lo estudiaría en un colegio de jesuitas. Su casa era para él refugio y remanso de paz, un microuniverso mitificado de tranquilidad y juegos, habitado por él mismo, sus padres, su hermano y su institutriz, mademoiselle Isabel.2 Por el contrario, el colegio representaba una suerte de infierno represor para el niño. Tres años después, la familia quedó en la ruina y decidieron mudarse a Madrid a fin de tratar de remediar la situación y allí descubrió su propia identidad. En este ambiente empezó a escribir. Cuando tenía 13 años murió su hermano, tres años mayor que él, Tres años después falleció su padre. El carácter alegre por naturaleza de Blas de Otero se agrió; se volvió introvertido y pesimista. A esta edad empezó su obsesión por la muerte. En 1931 comenzó la licenciatura de Derecho; poco después tuvo que abandonarla para volver a Bilbao con su familia. La situación de ruina se había agravado tras la desaparición del padre, lo que impuso el regreso a la ciudad natal. Juventud, de "Alea" a "Nuestralia": 1933 – 1944 Ya de vuelta en Bilbao, Blas de Otero se encontró con que debía llevar adelante a la familia, a la vez que cursaba por libre sus estudios de Derecho. La situación supuso demasiado peso para su frágil estabilidad emocional, que se quebró. El joven Otero empezó a padecer serias crisis nerviosas. Encontró tres apoyos para mantenerse cuerdo: la religión, la amistad y el arte. Su vida religiosa, por aquel entonces, era muy intensa. Miembro de la Federación Vizcaína de Estudiantes Católicos, congregante de Los Luises de San Estanislao de Kostka... Incluso firmaba sus poemas en aquel entonces como “Blas de Otero, C.M.”: Congregante Mariano. Empezó a publicar su poesía por esos años: unos versos claramente marcados por su creencia religiosa e influenciados por los místicos españoles y la literatura cristiana: las Baladitas humildes, publicadas en la revista jesuítica de Los Luises. También comenzó a moverse en los ambientes artísticos de su ciudad; junto a un grupo de amigos creó distintos grupos poéticos: en un primer momento "Los Luises"; después vendría "Alea" y finalmente "Nuestralia", su particular torre de cristal. Aunque fue uno de los padres de "Alea", no era uno de los más asiduos, posiblemente por su espíritu solitario. "Alea" fue, en principio, tertulia artística y punto de encuentro para intelectuales de toda índole. Después de la Guerra Civil comenzó a interesarse en la publicación de la obra de sus miembros: en Cuadernos de Alea apareció Cántico espiritual, su primera obra de cierta extensión. Más tarde vendría "Nuestralia", un núcleo cerrado formado por Blas de Otero y otros cuatro amigos. Como grupo tuvo corta vida pero gran intensidad, y fue importantísimo para la consolidación poética de Otero. Gracias a su influencia comenzó a experimentar con recursos expresivos desconocidos. Estaban marcados por su fervor religioso: sus influencias oscilaban entre los místicos, Juan Ramón Jiménez y la Generación del 27, pasando por poetas tan dispares como Rabindranath Tagore, Miguel Hernández y César Vallejo. Acostumbraban a citar y recitar versos en sus reuniones: muy posiblemente, en este tiempo adoptó Blas de Otero el que había de ser uno de sus recursos más interesantes: la intertextualidad. El poeta se debatía entre su vocación poética, que le exigía una vida bohemia, y la necesidad de trabajar para mantener a su familia. En 1935 acabó Derecho en Zaragoza; poco después empezó la Guerra Civil, que pasó para él sin pena ni gloria. En 1941 comenzó a trabajar como asesor jurídico a la vez que veía crecer su prestigio como escritor. En 1943, incapaz de soportar el conflicto con su vocación, volvió a Madrid para matricularse en Filosofía y Letras, con el plan de emular a otros poetas-profesores y ganar cátedra de Literatura. Sin embargo, la Universidad no era el lugar de erudición e intercambio cultural que él esperaba; defraudado, regresó a Bilbao cuando su hermana mayor (que sustentaba a la familia) enfermó y no pudo seguir trabajando. Embargado por un terrible sentimiento de culpa por haber dejado atrás a su madre y a sus hermanas, que de él necesitaban (lo cual le supuso siempre un gran cargo de conciencia) quemó todos sus poemas como expiación. A partir de entonces se dedicó a enseñar Derecho por lo particular y a preparar oposiciones. Afirmación de la vocación poética: 1944 – 1955 En 1945 sufrió una terrible crisis depresiva que lo llevó a recluirse en el sanatorio de Usúrbil. Durante esta crisis se destruyó su bucólica visión de la amistad, su firme posición religiosa y su cándida valoración poética. Sin embargo, encontró en la creación artística su mejor terapia. En estos años nacieron, casi íntegramente, las tres obras de su ciclo existencial: Ángel fieramente humano, Redoble de conciencia y Ancia. Seleccionando poemas inéditos, junto a otros publicados en diversas revistas de la época, salió Ángel fieramente humano, obra que presentó al premio Adonais. Le fue negado el premio, al parecer por cuestiones de heterodoxia religiosa. En 1950, sin embargo, ganó el premio Boscán con Redoble de Conciencia. En 1950 conoció en París a la actriz y poeta vasca Tachia Quintanar, con quien mantuvo una buena amistad durante toda su vida. Desde 1955 ya fue considerado uno de los grandes poetas de la posguerra. Su poética cambió de rumbo, pasando de ser afirmativa a interrogativa, inquiriendo al mismo Dios. Sólo aparecen en ella dos personas: "yo", el poeta; y "tú", Dios. El "yo", solitario y sufriente, busca un "tú" para dialogar y sólo encuentra el silencio. Como resultado del fracaso de esta búsqueda (que era poética, pero también vital) se impone la confirmación de una nueva fe. Del existencialismo al coexistencialismo: 1955 – 1964 La soledad de Blas de Otero crecía con su prestigio. Su búsqueda de un "tú" con el que dialogar había fracasado. No obstante, encontró una manera de mitigar su soledad: el encuentro con los otros, ser hombre entre los hombres. Así apareció el "nosotros" en su poesía: un cambio en su poética que no sólo significó una nueva dimensión en su obra, sino también el descubrimiento de la solidaridad humana, que terminó con su crisis y le devolvió la paz espiritual. La poesía del desarraigo pasó a ser poesía del encuentro. Ayudaron a este giro de timón sus nuevas amistades, poetas y artistas del grupo bilbaíno y nombres importantes del Instituto Cisneros, que lo encaminaron a "la inmensa mayoría". Por aquel entonces, su prestigio había crecido tanto que empezaba a ser estudiado por los eruditos (Dámaso Alonso, Alarcos...), a aparecer en antologías, ser protagonista de monografías, artículos y ensayos y ganar todos los premios importantes de su época. Su extraño sentimiento hacia España, de amor y repulsión a la vez, lo llevó al autoexilio en París. Allí accedió a los círculos comunistas e incluso se afilió en 1952 al Partido Comunista por afinidad, si no política, sin duda ideológica: en él veía cristalizados sus ideales humanistas. Asumió el marxismo que le otorgó una explicación global del hombre en la historia. El descubrimiento de un prisma filosófico y vital alternativo al dominante en la España de la época le llenó de satisfacción. En París se fraguó Pido la paz y la palabra desde su nueva fe en el género humano: el verso se había convertido en una herramienta para tratar de cambiar el mundo. Si el odio lo había llevado lejos de España, el amor le hizo volver: la gran añoranza que sentía por su tierra le hizo sumirse en nuevas crisis emocionales y depresivas. A finales del mismo año regresó con la firme convicción de conocer a fondo su país y tratar con el pueblo llano. Convivió y trabajó con mineros; recorrió los pueblos del interior de Castilla y León, sin apenas dinero, viviendo del trabajo y de lo que le ofrecían los amigos que iba haciendo por el camino. El compromiso que adquirió con la gente de a pie le empujó a terminar Pido la paz y la palabra y a escribir En castellano. Entre 1956 y 1959 vivió en Barcelona, donde frecuentó los grupos artísticos locales. Allí le censuraron En castellano, pero publicó Ancia, resultado de la suma de Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia, más algunos poemas nuevos. Aunque se sitúe cronológicamente en la época social de su poesía, la temática corresponde a la época anterior, para la que sirvió de epílogo y broche final. Ancia ganó el Premio de la Crítica en 1958 y el Premio Fastenrath en 1961. En 1960 viajó a la URSS y China invitado por la Sociedad Internacional de Escritores. Por esta época se publicaron (siempre fuera de España por culpa de la censura) Esto no es un libro (Puerto Rico, 1963) y Que trata de España (París, 1964). En 1964 se trasladó a Cuba, donde le fue concedido el Premio Casa de las Américas. Allí conoció a la cubana divorciada Yolanda Pina, con la que se casó. Durante tres años vivió en La Habana con ella; en 1967 se divorció y regresó a Madrid, donde reanudó la antigua amistad y el amor con Sabina de la Cruz. Su relación con ella duró hasta la muerte del poeta y le dio la estabilidad definitiva. Fueron días de paz espiritual, tranquilidad emocional y pasión creadora. Últimos años: 1964 – 1979 Durante esta época publicó numerosas antologías recopiladas por él mismo, además de libros con nuevos versos. También se dedica a pulir los antiguos; es por esto que hay numerosas variantes de su poesía. Su enfrentamiento con el franquismo, al que había visto nacer, crecer y morir, fue constante. Anheló y cantó la democracia durante 40 años; luchó por ella, e incluso apareció en mítines, conferencias y recitales en las primeras elecciones. Sin embargo, no llegó a ver completamente realizado su sueño. El 29 de junio de 1979 murió en Majadahonda (Madrid) de una embolia pulmonar, habiendo cumplido con sus preceptos vitales y al final de una larga búsqueda, vital pero también poética. Obra poética Etapa religiosa La poesía religiosa de Blas de Otero se encuadra en sus primeros años de vida, alrededor de 1935, en la época en la cual aún era católico creyente y practicante. La producción poética de estos años no es muy abundante, e incluso el poeta renegó de ella años después y situó el inicio de su creación poética en Ángel fieramente humano, dado que había dejado de comulgar con los preceptos clericales y cristianos de estos poemas. Se plantea la duda de si hay que darle importancia a esta etapa como tal o no; si habría, quizá, que considerarla tan sólo una suerte de práctica poética para lo que habría de venir después. Sin embargo, no debe olvidarse que lo que produce la poesía existencial de Blas de Otero es, precisamente, su pérdida de fe: es decir, el fracaso de los temas de su primera etapa y la oposición con estos. Así pues, resulta imprescindible tratar también esta etapa, que si bien no tiene tanta importancia como las demás por sí sola, resulta clave para la posterior evolución poética. Sin contar numerosos poemas sueltos, muchos de los cuales vieron la luz en diversas publicaciones de la época, la única obra de esta etapa es Cántico espiritual. Se trata de un poema de amor a lo divino, siguiendo los preceptos de la poesía religiosa castellana y, concretamente, de la mística. Su estructura es cuatripartita: una "Dedicatoria" inicial en forma de soneto; una "Introducción" de 189 endecasílabos libres; “Liras”, compuesta por 10 liras; y el "Final", dos villancicos y dos sonetos. A lo largo de la "Introducción", la forma habitual es un diálogo de amor abierto entre el "yo" del poeta y un "tú" divino. El "yo" es un amante deseoso de recibir al amado; en su presencia se desencadena una reacción paradójica de inmensa felicidad e intenso dolor. La paradoja como figura retórica, como en toda la poesía mística, cobra una gran importancia: se recurre a ella para tratar de expresar lo inefable. El amor divino es un sentimiento que da la vida, pero provoca dolor y sufrimiento. El amante se entrega a él sin condiciones ni miedo: su corazón es un "blanco", una "diana", y el amor es una "flecha"; también es un "surco" que recibe la semilla de Dios para dar vida: la vid y la espiga, símbolos del sacramento de la Comunión y también del mismo Cristo. En la unión entre el hombre y Dios, el poeta participa de su eternidad divina. Pero estas ansias de unión, estos anhelos no se ven realizados: son una aspiración, un deseo ferviente que provocará dolor hasta que no se cumpla. Y no se cumple porque el hombre es mitad cuerpo y mitad alma: y en ese binomio, sólo el conocimiento puede servir para acercarse a Dios. Pero ese acercamiento siempre será imperfecto y superficial, dado que, si viene de los sentidos, estos sólo son capaces de captar las apariencias y la superficialidad; y si viene de la razón, será un conocimiento parcial y mediatizado. Así pues, Dios es inalcanzable, incognoscible: el Absoluto, aunque se manifieste en las cosas concretas, no es alcanzable por el saber del hombre, porque sus modos de conocimiento son, por definición, insuficientes. La única manera que le queda es, pues, la fe: el abandono al sentimiento puro. El "yo" se manifiesta desvalido, en lucha entre la ascensión y la caída, la gracia y el pecado, y sólo Dios puede darle la tabla de salvación que necesita. La divinidad da sentido a la vida y ayuda a superar las limitaciones y defectos: así se impone la vía purgativa en la poesía de Otero, puesto que Dios no puede aceptar a un ser imperfecto junto a él o convertirse a su vez en imperfecto sin contradecir su esencia de perfección absoluta. Es el hombre quien debe buscar a Dios. El hombre, aislado y solo, llama a Dios y aviva su deseo de no ser más incompleto: así se pasa a la vía iluminativa, en la cual se acerca la presencia de Dios y se inicia un diálogo de unión. Sin embargo, la súplica no se realiza. El Cántico espiritual muestra un proceso de desarrollo místico a través de la vía purgativa e iluminativa, pero inconcluso, sin la unitiva. La unión mística no llega a realizarse, pero aparece una alternativa. La unión con el absoluto se cristaliza en la creación poética: ya que parece imposible alcanzar a Dios, se encuentra cierta salvación en la propia poesía. La vivencia religiosa se convierte en experiencia estética. En las "Liras" se manifiesta el nacimiento y la realización de este acto estético, como respuesta a la eterna lucha interior del hombre entre la realidad y los sueños, la luz y la oscuridad, la eternidad y la nimiedad que están dentro del corazón de cada hombre. La poesía, igual que la fe, eleva al hombre desde sus imperfecciones y lo conduce hasta convertirlo en algo mejor: A través de la poesía, por tanto, se puede acceder a los umbrales de la plenitud. La vivencia de perfección se realiza en una experiencia estética que nace de una vivencia religiosa. Se trata de una prédica de la salvación humana en la misma poesía: la religión es el principio del proceso y no su culminación. El "Final" da un giro a la temática al volver a colocar la salvación humana en Dios. Sin embargo, una vez más no aparece la vía unitiva: la única manera de alcanzar la unión con Dios es la muerte. En esta vida sólo se puede aspirar a vivir la gracia y sentir la presencia divina. Etapa existencial A la época existencialista de Blas de Otero corresponden los títulos Ángel fieramente humano (1950), Redoble de conciencia (1951) y Ancia (1958). Antes de entrar en consideraciones acerca de la poesía existencialista oteriana es conveniente explicar qué es el existencialismo, movimiento filosófico en el que se basa y cuyos preceptos recoge para conformar la estructura temática de su obra. El existencialismo tiene su antecedente a finales del siglo XVII, con Pascal, aunque nace de manos del filósofo danés Sören Kierkegaard y se desarrolla principalmente en el período de entre guerras. Básicamente, postula que existe una gran diferencia entre "ser" y "existir". "Ser" es un hecho pasivo: los objetos "son", porque no protagonizan ninguna acción; en todo caso son receptores de ellas, no pueden elegir su propio destino. Son lo que son en sí, sin posibilidad de cambiarse a sí mismos. Sin embargo, el hombre "existe": no tiene por qué coincidir con lo que es, puede cambiar su propio ser con sus decisiones. Es lo dinámico (el hombre) frente a lo estático (los objetos, lo inanimado). El hombre se caracteriza por tener finitud espacial y estar contenido en una contingencia temporal: es decir, tiene un cuerpo mortal (en esto es una crítica del "ser" concebido como eternidad). Así pues, el hombre no sólo "existe", sino que además debe hacerlo. En el existencialismo hay una defensa de la vivencia subjetiva por encima de la objetividad pura, como respuesta a la filosofía de Hegel que creía en la posibilidad de un conocimiento racional, objetivo y puro de todas las cosas del mundo. Es por esto que se postula el individualismo moral: cada uno debe ser responsable de sus propias acciones y decidir su código ético. No existe, pues, ninguna base objetiva para defender las decisiones morales; el mayor bien para un individuo es encontrar su propia y única vocación. Se trata de una crítica a los “más allá” metafísicos para centrarse en el "más acá"; una alternativa a las filosofías que analizan el conocimiento objetivo y las concepciones sistemáticas del mundo para centrarse en el hombre, en su vida y su muerte. Una corriente importantísima dentro del existencialismo, y que probablemente marca más que ninguna otra la poética oteriana, es la iniciada por Jean Paul Sartre: una filosofía primordialmente moral, que denuncia el compromiso del hombre con su propia libertad. No existe una predestinación, no hay dioses ni almas: cada uno es responsable de sus propios actos, está solo, sin más. Ese sentimiento de soledad existencial es uno de los pilares de esta etapa poética de Otero. El existencialismo sartriano se inscribe dentro del marxismo, difiriendo de éste en una negación de todo totalitarismo: el hombre debe tener libertad para ser lo que le parezca. En Blas de Otero el existencialismo aparece en una etapa de transición, como respuesta a la crisis espiritual de 1945 durante la cual pierde la fe. A través de ella llega a lo que será el estadio definitivo de su poética, la poesía social. Sin embargo, esta etapa tiene entidad propia y valor de por sí. Tras los intentos de unión mística de la etapa religiosa, el yo poético se queda solo y comienza la búsqueda agónica de una nueva fe o una razón para vivir. El hombre es un ser destinado a la muerte en un contexto de desolación y ruinas; ansioso por sobrevivir, por no perderse en la nada, busca a Dios. Lo que antes era una llamada ahora es una pregunta a gritos. Sin embargo, sólo obtiene silencio como respuesta; en ese silencio su corazón se llena de miedo, miedo a la muerte que le aprisiona y le condena a que todas las cosas que está haciendo no sirvan para nada. En esta poética, al igual que en la anterior, hay sólo dos personas: yo (el poeta) y tú (Dios). Pero los papeles han cambiado: el tú está ausente. Cansado de gritar sin respuesta, el yo vuelve su mirada hacia su propio interior y lo encuentra destruido, roto, arruinado, como una ciudad arrasada por una guerra. Busca en la poesía la salvación humana, algo que integre la plenitud vital con la humanidad mortal. Tampoco en su propio interior está la respuesta que alivie el terrible sufrimiento de la voz del poeta. Al hacerse consciente de su propia tragedia, el yo reconoce la existencia de otros hombres con el mismo problema que él. Tras un largo proceso de búsqueda poética, que va del "tú" al "yo" y del "yo" a "los demás", empieza a vislumbrar la salida del largo túnel: no hay que renunciar a nada por una vida futura ni hay que negar la propia humanidad. Lo que debe hacerse es aceptar el propio destino, y así encontrar un nuevo absoluto de vida. De este modo halla dos tablas de salvación: el amor y la poesía. El tema del amor en Blas de Otero está presente a lo largo de toda su obra con distintas manifestaciones: hacia Dios, hacia la mujer, hacia el prójimo; su poesía es a veces espiritual, otras carnal y otras humana, pero ante todo amorosa. El amor espiritual aparece sobre todo en su primera etapa; el humano, en la tercera. El amor carnal se muestra durante toda su obra poética, pero es sobre todo durante la época existencial en la cual sirve de puente que conecta el amor hacia lo Absoluto con el amor hacia lo mundano; es una de las herramientas líricas que llevan a la voz del poeta hasta la solidaridad con sus semejantes. El amor que siente el poeta busca un destinatario a quien poder ser entregado por entero; pero el amor divino sólo le devuelve silencio; el carnal es temporal y se termina; sin embargo, el amor al prójimo, que empieza a intuirse, parece ofrecer lo que el yo está buscando. Gracias a esa intuición el poeta es capaz, tras aceptar su propia finitud y sus limitaciones, de dirigir su mirada hacia los demás y crear una nueva persona poética: el "nosotros" que configurará la tercera y última época de su poesía. Las tres obras existencialistas de Blas de Otero mantienen una misma línea temática, con idéntico punto de partida, desarrollo y meta, aunque distinto tratamiento de los mismos asuntos, cierta graduación de contenidos y, sobre todo, distinta estructura. Ángel fieramente humano consta de 18 sonetos y 16 composiciones libres o semilibres; en general, los poemas que lo componen mantienen cierto clasicismo formal. Su estructura es de introducción (presentando el problema existencial y el estado anímico del poeta), desarrollo (la búsqueda poética de una nueva razón vital) y conclusión (hay que aceptar la propia mortalidad; el hombre tiene valor de por sí, y es a él y no a Dios a quien debe dirigirse la poesía). Redoble de conciencia consta de 14 sonetos y 8 composiciones libres o semilibres. Esta obra también está marcada por el clasicismo formal y tiene una estructura casi equivalente a la de Ángel fieramente humano. Ancia está compuesto por 32 de los poemas de Ángel fieramente humano, todos los de Redoble de conciencia y 49 poemas nuevos. La estructura también es tripartita, pero el distinto orden en que aparecen las composiciones ofrece una lectura distinta: la introducción reitera la defensa de un personaje colectivo, y el epílogo la aceptación de la naturaleza del hombre en general y el poeta en particular. El desarrollo está dividido en cuatro partes: la primera desarrolla el enfrentamiento entre el hombre y Dios; la segunda trata la salvación del hombre en el amor de la mujer; la tercera desmitifica e ironiza sobre la religión; la cuarta intensifica la realidad histórico-política del poeta, España y Europa. En Ancia se refuerzan las cuestiones humanistas y se debilita el planteamiento de los problemas metafísicos y teológicos: es la proclamación de la postura poética a favor del hombre. En cuanto a la forma, aunque siguen apareciendo poemas de corte tradicional y clasicista, hay otras composiciones de nueva tipología: poemas en prosa y versículos y poemillas breves (pareados, aforismos, chistes...). Etapa social El principal paso que da la poesía existencial para volverse social es el cambio de persona, del "yo" al "nosotros". El poeta, aceptada su condición humana, encuentra su sitio entre el resto de seres humanos, y halla también una razón vital: la solidaridad humana, la búsqueda de un mundo mejor a través de la poesía. El poeta defiende la utopía humanista porque ya no tiene una fe religiosa: no hay un Más Allá perfecto al que aspirar, pero, aunque el hombre esté condenado a venir de la nada y caminar hacia ella, se debe luchar para conseguir que su vida sea digna y feliz. El poeta se convierte en un profeta que señala los errores del presente para conseguir superarlos y acceder a un futuro mejor; Otero aún está obsesionado con los valores absolutos, pero ahora los busca en el presente histórico. Así pues, se distinguen tres tiempos poéticos: * El pasado histórico: expectativas de trascendencia y eternidad; época de conflicto interno, de búsqueda interior. Significa rechazo y negación por el fracaso total de las antiguas concepciones del mundo; también implica autodestrucción, porque la religiosidad exigía al hombre renunciar a su propia humanidad. * El presente histórico: tiempo en el que transcurre principalmente la poesía social. Aparecen tres elementos claves: el "yo" poético (existencial y profético); el hombre en su contexto histórico; la doctrina poética, la ideología. Ésta es la tríada temática principal. El yo poético proclama su propia humanidad y finitud, su pertenencia al género humano; después habla del hombre en general, su situación en el mundo, su contexto, los defectos de la sociedad en que habita; finalmente predica su propia doctrina, la salvación a través de la poesía. * El futuro utópico: es la ilusión que justifica el trabajo y el esfuerzo del presente. La ideología del trabajo solidario no se sustenta en su entrega, sino en los futuros logros. Llegar a la utopía es difícil porque hay una lucha impidiéndolo: la del pasado histórico que trata de permanecer y el presente que debe romper con el pasado para posibilitar un cambio. Es la confrontación arquetípica entre la sombra (identificada con todo lo negativo, con el pasado) y la luz (que representa todo lo positivo, el futuro). En el futuro utópico están los valores absolutos de la paz, la justicia, la libertad... La poesía social oteriana reclama un hombre en paz en un mundo justo y libre. La ideología comunista en la poesía de Blas de Otero se convierte en un medio para el fin de su doctrina poética. Formalmente, la poesía social de Blas de Otero presenta rasgos propios muy marcados. Otero maneja a la perfección todas las posibilidades expresivas, desde los recursos más tradicionales al experimentalismo lingüístico más complejo; utiliza el verso libre, el versículo y formas semilibres; aparecen en su obra versos académicos y vanguardistas; prosa y verso; algunos, largos poemas, frente a otros brevísimos, como el conocido dístico "Poética", el poema más breve en lengua castellana. A título general, podría decirse que hay una tendencia a modelos cada vez más libres según el orden de composición: Pido la paz y la palabra y En castellano son más tradicionales que Que trata de España. Bibliografía de Blas de Otero Libros de poesía * Cuatro poemas, Editor J. Díaz Jácome, 1941. * Cántico espiritual, Cuadernos del Grupo Alea, San Sebastián, 1942. * Ángel fieramente humano, Ínsula, Madrid, 1950. * Redoble de conciencia, Instituto de Estudios Hispánicos, Barcelona, 1951. * Pido la paz y la palabra, Ediciones Cantalapiedra, Torrelavega (Santander), 1955. * Ancia, Editor Alberto Puig, Barcelona, 1958 [prólogo de Dámaso Alonso]. * Parler clair / En castellano, Pierre Seghers, París, 1959 [edición bilingüe de Claude Couffon]. * En castellano, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1960. * Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia, Losada, Buenos Aires, 1960. * Que trata de España, Editorial R.M., 1964 [edición castigada]. * Que trata de España, Ruedo Ibérico, París, 1964. * Historias fingidas y verdaderas, Alfaguara, Madrid, 1970. * Pido la paz y la palabra, Lumen, Barcelona, 1975 [introducción de José Batlló, primera edición completa en España]. * En castellano, Lumen, Barcelona, 1977 [primera edición en España]. * Que trata de España, Visor, Madrid, 1977 [primera edición completa en España]. * Hojas de Madrid con La galerna, Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores, Barcelona, 2010 Recopilaciones * Con la inmensa mayoría, Losada, Buenos Aires, 1960 [con Pido la paz y la palabra y En castellano]. * Hacia la inmensa mayoría, Losada, Buenos Aires, 1962 [con Ángel fieramente humano, Redoble de conciencia, Pido la paz y la palabra y En castellano]. * Que trata de España, Editora Nacional de Cuba, La Habana, 1964 [con Pido la paz y la palabra, En castellano y Que trata de España]. Antologías * Antología (y notas), Mensajes de Poesía, Vigo, 1952. * Esto no es un libro, Universidad de Puerto Rico, Río Piedras, 1963. * Expresión y reunión (1941-1969), Alfaguara, Madrid, 1969.Reedición (1981) * Mientras, Javalambre, Zaragoza, 1970. * País (1955-1970), Plaza y Janés, Barcelona, 1971 [prólogo de José Luis Cano]. * Verso y prosa, Cátedra, Madrid, 1974 [edición del autor]. * Todos mis sonetos, Turner, Madrid, 1977 [prólogo de Sabina de la Cruz]. * Poesía con nombres, Alianza, Madrid, 1977. * Antología poética, Bibliotex, Bilbao, 2002 [introducción de Pablo González de Langarika]. Inéditos * Poesía e historia. * Nuevas historias fingidas y verdaderas. Referencias wikipedia - http://es.wikipedia.org/wiki/Blas_de_Otero

Pablo García Baena

Pablo García Baena (Córdoba, 29 de junio de 1923), poeta español perteneciente al Grupo Cántico. Asistió de niño al colegio Hermanos López Diéguez, en cuyo patio lo recuerda una lápida, y cursó el bachillerato en el colegio Francés, con los Maristas y en el colegio de la Asunción. Estudió pintura e historia del arte en la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba, donde amistó con el pintor Ginés Liébana. A los 14 años leía ya a San Juan de la Cruz. Empieza a frecuentar la Biblioteca Provincial, donde conoce al también poeta Juan Bernier, quien le descubrió a Marcel Proust, Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas, Jorge Guillén y, sobre todo, Luis Cernuda. Empieza a publicar en la prensa local con poemas y dibujos, firmadoa a veces con una E mayúscula o con el seudónimo Luis de Cárdenas, en Caracola, en El Español y en La Estafeta Literaria. En el año 42 estrenó en Córdoba una versión teatral de cuatro poemas de San Juan de la Cruz. Rumor oculto, su primer poemario, apareció en la revista Fantasía en enero de 1946. En 1947 él y su amigo Ricardo Molina concurrieron al Premio Adonáis de poesía, sin éxito, por lo cual decidieron crear su propia revista junto con los poetas Juan Bernier, Julio Aumente y Mario López y los pintores Miguel del Moral y Ginés Liébana: Cántico (Córdoba, 1947-1949 y 1954-1957), que será una de las más importantes de la Posguerra española. Estos autores serán conocidos desde entonces como Grupo Cántico. Cántico reivindicaba una mayor exigencia formal y estética y una mayor sensualidad, y enlazaba con la poesía de la Generación del 27, en especial con Luis Cernuda; barroca, exaltada y vitalista, su poesía influyó entre las generaciones más jóvenes sirviendo de puente entre los Novísimos y la Generación del 27. Entre Óleo, de 1958, y Almoneda (1971), sostuvo un largo silencio poético, roto ya definitivamente tras este último libro. 1964, junto con otros amigos, viajó por la Costa Azul francesa, la Riviera italiana, Milán, Florencia, Venecia, Roma, Nápoles, Capri, Atenas, Delfos, Athos, El Cairo y Alejandría. También hizo viajes ocasionales a Florida y Nueva York. A su vuelta en 1965 fijó su residencia primero en Torremolinos y finalmente en Benalmádena (Málaga), donde residió trabajando como anticuario hasta el año 2004 en que volvió a Córdoba. Es colaborador de distintos diarios nacionales y realiza lecturas y conferencias en los centros culturales españoles. En 1984 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras y la Medalla de Oro de la Ciudad de Córdoba. Fue declarado Hijo Predilecto de Andalucía en 1988, y Premio Andalucía de las Letras en 1992. En 2004 recibió la Medalla de Oro de la Provincia de Málaga en la que pasó una gran parte de su vida. Actualmente, es miembro de la Comisión Asesora del Centro Andaluz de las Letras, del que es director. Su poesía posee un acento gongorino y sensualidad, e incluye la temática religiosa de los ritos y las procesiones. Su obra poética hasta la fecha se halla reunida en Poesía completa (1940-2008) (Madrid, Visor, 2008). En mayo de 2008 gana el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. Poesía * Rumor oculto, en Fantasía (Madrid), 1946. Edición facsímil: Sevilla, Renacimiento, 1979, Suplemento de Calle del Aire * Mientras cantan los pájaros, en Cántico (Córdoba), 1948. Edición facsímil: Córdoba, Diputación de Córdoba, 1983 * Antiguo muchacho, Madrid, Rialp, 1950, Adonais. 2.ª edición: Madrid, Ediciones La Palma, 1992 * Junio, Málaga, Col. A quien conmigo va, 1957 * Óleo, Madrid, Col. Ágora, 1958 * Antología poética, Córdoba, Ayuntamiento de Bujalance, 1959 (edición facsímil, 1995) * Almoneda (12 viejos sonetos de ocasión), Málaga, El Guadalhorce, 1971 * Poesías (1946-1961), Málaga, Ateneo de Málaga, 1975 * Antes que el tiempo acabe, Madrid, Ediciones Cultura Hispánica, 1978 * Tres voces del verano, Málaga, Col. Villa Jaraba, 1980 * Poesía completa (1940-1980), introducción de Luis Antonio de Villena, Madrid, Visor Libros, 1982, Visor de poesía * Gozos para la Navidad de Vicente Núñez, Madrid, Hiperión, 1984. 2.ª edición: Sevilla, Fundación El Monte, 1993 * El Sur de Pablo García Baena (Antología), introducción de Antonio Rodríguez Jiménez, Córdoba, Ayuntamiento de Córdoba / Ediciones de la Posada, 1988 * Antología última, Málaga, Instituto de Educación Secundaria Sierra Bermeja, 1989, Col. Tediria * Fieles guirnaldas fugitivas, Melilla, Ciudad Autónoma de Melilla, Ayuntamiento de Melilla, 1990, Rusadir * Prehistoria, Córdoba, Ayuntamiento de Córdoba, 1994, Cuadernos de la Posada * Poniente (con dibujos de Pablo García Baena), Córdoba, Fernán Núñez, 1995, Cuadernos de Ulía * Como el agua en la yedra (Antología esencial), introducción de Manuel Ángel Vázquez Medel, Sevilla, Fundación El Monte, 1998, La placeta * Poesía completa (1940-1997), introducción de Luis Antonio de Villena, Madrid, Visor Libros, 1998, Visor de poesía * Impresiones y paisajes, Cuenca, Ediciones Artesanas, 1999 * Recogimiento (Poesía, 1940-2000), estudio introductorio de Fernando Ortiz, bibliografía preparada por María Teresa García Galán, Málaga, Ayuntamiento de Málaga, 2000, Col. Ciudad del Paraíso * En la quietud del tiempo (Antología poética), prólogo de José Pérez Olivares, Sevilla, Renacimiento, 2002 * Fieles guirnaldas fugitivas (Premio Ciudad de Melilla; Melilla, Rusadir, 1990; 2ª ed., San Sebastián de los Reyes, Universidad Popular José Hierro, 2006). ISBN 84-95710-29-3. * Los Campos Elíseos (Valencia, Pre-Textos, 2006). ISBN 84-8191-729-X. + Poesía completa (1940-2008), introducción de Luis Antonio de Villena, Madrid, Visor Libros, 2008, Colección Visor de poesía. Prosa * Lectivo, Jerez de la Frontera (Cádiz), Ayuntamiento de Jerez, 1983, Fin de Siglo *El retablo de las cofradías (Pregón de Semana Santa en Córdoba, 1979), Córdoba, Diputación de Córdoba, 1984. 2.ª edición: Diario de Córdoba, 1997 * Calendario, Málaga, Col. El Manatí Dorado, 1992 Ritual, Córdoba, Diputación de Córdoba, 1994 * Los libros, los poetas, las celebraciones, el olvido, prólogo de Rafael Pérez Estrada, Madrid, Huerga & Fierro, 1995, La rama dorada Vestíbulo del libro, Málaga, Junta de Andalucía, Consejería de Cultura, 1995 * Zahorí Picasso, Málaga, Rafael Inglada Ediciones, 1999 Córdoba, Córdoba, Editorial Almzuara, 2009 Referencias Wikipedia - http://es.wikipedia.org/wiki/Pablo_García_Baena

Juan Boscán

Juan Boscán Almogávar (o Joan Boscà i Almogáver) (Barcelona, 1492 - Perpiñán, 1542), poeta y traductor español del Renacimiento, conocido fundamentalmente por haber introducido la lírica italianizante en la poesía en castellano junto con Garcilaso de la Vega. Asimismo, tradujo al español El Cortesano de Baltasar de Castiglione. De familia noble, recibió una excelente formación humanística y sirvió en la Corte de los Reyes Católicos y después en la del emperador Carlos I de España. Fue preceptor del Duque de Alba. En la Corte conoció a otro gran poeta amigo suyo, don Diego Hurtado de Mendoza; éste le dirigió la famosa Epístola a Boscán. El caballero catalán se casó con una culta dama valenciana, doña Ana Girón Rebolledo. Viajó a Italia como embajador español. Allí encontró al caballero toledano Garcilaso de la Vega, con quien entabló una gran amistad; seguramente al aprecio que Boscán sentía por la obra del poeta valenciano Ausiàs March se deben las reminiscencias de éste que hay en algunas de las composiciones del poeta toledano. Boscán, que había cultivado con anterioridad la conceptuosa y cortesana lírica cancioneril, introdujo el verso endecasílabo y las estrofas italianas (soneto, octava real, terceto encadenado, canción en estancias), así como el poema en endecasílabos blancos y los motivos y estructuras del Petrarquismo en la poesía castellana. Se persuadió de ello en una conversación mantenida en 1526 con su amigo, el embajador veneciano y humanista Andrea Navagiero, en los jardines del Generalife, en Granada, como contó él mismo, ya que éste le animó a intentar esa experiencia poética, y convenció de esta novedad también a sus amigos Garcilaso de la Vega y don Diego Hurtado de Mendoza y escribió el manifiesto de la nueva estética italianizante del Renacimiento en la siguiente epístola incluida como prólogo en uno de sus volúmenes de poesías: Estando un día en Granada con el Navagero, tratando con él en cosas de ingenio y de letras, me dijo por qué no probaba en lengua castellana sonetos y otras artes de trovas usadas por los buenos autores de Italia: y no solamente me lo dijo así livianamente, mas aún me rogó que lo hiciere... Así comencé a tentar este género de verso, en el cual hallé alguna dificultad por ser muy artificioso y tener muchas paerticularidades diferentes del nuestro. Pero fui poco a poco metiéndome con calor en ello. Mas esto no bastara a hacerme pasar muy adelante, si Garcilaso, con su juicio -el cual, no solamente en mi opinión, mas en la de todo el mundo ha sido tenido por cosa cierta- no me confirmara en esta mi demanda. Y así, alabándome muchas veces este propósito y acabándome de aprobar con su ejemplo, porque quiso él también llevar este camino, al cabo me hizo ocupar mis ratos en esto más fundadamente. Epístola nuncupatoria de Juan Boscán a la duquesa de Soma Otros caballeros, sin embargo, tenían un concepto más nacionalista del Renacimiento, como por ejemplo Cristóbal de Castillejo, e hicieron ver amablemente su disconformidad en sátiras contra el nuevo estilo. La novedad del endecasílabo, sin embargo, arraigó al lado del octosílabo como el verso más usado en la lírica española y desde entonces el dodecasílabo, con un ritmo machacón y menos flexible que el del endecasílabo, fue arrinconado y preterido en favor del endecasílabo cuando había que tratar temas importantes. La poesía castellana quedó así enriquecida con nuevos versos, estrofas, temas, tonos y recursos expresivos. El poema Hero y Leandro de Boscán es el primero que trata de temas legendarios y mitológicos clásicos. Por otra parte, su Epístola a Mendoza introduce en España el modelo de la epístola moral como un género poético imitado de Horacio, donde se expone el ideal del sabio estoico con su prudente moderación y equilibrio. Estudios modernos han desterrado que la idea infundada de la dureza y sequedad de sus versos con el pretexto de que no era un hablante nativo de castellano. Fuera de un amplio cancionero petrarquista, Boscán demostró su dominio del castellano traduciendo además Il libro del cortegiano (1528) del humanista italiano Baldassare Castiglione con el título de El Cortesano (1534) en una modélica prosa renacentista esmaltada de germinaciones ciceronianas. Además, preparó la edición de las obras de su amigo Garcilaso de la Vega junto a las suyas, si bien murió antes de poder culminar el proyecto, por lo que su viuda imprimió la obra en 1543 en el taller de Carles Amorós, en Barcelona, con el título Las obras de Boscán con algunas de Garcilaso de la Vega. Referencias Wikipedia - http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Boscán

Leandro Fernández de Moratín

Leandro Fernández de Moratín (Madrid, 10 de marzo de 1760 - París, 2 de junio de 1828) fue un dramaturgo y poeta español, el más relevante autor de teatro del siglo XVIII español. Nació en Madrid en 1760, de noble familia asturiana. Su padre era el poeta, dramaturgo y abogado Nicolás Fernández de Moratín y su madre Isidora Cabo Conde. Se crio en un ambiente donde eran frecuentes las discusiones literarias, pues su padre Nicolás fue un hombre dedicado a las letras. A los cuatro años, enfermó de viruela, lo que afectó su carácter, volviéndolo tímido. No cursó estudios universitarios porque su padre estaba en contra, y comenzó a trabajar como oficial en una joyería. A los diecinueve años, en 1779, ya había conseguido el accésit de poesía al concurso público convocado por la Academia. En 1782 ganaría el segundo premio con su Lección poética. En 1787, y gracias a la amistad de Jovellanos, emprende un viaje a París en calidad de secretario del conde de Cabarrús, entonces encargado de una misión a París. La experiencia fue muy provechosa para el joven escritor. Vuelto a Madrid, obtiene su primer gran éxito con la publicación de la sátira La derrota de los pedantes. El Conde de Floridablanca le hace entonces la merced de un beneficio de trescientos ducados, y Moratín se ordena de primera tonsura, requisito indispensable para poder disfrutar del beneficio. A poco de llegar Godoy al poder logró la protección del favorito, que le ayudó a estrenar sus comedias y aumentó sus ingresos con otras sinecuras eclesiásticas. Durante cinco años viajó por Europa, regresando a Madrid en 1797 para ocupar el cargo de secretario de Interpretación de Lenguas, que le permitió vivir sin apuros económicos. En 1808, a la caída de Godoy, tomó partido por los franceses y llegó a ser nombrado bibliotecario mayor de la Real Biblioteca por el rey José Bonaparte. A partir de entonces fue tachado de «afrancesado», por lo que hubo de refugiarse en Valencia, Peñíscola y Barcelona al producirse el cambio político. Leandro Fernández de Moratín fue un hombre de teatro en el sentido amplio de la palabra. A su condición de autor teatral hay que añadirle otros aspectos menos conocidos, pero que fueron tan importantes para él como éste y le ocuparon a veces más tiempo, esfuerzo y dedicación que sus propias obras. Fue Moratín uno de los fundadores de la historiografía teatral española. Sus Orígenes del teatro español, obra que dejó inédita y que fue publicada en 1830-1831 por la Real Academia de la Historia, es uno de los primeros estudios serios y documentados del teatro español anterior a Lope de Vega. Es también de gran interés el «Prólogo» a la edición parisina de sus obras en 1825, en donde resume, desde una perspectiva clasicista la historia del teatro español del siglo XVIII. Moratín fue también un activo impulsor de la reforma teatral de su tiempo. Relacionado con los círculos del poder que estaban interesados en esta reforma y heredero de las ideas de su padre, no dejó de promover una renovación de toda la estructura teatral vigente en la España de su época. La comedia nueva es uno de los hitos de esta campaña de reforma emprendida por los intelectuales que se movían alrededor del gobierno desde mediados del siglo cuando proponían reformas Ignacio de Luzán, Agustin de Montiano y Luyando, Blas Nasarre y Luis José Velázquez. Murió en París en junio del año 1828. Obra dramática Es el más importante autor dramático de la escuela neoclásica española. Sus máximas son: el teatro como deleite e instrucción moral (escuela de buenas costumbres) y una acción que imite de modo verosímil la realidad. De ahí nace el apego a las reglas dramáticas en todas sus facetas, especialmente la regla de las tres unidades: la de unidad de acción, de lugar y tiempo. La separación de géneros la realizó con tal precisión, que no llegó a escribir tragedias, pese a ser un género muy en boga en el Neoclasicismo europeo. Su carácter le llevó a la comedia, género que define diciendo: «pinta a los hombres como son, imita las costumbres nacionales existentes, los vicios y errores comunes, los incidentes de la vida doméstica; y de estos acaecimientos, de esos privados intereses, forma una fábula verosímil, instructiva y agradable». Teoría de la comedia La exposición más extensa y detallada de sus ideas sobre la comedia se encuentra en el «Prólogo» que compuso para acompañar la edición definitiva de sus obras publicada en París en 1825. Hablando de sí mismo en tercera persona, el dramaturgo proporciona, entre otras muchas doctrinas sobre el teatro, su definición del género cómico: «imitación en diálogo (escrito en prosa o en verso) de un suceso ocurrido en un lugar y en pocas horas entre personas particulares, por medio del cual […] resultan puestos en ridículo los vicios y errores comunes en la sociedad, y recomendadas por consiguiente la verdad y la virtud». El viejo y la niña La primera comedia escrita por don Leandro fue estrenada el 22 de mayo de 1790, pero su génesis y redacción se remontan a varios años antes, quizás a 1783. El propósito del autor (condenar una unión que no debía haberse efectuado, no sólo por la desigualdad en la edad de los cónyuges, sino sobre todo por el interés y el engaño con que fue concertada) queda bien manifiesto desde el primer momento. La comedia nueva La compañía de Eusebio Ribera estrenó el 7 de febrero de 1792 en el Teatro del Príncipe La comedia nueva, acompañada de un fin de fiesta de Ramón de la Cruz, El muñuelo. La comedia se mantuvo en cartel siete días con una entrada muy aceptable,1 y se repuso a menudo durante los años siguientes. La comedia estaba terminada en diciembre de 1791. Se trata de una obra maestra de la sátira teatral. El asunto es el estreno de una «comedia nueva», El gran cerco de Viena, escrita por el ingenuo e inexperto en la escritura dramática don Eleuterio Crispín de Andorra. El apelativo de «comedia nueva» se daba, como es lógico, a una obra que se publicaba o representaba por primera vez, en oposición a las «antiguas», esto es, las del Siglo de Oro; y las de repertorio, estrenadas en fecha anterior. En el café donde se desarrolla la acción se produce una animada discusión entre partidarios y detractores de la comedia, que representa el tipo de teatro que triunfaba entonces en los escenarios madrileños. Así consigue Moratín, mediante un artificio metateatral, dar idea de los absurdos y despropósitos del teatro de su tiempo. Ya en sus comentarios a La comedia nueva se ocupó el mismo Moratín de documentar minuciosamente todas y cada una de las particularidades de la comedia heroica de don Eleuterio, desde el mismo título, remedo de tantas comedias que narraban cercos y tomas de ciudades, hasta las escenas de falsos diálogos en forma de soliloquios simultáneos, pasando por las descripciones de hambres pavorosas, de las que cita significativos ejemplos de La destrucción de Sagunto (1787), de Gaspar Zavala y Zamora, y El sitio de Calés (1790) de Luciano Francisco Comella. El primer elemento que llama la atención es que la obra está escrita en prosa. Era esta una forma de escribir teatro poco común en la década de 1790. Dramas como El delincuente honrado de Jovellanos son prácticamente los únicos en prosa escritos hasta entonces. Los cafés eran una de las novedades de la España del siglo XVIII, como lo habían sido en el resto de Europa. Esta moda encontró su reflejo en el teatro: Carlo Goldoni había escrito una comedia titulada La bottega del caffè, conocida sin duda por Moratín, pues en La comedia nueva se utiliza alguna situación de la obra goldoniana, como es el reloj parado del pedante. La comedia es de una factura técnica perfecta, un ejemplo de ajuste a las normas neoclásicas. Las unidades se siguen de forma rigurosa. La sala del café es el único espacio donde sucede toda la acción. La unidad de tiempo es tan perfecta que es una de las pocas obras en donde se cumple el ideal de que la representación dure exactamente lo mismo que la acción dramática. El barón En 1787 Moratín había recibido un encargo que no podía menos que cumplir. La condesa de Benavente, doña Faustina, le encargó escribir una zarzuela. Haciendo de tripas corazón, escribió El barón, zarzuela en dos actos que envió a la condesa. Con gran alegría de Moratín, no se llegó a representar nunca, pero corrió manuscrita y durante el viaje a Italia se hizo una adaptación sin permiso del autor que, con música de José Lidón, llegó a los escenarios. Moratín recuperó la obra y decidió convertirla en comedia. Así lo hizo. La obra se estrenó, allá por el año 1803 en el Teatro de la Cruz La mojigata También de esta comedia empezaron a circular copias manuscritas a partir de 1791. Fue enmendada y ensayada por los actores de la compañía de Ribera, y finalmente representada en el Teatro de la Cruz el 19 de mayo de 1804. Con La mojigata Moratín seguía con su análisis personal del problema de la educación femenina en sus repercusiones sociales. El sí de las niñas El sí de las niñas es una comedia que trata sobre Doña Paquita, una joven de 16 años obligada por su madre doña Irene a casarse con Don Diego, un sensible y rico caballero de 59 años. Sin embargo este ignora que Doña Paquita está enamorada de un tal «Don Félix», quien en realidad se llama Don Carlos, y es sobrino de Don Diego. Con este triángulo amoroso como argumento se desarrolla la obra, cuyo tema principal es la opresión de las muchachas forzadas a obedecer a su madre y entrar en un matrimonio desigual y en este caso con una gran diferencia de edad entre los contrayentes. La clave de la obra se encuentra en la contradicción que caracteriza a Don Diego en el tema de la educación de los jóvenes y la elección de estado: su práctica, su actuación, no concuerda con la teoría. Pide libertad para la elección de estado (una libertad negada entonces a los jóvenes), critica la falsa concepción de la autoridad por parte de los padres: comprende que ese falso autoritarismo es la raíz de muchos males; quiere que Paquita elija con libertad. Pero en la práctica, don Diego, que es el protector de su sobrino Carlos, comete con él los mismos errores que critica en teoría. Esta contradicción entre la teoría y la práctica es el hilo que conduce la trama teatral. La derrota de los pedantes La obra en prosa más conocida de Moratín es La derrota de los pedantes, artificio alegórico, compuesto a la manera del Viaje del Parnaso cervantino, la República literaria de Saavedra Fajardo, o las Exequias de la lengua castellana de Forner: las Musas, ayudadas por los buenos poetas, arrojan del Parnaso a librazo limpio a los malos escritores. Muchas de sus burlas van contra los tópicos y variedades de los poetas de todo tiempo, pero otras muchas se dirigen contra autores concretos que se citan o que, por los datos aducidos, pueden reconocerse fácilmente. La cultura y el gusto artístico de Moratín hacen de la generalidad de sus juicios certeras definiciones, pero claro está que no puede faltar alguna estrecha interpretación propia del gusto de la época y de las ideas literarias del autor; así, por ejemplo, entre los libros que se disparan como «malos» se incluyen las comedias de Cervantes, el «Arte» de Gracián y no pocos poetas barrocos, como Jacinto Polo de Medina, Gabriel Bocángel, Villamediana y otros varios. Obra poética El tomo III de las Obras dramáticas y líricas de 1825 está dedicado a la lírica. Su obra abarca casi cincuenta años de dedicación a la poesía, que dieron como fruto poco más de un centenar de poemas: ciento nueve poemas seguros más uno atribuido recoge Pérez Magallón en su edición de las Poesías completas (Barcelona: Sirmio, 1995) de Leandro. Moratín es autor de un centenar de composiciones poéticas: nueve epístolas, doce odas, veintidós sonetos, nueve romances, diecisiete epigramas, «composiciones diversas», consistentes en ocho poemas líricos que se apartan de las modalidades tradicionales, dos traducciones y una elegía, el «romance endecasílabo» o «canto épico» en cuartetos La toma de Granada, y nueve traducciones de Horacio. Miembro de la Arcadia Romana con el nombre de Inarco Celenio, Moratín, en calidad de lírico, no puede ser considerado un poeta de originalidad y fantasía de primera fila. Sin embargo, no cabe duda que merece que se le sitúe cerca de los dos auténticos poetas líricos del siglo XVIII español, Manuel José Quintana y Juan Meléndez Valdés, y no entre los demás poetas de su tiempo, fundamentalmente mediocres. Sus preocupaciones en cuanto a la forma son la corrección, la armonía y el equilibrio expresivos, en una atmósfera neoclásica, como es lógico, pero veteada de una serie de matices de recogimiento y melancolía que se remontan a Horacio por una parte, y, por otra, a ciertos estados de ánimo del momento histórico y poético del autor. Leandro de Moratín no fue un retrasado poeta del XVIII español, ni un anticipo de vagas tonalidades románticas, sino un puro y fiel representante de ese auténtico resurgir del gusto clásico que coincide, en su plenitud, con los albores del romanticismo. * La toma de Granada (1779) es un poemita muy breve, en cuartetos endecasílabos no rimados, y en el que se canta la toma de Granada por los Reyes Católicos. * La Sátira contra los vicios. Donde Moratín se revela como batallador es, frente a los poetas de su tiempo, en la Lección poética. Sátira contra los vicios introducidos en la poesía castellana (1782), composición en tercetos de endecasílabos rimados. La Sátira se recrea fingiendo que aconseja a los poetas para que se expresen en los modos que, por el contrario, Moratín desprecia y rechaza en cuanto típicos de la poesía «barroca». Y lo hace a medida que desarrolla y hace una reseña del tema de la lírica, de la épica y de la dramática. En cuanto a la lírica, se detiene en los vicios de estilo, en las metáforas fuera de lugar, en la mezcla de arcaísmos ridículos con afrancesamiento de léxico y sintaxis, en los abusos de latinismos como ha sucedido en Góngora, etc.; en cambio, aconseja que se mire a Horacio como modelo. La Sátira ofrece el interés de ser, más que un intento de poesía lírica, un programa poético o, mejor dicho, estético-crítico: una especie de poética, en el sentido de lucha contra todo exceso, tanto de «contenido» como de «forma». * Las epístolas. Las nueve epístolas se inspiran en una amplia gama de temas y circunstancias. Tres de ellas están dirigidas al «Príncipe de la Paz»: la sinceridad del sentimiento de gratitud de Moratín hacia Godoy libera al poeta de toda sospecha de adulación. Otra, típicamente horaciana, va dirigida «a un ministro, sobre la utilidad de la historia». Otra epístola, a un amigo, le sirve de pretexto para reunir y burlarse de un centón de versos de poetas del grupo de Quintana. Tiene una en homenaje «a la marquesa de Villafranca» por el nacimiento de su primogénito, el conde de Niebla, a cuya precoz muerte Moratín habría de dedicar más tarde una oda. Escribe una epístola a don Simón Rodrigo Laso, «redactor del colegio de San Clemente de Bolonia», que es típicamente horaciana por el tema relativo a la índole de los hombres, siempre descontentos con el propio destino. También es horaciana la que dirige a Jovellanos, desde Roma, ciudad que el poeta toma como símbolo de la caducidad de las cosas humanas. Indudablemente, la epístola más feliz de todas, la que dedica «A Claudio», lleva el significativo subtítulo de «El filosofastro». Está inspirada por el temperamento satírico de Moratín y somete a una divertida caricatura a un inoportuno, don Ermeguncio, a mitad de camino entre el famoso inoportuno horaciano de la oda III y el don Hermógenes que Moratín crearía en La comedia nueva o el café. * Las odas. Uno de los resultados más felices de la imitación de Horacio en España lo constituye el conjunto de las doce odas de Moratín. Ya son interesantes de por sí a causa de la variedad de la versificación, que va desde los metros solemnes que hacen pensar en los clásicos hasta los modernos metros ligeros. Es muy amplia la gama de temas. Los hay muy cercanos al espíritu horaciano («A Nísida», «A los colegiales de San Clemente de Bolonia»). Otros temas son amorosos, o simplemente galantes (como «A Rosinda, histrionisa», y a la hermosa actriz María del Rosario Fernández, llamada «la Tirana»). Por último, también tiene odas inspiradas en otros sentimientos, como las que dedica a seres queridos desaparecidos, por ejemplo al padre, o ausentes, como a Jovellanos. Quizá pueda parecer más cerebral que espontánea la profesión de fe que le sirve de punto de partida a la oda más famosa, «A la Virgen… en Lendinara (estado veneciano», publicada precisamente en esta pequeña ciudad italiana en 1795, compuesta para doña Sabina Conti, la dama madrileña esposa del literato italiano Giovan Battista Conti. * Traducciones de Horacio. En la traducción de nueve odas de Horacio, lo que más sorprende, aparte la evidente preocupación formal, que se manifiesta también en la selección de los metros, es la identidad entre el pensamiento del poeta latino y el de Moratín en la visión de las cosas humanas: concordancia cuya sugestión se acrecienta por la diferencia de expresión entre la solemne compostura horaciana y la ligereza dieciochesca de Moratín. Horacio se halla presente, pero se advierte que es un Horacio transferido a un ambiente castellano muy distinto, a efectos expresivos, al de sus más fieles intérpretes españoles del Siglo de Oro, desde fray Luis de León hasta Francisco de Medrano. * Los sonetos. Desde el punto de vista formal, los sonetos corroboran la habilidad de Moratín en cuanto a facilidad y fluidez de versificación. Desde el punto de vista de los temas que trata, estos poemas abarcan una amplia gama, si bien una gran parte de ellos se inspiran en cosas o personas de teatro. Ora es la descripción de la belleza de una «histrionista», Clori. Ora el llanto por la muerte del aplaudido e «inimitable» actor Isidoro Márquez. Ora el elogio de una bailarina del teatro de Burdeos o el de la «saltatrix» Eliodora, que mucho dinero cuesta a quien deba mantener a una «hermosa de mi vida» como aquélla. O bien es la presentación del primer gracioso del teatro de Barcelona, Felipe Blanco. * Los romances. En los nueve romances volvemos a encontrar una amplia gama de temas: políticos, de polémica literaria, de asuntos personales, y de circunstancias. * Los epigramas. Muchos de los diecisiete epigramas son destellos de sátira, a veces feroz. Entre los personajes teatrales objeto de sus dardos, vuelve a aparecer Geroncio: es significativo el nombre de otros literatos de poca monta, como el que acabamos de nombrar. A su vez, también son significativos los títulos de otros epigramas, como, por ejemplo, los tres, delicadísimos y galantes, que dedica «a Lesbia, modista», o aquel otro «a una señorita francesa». * Composiciones diversas. Algunas de ellas tocan temas históricos, como la que se inspira en «La sombra de Nelson». Hay también traducciones, entre ellas la de un «sonetto pastorale in dialogo» del dieciochesco italiano Paolo Rolli. * La «Elegía a las Musas», «la obra maestra de Moratín», además de ser más lograda desde el punto de vista poético, es indudablemente la más significativa de esas composiciones. Lázaro Carreter afirma, y creemos que con toda razón, que en este último poema Moratín toca la cumbre de la lírica española. Referencias Wikipedia - http://es.wikipedia.org/wiki/Leandro_Fernández_de_Moratín

Álvarez Quintero (Hermanos)

"Nacimos entre espigas y olivares. El uno esperó al otro en la lactancia, y en el primer pinito de la infancia ya escribimos comedias y cantares. Después… libros y novias y billares (¡memorias que iluminan la distancia!) luego? una juventud, cuya fragancia envenenan agobios y pesares. Fuimos… cuanto hay que ser: covachuelistas, estudiantes, ”diablillos” editores, críticos, “pintamonos”, retratistas… Y hoy como ayer, sencillos escritores que siguen, a la luz de sus conquistas, sembrando sueños por que nazcan flores." Serafín Álvarez Quintero (Utrera, Sevilla, 26 de marzo de 1871 - Madrid, 12 de abril de 1938), Joaquín Álvarez Quintero (Utrera, Sevilla, 20 de enero de 1873 - Madrid, 14 de junio de 1944) Nacidos ambos en Utrera, los Álvarez Quintero, se instalaron en Sevilla, donde vivieron bastante tiempo. Sus inicios profesionales estuvieron siempre íntimamente ligados, incluso cuando ambos eran modestos empleados de Hacienda y soñaban con alcanzar la gloria con sus plumas, empleándolas en quehaceres literarios, mientras colaboraban en diversas publicaciones como El Diablo Cojuelo. También publicaron su propia revista: El perecito. Poco a poco iniciaron paulatinamente su dedicación exclusiva al teatro, llegando su deber como autores en 1888 con Esgrima y amor en el teatro Cervantes de Sevilla. El éxito de la comedia les impulsa a viajar a Madrid, donde, a partir de 1889, estrenan varios sainetes líricos y juguetes cómicos: Gilito (1989), Blancas y negras (1892), La media naranja (1894), La buena sombra (1895), La reja (1897), El traje de luces (1898), El patio (1900). Su primer éxito resonante lo obtuvieron en 1897 con El ojito derecho. A este éxito sucedieron muchos otros más, siendo especialmente recordados El genio alegre (1906), Malvaloca (1912), Puebla de las Mujeres (1912), Las de Caín (1908) y Mariquilla Terremoto (1930) . Fueron miembros de la Real Academia de la Lengua Española. Serafín fue nombrado en 1920, mientras que Joaquín lo fue cinco años más tarde. Los Álvarez Quintero formaron un tandem literario fuera de lo común. Un dúo estrechamente ligado y compenetrado, no solo por los vínculos de sangre, sino también por la literatura y por sus apariciones personales. Escribían juntos, saludaban juntos desde las candilejas tras sus estrenos y asistían juntos a las tertulias al uso. Para los críticos y periodistas siempre fue un misterio qué parte de la obra pertenecía a cada uno de ellos. También se rumoreaba por aquel entonces, que un tercer hermano, Pedro, mayor que ellos dos, era el árbitro definitivo de cada una de sus creaciones y juez inapelable en sus discrepancias. Incluso cuando falleció Serafín (1938) su hermano Joaquín, que le sobrevivió seis años, continuó publicando con el nombre de ambos. No se pudo saber si lo último había sido escrito a dúo o sólo por el sobreviviente. De esta época tenemos varios títulos, La risa va por los barrios, 1940; Olvidadiza, 1942; Ventolera (1944). Del mismo modo, el cine de esos años se llenó de adaptaciones de los Quintero. El lenguaje de sus piezas es un castellano depurado y elegante pasado por el tamiz fónico del dialecto andaluz; sus chistes son finos y de buen gusto, sin llegar nunca a la chabacanería; con ello estilizaron e idealizaron el género chico; abunda la gracia y la sal con una genuina vis cómica. Fueron maestros en el diálogo, siempre vivaz y gracioso. Su obra, a pesar de adolecer de una cierta superficialidad, posee una construcción elegante y poética, y una gran riqueza de términos y giros empleados en Andalucía. Pese a esto, muchos los acusaron de llevar a los escenarios una Andalucía falsa y dulzona, representada en unas obras en las que un débil argumento estaba cuidadosamente revestido con diálogos chispeantes y alegres, pleno de equívocos, modismos andaluces y sano humor. Una fórmula que, realmente, encajaba exactamente con lo que el público deseaba ver. En cierta forma un teatro hecho bajo demanda; un teatro optimista y de evasión, sin pretensiones de ser innovador. Un teatro naturalista con una, posiblemente, premeditada ingenuidad en el que se esquivaba las situaciones conflictivas y se aceptaban sólo algunas mínimas dosis de dramatismo, imprescindibles para dar una mayor consistencia a los argumentos. En el otro lado de la balanza, entre sus defensores, podían situarse a Azorín y a Luis Cernuda. El primero escribía: "Los Álvarez Quintero han traído al arte dramático -y esa es su originalidad- un perfecto equilibrio entre el sentimiento individual y el sentimiento colectivo, entre la persona y la sociedad". Buen piropo del que fue considerado un maestro del lenguaje en su época. Azorín resalta, además, el empleo de la bondad como ingrediente positivo de toda la obra de los escritores sevillanos. Lo cierto es que fue una perfecta simbiosis, que dio como resultado una prolífica producción de más de doscientas piezas de teatro costumbrista con identidad propia, pudiéndose incluso hablar de un teatro “quinteriano”. Renovaron las viejas fórmulas del género chico, dotándolo de una mayor emoción y huyendo por entero de la comicidad grotesca, reflejando amablemente el espíritu y la gracia de Andalucía, alejándose de toda crítica o conflicto social. Fueron nombrados hijos predilectos de Utrera y Sevilla y adoptivos de Málaga y Zaragoza. Referencias Poetas Andaluces - poetasandaluces.com/autor.asp?idAutor=28

Juan Luis Panero Blanc

Juan Luis Panero Blanc (Madrid, 1942) es un poeta español. Hijo del poeta Leopoldo Panero (1909–1962) y Felicidad Blanc (1913–1990), hermano del poeta Leopoldo María Panero (1948) y Michi Panero (1951–2004) y sobrino del poeta Juan Panero (1908–1937), creció en el seno de una familia acomodada recibiendo educación en El Escorial y luego en Londres. Su espíritu rebelde y viajero lo llevó a deambular por diferentes países de América, dándole la oportunidad de conocer a grandes escritores como Octavio Paz, Jorge Luis Borges y Juan Rulfo entre otros. Su poesía completa (1968–1996) está recogida en un volumen de la editorial Tusquets y algunas de sus conferencias, en particular la que recoge su relación con Luis Cernuda, están incluidas bajo el título de «Páginas sobre cine y poesía» en el libro Después de tantos desencantos. Vida y obra poéticas de los Panero, de Federico Utrera (Ed. Festival Internac. de Cine de LPGC, 2008). Ha preparado además antologías de poetas como Leopoldo Panero, Pablo Neruda y Octavio Paz y ha reunido selecciones de Poesía colombiana (1880–1980) y Poesía mejicana contemporánea. Vive en Gerona desde 1985. Obra poética Su irrupción en la poesía española contemporánea se inició en 1968 con la publicación del libro A través del tiempo, al que siguieron, luego, Los trucos de la muerte, en 1975; Desapariciones y fracasos, en 1978; y Juegos para aplazar la muerte, en 1984. Antes que llegue la noche (1985) le permitió obtener el Premio Ciudad de Barcelona. En 1988, con «Galerías y fantasmas», obtuvo el Premio Internacional de Poesía de la Fundación Loewe. Sin rumbo cierto, XII Premio Comillas de Biografía, Autobiografía y Memorias, y Enigmas y despedidas, publicado en 1999, son sus últimas producciones. En 2009 Ediciones Vitruvio publica La memoria y la muerte, una antología que recoge toda su obra poética editada hasta la fecha. El desencanto En 1976 Jaime Chávarri inicia el rodaje de lo que tenía que ser un reportaje sobre el padre: Leopoldo Panero, el material se convierte en la película "El desencanto" que acabará siendo un símbolo tanto de la familia como de la época y será una película de culto para toda una generación. En El desencanto la madre, paradójicamente llamada Felicidad, y dos de sus hijos, retratan a través de sus recuerdos al poeta, siempre ausente (mientras que en la segunda parte, Después de tantos años, Leopoldo María, el hijo, se convertiría en el eje central del film). Pero sobre esta peculiar y decadente estampa familiar pesa el reflejo de una época que se agota. Los últimos coletazos del franquismo se dejan ver a través de la evocación de la vieja gloria de quien fuera uno de los escritores oficiales del régimen. El desencanto fue además la última película mutilada por la censura cinematográfica en España y una de las obras de Chávarri más reconocidas por la crítica. Ya en 1994 llegaría "Después de tantos años", película en la que Ricardo Franco retoma la labor de retratista emprendida por Jaime Chávarri dos décadas antes. Referencias wikipedia-http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Luis_Panero

Leopoldo Panero

Leopoldo Panero Torbado (Astorga, León, 17 de octubre de 1909 – Castrillo de las Piedras, León, 27 de agosto de 1962) fue un poeta español, miembro de la Generación del 36, dentro de la corriente de la Poesía arraigada de posguerra. Fue hermano del poeta Juan Panero (1908–1937) y padre de Juan Luis Panero (1942), Leopoldo María Panero (1948) y Michi Panero (1951–2004), los dos primeros también poetas. Estuvo casado con Felicidad Blanc (1913–1990). Pasó toda su infancia en Astorga; hizo la Enseñanza Media en San Sebastián y León, y estudió Derecho en las Universidades de Valladolid y Madrid; en esta última se licenció. Sus primeros versos los publicó en Nueva Revista, de Madrid, que él mismo fundó y que publicó sus obras Crónica cuando amanece (1929) y Poema de la niebla (1930). En el otoño de 1929 enfermó de tuberculosis y fue a reponerse al Sanatorium Royal de la Sierra de Guadarrama durante ocho meses y se enamoró de otra paciente, Joaquína Márquez, fallecida algunos meses después. Amplió estudios en Cambridge (1932 a 1934) y en Tours y Poitiers (1935), impregnándose de literatura inglesa y francesa. Publicó en Caballo Verde para la poesía, revista dirigida por Pablo Neruda. Durante la Guerra Civil Panero fue arrestado, conducido a San Marcos de León y acusado de recaudar fondos para Socorro Rojo, pero la mediación de su madre, de Miguel de Unamuno y de Carmen Polo, esposa de Francisco Franco, le evitó males mayores y volvió a Astorga en noviembre. En 1937 murió su hermano Juan, también poeta, en un accidente de automóvil, hecho que le hirió profundamente, transformándole en un conservador; sobre este hecho y en su memoria escribió Adolescente en sombra (1938). En el año 1941 se casó con Felicidad Blanc,1 escritora, de la que tuvo tres hijos, Juan Luis (1942), Leopoldo María (1948) y Michi, los dos primeros también poetas. Durante la guerra entró en Falange Española, y después le nombraron agregado cultural a la Embajada española (1939) y director del Instituto Español (1945–1947) en Londres. Allí conoció y trató a alguno de los más insignes exiliados como Luis Cernuda o Esteban Salazar Chapela, director a su vez del otro Instituto de España, dependiente de la República. A finales de 1949 y comienzos de 1950, participó de la "misión poética"2 con los poetas Antonio Zubiaurre, Luis Rosales y el Embajador Agustín de Foxá, que recorrió diferentes países iberoamericanos (entre otros Honduras) previo al restablecimiento de relaciones diplomáticas entre estos países y el régimen de Franco. Publicó una Antología de la poesía hispanoamericana (1941); publicó también en la revista Escorial (1940) de Madrid, especialmente en sus números 5 y 15, y en Garcilaso. Juventud creadora (1943–1946) y en Haz (1944), también de Madrid. Su libro Versos del Guadarrama, inspirado en el amor perdido de Joaquina Márquez, se publicó en Fantasía, suplemento de La Estafeta Literaria (1945), también de Madrid. Pasa grandes temporadas en esta última ciudad, donde frecuenta la tertulia del Café Lyon, donde entabla amistad, entre otros, con Luis Rosales, Luis Felipe Vivanco y Gerardo Diego, tertulia que se fundió más tarde con la de Manuel Machado. En 1949 recibió el Premio Fastenrath de la Academia por su libro Escrito a cada instante, y al año siguiente el Premio Nacional de Literatura. Más tarde publicó en la revista Poesía Española (1952–1971). Dirigió la revista Correo Literario y figuró en (1952) como organizador de las Exposiciones Bienales de Arte. Fue secretario de una sección del Instituto de Cultura Hispánica. En 1960 publicó Cándida puerta, considerada una de sus obras maestras. Murió dos años después. Sus primeros versos experimentan el influjo de la Generación del 27 y de las Vanguardias; hay ecos de las estéticas del dadaísmo y del surrealismo, así como uso de verso libre. Tras la Guerra Civil abandonó estos conatos transgresores y escribió poemas dentro de la estética del garcilasismo, intimistas, en que el concepto se equilibra perfectamente con la emoción y la forma, de temática conservadora y religiosa. Los autores que inspiran esta segunda fase son Miguel de Unamuno y Antonio Machado. Destacan entre sus libros de poemas La estancia vacía (1944), Versos al Guadarrama (1945), Escrito a cada instante (1949), donde aparecen sus famosas elegías a César Vallejo, que estuvo en su casa invitado por él durante unos días, y a Federico García Lorca; Canto personal (1953), réplica al Canto General de Pablo Neruda escrita en tercetos al que puso prólogo Dionisio Ridruejo, que recibió el Premio 18 de Julio de manos del ministro Raimundo Fernández-Cuesta, y Cándida puerta (1960); en el póstumo Poesía (1963) se recoge toda su obra lírica, y sus Obras completas se imprimieron en 1973. Hizo excelentes traducciones de románticos ingleses. Javier Huerta Calvo ha preparado unas segundas Obras completas (2008) en tres volúmenes, dos de poesía y uno de prosa, por encargo del Ayuntamiento de Astorga, que recogen algunos textos más que las de 1973. Murió en su casa de Castrillo de las Piedras, tras sufrir una angina de pecho mientras regresaba en su vehículo. Poesía * La estancia vacía (fragmentos), M., Revista Fantasía, 1945. * Versos del Guadarrama. Poesía 1930–1939, M., Revista Fantasía, 1945. * Escrito a cada instante, M., Cultura hispánica, 1949 (Premio Nacional de Literatura). * Canto personal. Carta perdida a Pablo Neruda, M., Cultura hispánica, 1953. * Poesía. 1932–1960, M., Cultura Hispánica, 1963 (Prólogo de Dámaso Alonso). * Obra completa, M., Edit. Nacional, 1973. ISBN 978-84-276-1119-1 * Antología de Leopoldo Panero, Barcelona, Plaza & Janés Editores, 1977. ISBN 978-84-01-80928-6 * Por donde van las águilas, Albolote, Editorial Comares, S. L., 1994, ISBN 978-84-8151-098-0 Referencias wikipedia - http://es.wikipedia.org/wiki/Leopoldo_Panero

Vicente Núñez Casado

Vicente Núñez Casado (Aguilar de la Frontera (Córdoba), 1926 - Aguilar de la Frontera (Córdoba), 2002) fue un poeta español. Está considerado como uno de los más importantes poetas andaluces de la segunda mitad del siglo XX. Además de poeta, su obra literaria está compuesta por aforismos y diversos textos en prosa. Estuvo vinculado al Grupo Cántic Nació en Aguilar de la Frontera, Córdoba, el día 8 de junio de 1926. Estudió Bachillerato en Cabra (Córdoba), en Lucena (Córdoba) y en el Colegio de los Jesuitas del Palo, en Málaga. Pasó el Examen de Estado en la Universidad Central de Madrid, en 1947. Comenzó los estudios de Derecho en la Universidad de Granada que luego continuó en la Universidad de Sevilla. Durante las milicias universitarias, en Ronda (Málaga), entabló amistad con los escritores Carlos Barral y con Antonio Gala. A partir de 1951 comenzaron a aparecer poemas suyos en diversas publicaciones. Entre 1953 y 1959 vive en Málaga, formando parte del grupo de poetas reunidos en torno a la revista Caracola. En el Tercer Congreso Internacional de poesía de Santiago de Compostela, celebrado en 1954, entra en contacto con los poetas del grupo Cántico, vinculándose a la estética de este grupo de poetas y colaborando en alguno de los números de la revista Cántico. Publica sus dos primeros libros de poemas en 1954 y en 1957. Durante un corto periodo vive en Madrid, donde colabora con la revista Ágora. En 1960 regresó definitivamente a Aguilar de la Frontera, su pueblo natal y tras largos años de silencio, justificados por la crisis que desencadena la muerte de su madre y la decepción del mundo literario que conoce durante su breve estancia en Madrid, volvió a publicar en 1980. * En 1982 obtuvo el Premio Nacional de la Crítica de Poesía Castellana con su poemario Ocaso en Poley. * En 1984 se le nombró Hijo Predilecto de Aguilar de la Frontera. * En 1990 le fue concedida la Medalla de Plata de las Letras Andaluzas. * Socio fundador del Ateneo de Córdoba fue nombrado Ateneista de Honor en 1990. Falleció en Aguilar de la Frontera, Córdoba, el 22 de junio de 2002. En mayo de 2002 le fue otorgada la Medalla de Oro del Ateneo de Córdoba y el mismo año, ya fallecido, y a título póstumo, se le concedió el Premio Andalucía-Luis de Góngora y Argote de las Letras. En su localidad natal, se constituyó el 15 de julio de 2005, la Fundación Vicente Núñez, ideada por el propio poeta, quien planeó la creación de un espacio donde organizar actividades literarias. Orientándose tras su muerte hacia la promoción de la literatura y, en particular, de la obra del propio Vicente Nuñez, además de prestar atención a la difusión del flamenco. Un premio anual de poesía convocado desde el año 1991 por la Diputación Provincial de Córdoba lleva su nombre. Obras literarias Poemarios individuales * Elegía a un amigo muerto. (1954) * Tres Poemas ancestrales. (1955) * Los días terrestres. (1957) * Poemas ancestrales. (1980) * Ocaso en Poley. (1982). * Cinco epístolas a los Ipagrenses. (1984) * Teselas para un mosaico. (1985) * Sonetos como pueblos. (1989) * Himnos y texto. (1989) * La cometa. (1989) * La gorriata. (1990) * Rojo y sepia. (1987, publicado en 2007) Antologías poéticas * Poemas. (1987) * Antología poética. (1987) * Poesía (1954-1986). (1988) * Poemas. (1993) * Poesía (1954-1990). (1995) * Poemas (1997). * Viaje al retorno. (2000) * El fulgor de los días. (2002) * Mío amor. (2003) * Dime que te quiero. (2004) * Carmina. (2005) * Plaza octogonal : poesía reunida 1951-2002. (2008) * Poesía y sofismas I : poesía (2009) Aforismos * Sofisma. (1994) * Entimema. (1996) * Sorites. (2000) * Nuevos sofismas. (2001) Prosa * Teoría del acto. (1989) * El suicidio de las literaturas: ensayo, crítica y otros textos (1952-1999) (2002). Referencias Wikipedia-http://es.wikipedia.org/wiki/Wikipedia-Vicente_N%C3%BA%C3%B1ez

José García Nieto

José García Nieto (Oviedo, 6 de julio de 1914 – Madrid, 27 de febrero de 2001), poeta y escritor español, ganador del Premio Cervantes y miembro, junto a Gabriel Celaya, Blas de Otero y José Hierro, de la generación poética de la posguerra española. José García Nieto, nace en Oviedo, el 6 de julio de 1914, en el nº 8 de la calle Portugalete (hoy Melquíades Álvarez nº 6). Sus padres fueron don José García Lueso y doña María de La Encarnación Nieto Fernández. El padre, que tenía la carrera de derecho, se dedicó al periodismo. Queda huérfano de padre a los 9 años y con su madre vive en Zaragoza, Toledo y Madrid, donde estudia el bachillerato y comienza a hacer versos. Al comenzar la Guerra Civil española (1936-1939), ocupa el puesto de secretario del Ayuntamiento de Chamartín de la Rosa (que luego sería absorbido por el Ayuntamiento de Madrid), es movilizado y al terminar la guerra vuelve al Ayuntamiento. Desde entonces se dedica a la literatura, especialmente a la poesía, al teatro, incluyendo la adaptación de clásicos españoles y al guion cinematográfico. En 1950 obtiene el Premio Adonais por Dama de soledad. Obtiene el Premio Fastenrath de la Real Academia Española por Geografía es amor en 1955. En 1951 y 1957 obtiene el Premio Nacional de Literatura. En 1980 obtiene el Premio Mariano de Cavia de periodismo. Es elegido académico de la Real Academia Española el 28 de enero de 1982, ocupando el sillón "i" que dejó vacante José María Pemán. En 1987 obtiene el Premio González-Ruano de periodismo.ç En 1996 le conceden el Premio Cervantes por el conjunto de su obra. Obra * Víspera hacia ti (1940) * Poesía (1944) * Versos de un huésped de Luisa Esteban (1944) * Tú y yo sobre la tierra (1944) * Retablo de ángel, el hombre y la pastora (1944) * Del campo y soledad (1946) * Juego de los doce espejos (1951) * Tregua (1951). Premio Nacional de Literatura * La red (1955). Premio Fastenrath * Geografía es amor (1956). Premio Nacional de Literatura * El parque pequeño (1959) * Corpus Chisti y seis sonetos (1962) * Circunstancias de la muerte (1963) * La hora undécima (1963) * Memorias y compromisos (1966) * Hablando solo (1967). Premio Ciudad de Barcelona * Facultad de volver (1970) * Taller de arte menor y cincuenta sonetos (1973) * Súplica por la paz del mundo y otros "collages" (1973). Premio Boscán * Sonetos y revelaciones de Madrid (1974) * Los cristales fingidos (1978) * El arrabal (1980) * Nuevo elogio de la lengua española (1983) * Sonetos españoles a Bolívar (1983) * Donde el mundo no cesa de referir su historia (1983) -prosa- * Piedra y cielo de Roma (1984) * Carta a la madre (1988) * Mar viviente (1989) * El cuaderno roto (1989) -prosa- Referencias Wikipedia-http://es.wikipedia.org/wiki/José_García_Nieto

José María Gabriel y Galán

José María Gabriel y Galán (Frades de la Sierra, Salamanca, 28 de junio de 1870 – Guijo de Granadilla, Cáceres, 6 de enero de 1905), poeta español en castellano y altoextremeño. Es hijo de campesinos propietarios de sus tierras. Pasa su infancia en el pueblo natal asistiendo a su escuela, y a los 15 años se traslada a Salamanca a proseguir los estudios, datando de esa época sus primeros versos. Simultáneamente trabaja en un almacén de tejidos. Obtiene en 1888 el título de maestro de escuela y se le destina a Guijuelo, a unos 20 km de su pueblo natal. Tras una corta estancia se traslada a Madrid a continuar estudios en la Escuela Normal Central. Reside poco tiempo, pues la metrópoli le produce rechazo (la tilda en algunas cartas de Modernópolis). Es destinado a Piedrahíta (Ávila), donde pone en práctica los nuevos conocimientos pedagógicos adquiridos en Madrid. Su estado de ánimo es bajo, firmando las cartas a sus amigos como El Solitario. El joven maestro se perfila ya como un muchacho triste, melancólico, muy sensible y de profundas convicciones religiosas (recibidas de su madre, Bernarda), que ya se notan en sus poemas. Al conocer a su mujer Desideria (a la que apoda cariñosamente mi vaquerilla) en 1893, sufre un cambio radical, que se acentúa a partir de su boda, un 26 de enero de 1898 en Plasencia. Abandona el puesto de maestro y se traslada a Guijo de Granadilla en Cáceres, donde administra la dehesa El Tejar, propiedad del tío de su esposa. Allí encuentra el tiempo y sosiego para madurar su poesía. Al nacer su primer hijo (Jesús, 1898) compone El Cristu benditu, primera de sus famosas Extremeñas. Fallece el 6 de enero de 1905, a consecuencia de una pulmonía mal curada. El ayuntamiento de Guijo de Granadilla mantiene la casa que habitó, como museo, donde se muestran manuscritos y objetos personales del poeta, donación de sus herederos. Obra Su obra poética se aparta del modernismo, siendo conservadora en estructura y temática: defiende la tradición, la familia, la estirpe, el dogma católico o la descansada vida campestre. Y además es rica en palabras en desuso que nos transmiten usos y costumbres de una época pasada. Poemarios: * Castellanas (1902) * Extremeñas (1902) * Campesinas (1904) * Nuevas Castellanas (1905) * Religiosas (1906) Referencias Wikipedia - http://es.wikipedia.org/wiki/José_María_Gabriel_y_Galán

José Cadalso

José Cadalso y Vázquez de Andrade (Cádiz, 8 de octubre de 1741 – San Roque (Cádiz), 26 de febrero de 1782) fue un literato y militar español. La vida de José Cadalso se conoce no ya únicamente a través de documentos y testimonios de sus contemporáneos, sino, de un modo más valioso, por la visión que él mismo nos ofrece en su Memoria de los acontecimientos más particulares de mi vida y de las cartas conservadas (1773–1780). José Cadalso y Vázquez nació en Cádiz, el 8 de octubre de 1741. La familia, sin embargo, procedía por línea paterna del señorío de Vizcaya. La madre murió a consecuencia del parto, y el padre, ausente por negocios en América, iba a tardar casi trece años en conocer al niño. Tuvo que encargarse de su educación un tío jesuita, el padre Mateo Vázquez. Él fue quien envió al futuro escritor a estudiar a Francia. Vuelto el padre de Indias, desembarcó en España y se dirigió a París a conocer a su hijo. Y ansioso siempre de nuevos ambientes, se fue después a Inglaterra, donde tanto se entusiasmó, que llamó con él a Londres al educando. También viajaría por Italia y Alemania, cuyos idiomas, igual que el latín y el inglés, dominaba. Tras otro año de estancia en París, pasando por Holanda, regresó por fin a España el cosmopolita muchacho, recibiendo una impresión muy negativa de un país que no había apenas conocido en contraste con su experiencia europea; ello marcará fuertemente la índole de sus posteriores Cartas marruecas. Ingresó entonces por orden de su padre y con dieciséis años en el Seminario de Nobles de Madrid, según cuenta, «con todo el desenfreno de un francés y toda la aspereza de un inglés», ya que su padre quería corregir en él las costumbres y la religión, y prepararle para un empleo de covachuelista, que detestaba; a ese fin fingió sentir inclinación por ser jesuita, sabedor de que su padre detestaba a los de la Compañía, y le sacó de allí; intentó persuadirle entonces de que lo que le gustaba era la carrera militar, lo que tampoco placía a su padre; se valió de estos tormentos para que su padre le devolviera a Europa y, entre los dieciocho y los veinte años vivió de nuevo en París y Londres, hasta que le llegó la noticia de la muerte de su padre en Copenhague (1761). Tuvo entonces que regresar a España para arreglar el papeleo de su herencia, lo que hizo de forma tan apresurada que años después se encontró sin ningún patrimonio familiar; y se alistó en el regimiento de caballería de Borbón en 1762, participando en la campaña de Portugal, donde tuvo un violento duelo a espada con su antiguo condiscípulo el Marqués de Tabuérniga, con el que se había emborrachado, que terminó tan súbitamente como se había producido. Encontrándose en Madrid en marzo de 1766, sigue con interés el motín de Esquilache, salvando con su intervención la vida del Conde de O’Reilly; «aquel día conocí el verdadero carácter del pueblo», escribió en su Autobiografía. En ese mismo año obtuvo el hábito de Santiago. Trasladado su regimiento a Madrid, Cadalso se enamora sucesivamente de la hija del consejero Codallos, con la que estuvo a punto de casarse, y de la frívola Marquesa de Escalona y, con la venta a él de un caballo que le gustaba, tiene ocasión de introducirse con el entonces todopoderoso Conde de Aranda, presidente del Consejo de Castilla, al que le entrega un manuscrito de una novela, de carácter utópico por lo que indica el título: Observaciones de un oficial holandés en el recién descubierto reino de Feliztá. Con gran escándalo de la nobleza y de encopetadas damas de la corte, circuló por Madrid un libelo titulado Calendario manual y guía de forasteros en Chipre (1768), parodia de la Guía común de forasteros, donde se hacía una descripción de las costumbres amorosas típicas de la sociedad dieciochesca. El público, confiesa el mismo Cadalso, «me hizo el honor de atribuírmelo, diciendo que era muy chistoso». Como consecuencia de ello, tuvo que salir desterrado de Madrid a Zaragoza. El escritor militar permaneció en Zaragoza hasta 1770. Y fue allí donde empezó a dedicarse más intensamente a la poesía. Pasados los seis meses del destierro, regresa Cadalso a Madrid, donde permanece entre 1770 y 1772. A esta etapa pertenece uno de los episodios más significativos de la vida del escritor. Se trata de sus amores con una de las más notables actrices de la época, María Ignacia Ibáñez, que han dado lugar a toda una leyenda de marcado sabor romántico. Lo indiscutiblemente cierto es la sinceridad de ese amor y su breve duración, por la muerte inesperada de María Ignacia, de tifus, a los veinticinco años, el 22 de abril de 1771. La leyenda cuenta que Cadalso, desesperado ante tan repentina muerte, intento desenterrar a su amada para darle el último adiós. Inmediatamente escribió Noches lúgubres, obra que describe este suceso. Posteriormente también escribirá poemas en los que la actriz aparece con el nombre de Filis. Sufrió una tremenda depresión pero sin duda le sirvieron, si no de consuelo, de distracción, sus contactos con los salones y los círculos literarios madrileños, sobre todo con la famosa tertulia de la Fonda de San Sebastián, de la que eran asiduos sus amigos Nicolás Fernández de Moratín y Tomás de Iriarte. Cadalso dio término a las Cartas marruecas durante su breve estancia en Salamanca (1773–1774). Fue un corto periodo, pero suficiente para que se formara en torno a él un círculo de amistad y de convivencia literaria. Allí, además de su afectuosa relación con fray Diego González, y con Juan Pablo Forner, a quien inclinó definitivamente hacia la literatura, estrechó gran amistad con León de Arroyal y sobre todo con dos jóvenes poetas, el salmantino José Iglesias de la Casa y el extremeño, estudiante en la Universidad de Salamanca, Juan Meléndez Valdés. Sobre ellos ejerció una sugestiva influencia humana y literaria, que ambos proclamaron ostentosamente» (CADALSO [1997: 20]). En 1777 fue ascendido a comandante de escuadrón. Dos años más tarde participó en el asedio de Gibraltar (que duraría hasta 1783) y fue ascendido a coronel en 1781. Sin embargo José Cadalso murió, el 27 de febrero de 1782, tras recibir el impacto en la sien de un casco de metralla o granada. Tenía sólo cuarenta años y apenas hacía un mes que le había sido conferido el grado de coronel. Su tumba se encuentra en la Iglesia Parroquial Santa María La Coronada en la Ciudad de San Roque, donde reside la de Gibraltar. Desde entonces se fraguó su leyenda de enamorado, cuya más acabada expresión es el drama romántico de Patricio de la Escosura Las noches lúgubres, protagonizado por el poeta gaditano y cuyo manuscrito dejó inédito el autor en manos de Echegaray y se conserva en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid. Obras poéticas El conjunto de las composiciones líricas que escribió durante su destierro aragonés forman el libro Ocios de mi juventud. Son poesías que pertenecen a los distintos géneros típicos del momento: anacreónticas, pastoriles, amatorias, filosóficas y satíricas. Los modelos abarcan desde Anacreonte y Ovidio hasta Tasso y Garcilaso. Los Ocios se editaron también en 1781, 1782 y 1786. Aparecieron nuevos poemas de Cadalso en años sucesivos. Obras dramáticas Perdida La Numantina o Numancia, solo nos restan: * Solaya o los circasianos fue presentada a la censura en noviembre de 1770; no obtuvo, sin embargo, la necesaria aprobación. La tragedia se sitúa en un escenario exótico, Circasia, región de la Rusia meridional, y se atiene a las reglas neoclásicas para la tragedia. El príncipe tártaro Selín, que ha llegado a Circasia para cobrar un tributo de doncellas, se enamora de Solaya, perteneciente a una de las familias principales. * Don Sancho García (1771) fue estrenada privadamente en el palacio del conde de Aranda en 1771. Responde formalmente al tipo de tragedia neoclásica, en cinco actos, sometida a las tres unidades y en endecasílabos pareados. Por complacer a su amante Almanzor, rey moro de Córdoba, la condesa viuda de Castilla, doña Ava, papel que representó María Ignacia, intenta envenenar a su hijo Sancho García; pero al final es la condesa quien bebe el veneno preparado para su hijo. Obras en prosa Es muy probable que la primera obra escrita por Cadalso sea Defensa de la nación española contra la carta persiana LXXVIII de Montesquieu (hacia 1768). A los años comprendidos entre 1771–1774 corresponde su más efectiva actividad literaria. Los eruditos a la violeta (1772) es una sátira breve y ligera contra un tipo de educación entonces frecuente: la erudición meramente superficial. El contenido y estructura quedan claramente reflejados en el subtítulo puesto por su propio autor: «Curso completo de todas las ciencias, dividido en siete lecciones, para los siete días de la semana, publicado en obsequio de los que pretenden saber mucho estudiando poco». El título alude a uno de los perfumes, el de la violeta, preferidos por los jóvenes a la moda. La obra tuvo un éxito inmediato y el título acabó proverbializándose. El Suplemento (1772) consiste en una serie de traducciones poéticas con comentarios, destinadas a ilustrar las lecciones del martes; cinco cartas de ex-alumnos del curso; y una breve noticia sobre los orígenes y la composición de la obra. El buen militar a la violeta es una continuación póstuma, aplicada especialmente a la profesión militar. De manera póstuma fueron publicados sus dos textos más conocidos: Noches lúgubres, aparecidas en El Correo de Madrid entre 1789 y 1790, y las Cartas marruecas, que vieron la luz por vez primera, en entregas y en el mismo diario, a lo largo del año 1789. En éste, tomando como pretexto un viaje por España del árabe Gazel, hace una crítica de las costumbres y defectos nacionales (a la vez que defiende el sentido reformador del despotismo ilustrado). El modelo que sigue es el de las Cartas Persas (1721) del barón de Montesquieu. Referencias Wikipedia - http://es.wikipedia.org/wiki/José_Cadalso

Rafael Guillén

Rafael Guillén (Granada, 27 de abril de 1933) es un poeta español de la generación de los 50. Premio Nacional de Literatura en 1994, tiene una larga trayectoria artística y entre sus méritos figura el haber ayudado a recuperar la cultura poética de su ciudad tras la devastación de la Guerra Civil. En sus primeras obras se nota la influencia neoclásica que pesó sobre otros miembros de su generación, pero la atracción de lo popular (Cancionero-guía para andar por el aire de Granada, 1962) pronto lo aligera y, ya en los años sesenta, abandona la rigidez del metro tradicional. Con la publicación de Moheda (1979), sorprende por su estilo desinhibido e innovador en la sintaxis. Sus temas no son leves: el amor y el erotismo suelen mezclarse con la elegía por la degradación inevitable del paso del tiempo, expresados en versos impregnados de un cadencioso fraseo musical. Su obra en prosa se reparte entre narraciones de viajes, autobiografía, ensayos, conferencias y artículos. Rafael Guillén fue uno de los poetas que, con el grupo "Versos al aire libre", reanimó la vida poética y literaria granadina tras la posguerra. Posteriormente fundó y dirigió, junto con José G. Ladrón de Guevara, la colección de libros Veleta al Sur, única manifestación poética en Granada desde 1957 hasta 1966. En 1982, con Francisco Izquierdo, inició la serie de fascículos sobre el barrio granadino del Albaicín "Los Papeles del Carro de San Pedro". En 1994 le fue concedido el Premio Nacional de Literatura por "Los estados transparentes". Ese mismo año de 1994 quedó finalista del Premio Nacional de la Crítica y comienza a promover junto con otros escritores granadinos (Elena Martín Vivaldi, Antonio Carvajal) el establecimiento de la Academia de Buenas Letras de Granada, que finalmente es creada por la Junta de Andalucía en 2001. En el 2003 se le concede por unanimidad el Premio de la Crítica Andaluza. Antes había obtenido, entre otros muchos, los premios que en su época fueron más significativos: "Leopoldo Panero" 1966, "Guipúzcoa" 1968, "Premio Boscán" 1968 y el "Premio Ciudad de Barcelona" 1969. Así mismo, posee la Medalla de Honor de la Real Academia de Bellas Artes de Granada y es miembro de la Academia de Buenas Letras de Granada. Hito significativo en su carrera literaria es la publicación en 2010 de sus Obras completas en tres volúmenes publicadas por Editorial Almed. Poemas y artículos suyos han sido traducidos a varios idiomas. Poesía * Antes de la esperanza, introducción de J. M. Bugella, Granada, «La Nube y el Ciprés», 1956. * Río de Dios, Granada, «Veleta al Sur», 1957. * Pronuncio amor, Arcos de la Frontera, «Alcaraván», 1960; 2ª edición: Granada, «Veleta al Sur», 1961; 3ª y 4ª edición: Málaga, Clave, 1995. * Elegía, Granada, «Veleta al Sur», 1961. * Cancionero-guía para andar por el aire de Granada. Granada, «Veleta al Sur», 1962; 2ª edición ampliada: Granada, Miguel Sánchez, 1970; 3ª edición ampliada: id., id., 1993. * Canto a la esposa, Granada, «Veleta al Sur», 1963. * El gesto, Buenos Aires (Argentina), Seijas y Goyanarte, 1964. * Hombre en paz, Madrid, Editora Nacional, 1966. * Apuntes de la corrida, Málaga, «Cuadernos de María José», 1967. * Tercer gesto, Madrid, Cultura Hispánica, 1967 (Premio Leopoldo Panero, 1966). * Amor, acaso nada, Las Palmas, Cabildo Insular de Gran Canaria, 1968. * Los vientos, Madrid, Revista de Occidente, 1970 (Premio Ciudad de Barcelona, 1969). * Límites, Barcelona, «El Bardo», 1971; 2ª edición: prólogo de M. Ávila Cabezas y J. L. Ortiz de Lanzagorta, Salobreña (Granada), Alhulia, 2003. * Gesto segundo, Barcelona, Instituto de Estudios Hispánicos, 1972 (Premio Boscán, 1968; Premio Guipúzcoa, 1968). * Moheda, Litoral, 85-87 (1979). * Veinte poemas risueños, Granada, Universidad, 1980. * Vasto poema de la resistencia, Granada, Diputación Provincial, 1981. * Azoteas en cal, Madrid, Azur (Los Papeles del Carro de San Pedro), 1982. * Mis amados odres viejos, Madrid, Rialp (Adonais), 1987. * Los estados transparentes, Barcelona, Los Libros de la Frontera (El Bardo), 1993 (Premio Nacional de Literatura, 1994); 2ª edición ampliada: introducción de F. J. Peñas Bermejo, Valencia, Pre-Textos / Diputación Provincial de Granada, 1998. * Doce poemas cardinales, Carmona (Sevilla), «Palimpsesto», 1995. * Dos poemas noruegos, Motril, «Cuadernillos Torre de la Vela», 1995. * El manantial (Homenajes 1965-1996), Córdoba, CajaSur (Los Cuadernos de Sandua), 1996. Variaciones temporales, edición de J. Ortega Torres, Granada, Dauro, 2001. * I´m Speaking, Editorial Northwestern University Press, Evanston (USA), 2001. Antología en edición bilingüe, con traducción al inglés de Sandy McKinney. * Las edades del frío, Barcelona, Tusquets, 2002 (Premio de la Crítica Andaluza, 2003). * Catorce poemas de amor y tiempo, Badajoz, Aula Enrique Díez-Canedo, 2004. * Seis poemas elegíacos, Valdepeñas, «Desde el empotro (Tertulia literaria del Grupo A-7)», 2004. * Los dominios del cóndor, E.D.A. libros. Benalmádena (Málaga), 2007. * Obras completas, 3 volúmenes, Granada, Almed, 2010.Premio Andalucía de la Crítica]]. Narrativa * El país de los sentidos (Prosas marroquíes), Granada, Caja General de Ahorros de Granada, 1990. * Tiempos de vino y poesía (Prosas granadinas), Granada, Port-Royal, 2000. * Por el ancho y pequeño mundo (Prosas viajeras), Málaga, Rafael Inglada, 2001. * Prosas viajeras (Selección), Granada, Dauro, 2003. Ensayo * Renacer poético en la Granada de postguerra (Grupo «Versos al aire libre») (discurso de ingreso en la Academia de Buenas Letras de Granada), Granada, Academia de Buenas Letras de Granada, 2003. * Francisco Izquierdo: un nombre granadino para la Historia de las Letras y del Arte en el siglo XX (discurso de recepción como Supernumerario en la Academia de Buenas Letras de Granada), Granada, Academia de Buenas Letras de Granada, 2004. Discografía * Los alrededores del tiempo (Rafael Guillén dice sus poemas). Producción de Xavier Astor. Edita Ficciones-Revista de Letras. JASS034CD/01 Granada, 2001. * La voz y la palabra (Principios de la Neolengua II). Incluye "Madrigal para tu voz desmantelada" (extracto del CD "Los alrededores del tiempo"). Producciones Peligrosas. * JA55044CD/2 Granada, 2002. * Cancionero-Guía para andar por el aire de Granada. Música y voz de Raul Alcover sobre textos de Rafael Guillén. RCA PB-7671. Madrid, 1978. Estudios sobre su obra La obra de Rafael Guillén ha sido objeto de numerosos estudios, entre ellos el de otro poeta granadino, José Ortega, que le dedicó su memoria de licenciatura ("Aproximación a la poesía de Rafael Guillén")1 en 1971. En la Historia Crítica de la Literatura Hispánica (Taurus), Vol. 21 "La poesía en el siglo XX (desde 1939)", Pilar Palomo lo estudia en el epígrafe "Poetas de los 50", tal como había hecho al ampliar la Historia de la Literatura Española (Gustavo Gili) de Angel Valbuena, quien ya en 1968 le dedicaba un extenso capítulo como a "uno de los mejores poetas actuales". Pilar Gómez Bedate en la Historia de la Literatura Española (Cátedra), Elena Barroso en Poesía Andaluza de hoy (1950-1990) (Biblioteca de la Cultura Andaluza) y Angel L. Prieto de Paula en Poetas españoles de los cincuenta (Biblioteca Hispánica, de Ediciones Colegio de España, Salamanca), entre otros autores, lo incluyen igualmente entre los más importantes autores de su generación. Por su parte, Joaquín Marco, en la Historia y Crítica de la Literatura Española (Grijalbo) de Francisco Rico, lo sitúa genéricamente entre los "poetas de postguerra" y Emilio Miró, en la Historia de la Literatura Española (Taurus) coordinada por Díez Borque, entre los que "ocupan un puesto indiscutible en nuestro panorama poético". Sobre su obra existe una extensa bibliografía que incluye monografías y tesis doctorales. Referencias Wikipedia - http://es.wikipedia.org/wiki/Rafael_Guillén

Francisco Pino

Francisco Pino (Valladolid, 18 de enero de 1910 - íd., 2002), poeta español. Perteneciente a una importante familia burguesa, nunca se interesó por los intereses económicos familiares y, por el contrario, apoyado por su madre, mujer muy culta y buena lectora, se inclinó por el camino intelectual. Tras pasar por el Colegio de Lourdes de Valladolid, comenzó en 1927 la carrera de Derecho en la Universidad de Valladolid. en 1927 conoce a Jorge Guillén, cuyo Cántico le influirá en su primera poesía junto la vanguardia creacionista. Al año siguiente funda en Valladolid, junto a José María Luelmo, Arroyo y Juan R. Ribó, la revista poética Meseta. Viaja a Francia en 1930 y allí cursa estudios de Filología Francesa y se involucra en el movimiento surrealista, después funda DDOOSS (1931), año en que se licencia en Derecho. En 1933 marchó a estudiar inglés y Ciencias Económicas en la Universidad de Londres; en Inglaterra revive su interés por el Catolicismo y funda la revista A la nueva ventura (1934); regresa a España en 1935 para matricularse en la Universidad Central de Madrid. Al finalizar la Guerra Civil, durante la cual sufrió traumáticas experiencias, vivió una especie de activo exilio interior en su casa modernista en el Pinar de Antequera (Valladolid), en compañía de su esposa, entregado a elaborar su obra poética, fiel a la Vanguardia histórica y poco publicitada, de la que dan fe unos setenta títulos que contienen su poesía experimental, visual y religiosa. De esta actividad da fe que fundó y dirigió no menos de nueve revistas de poesía: Meseta (1928), Ddooss (1931), A la nueva ventura (1934), Cancionero (1941), Mejana (1965), Carpetas amarillas (1971), Carpetas blancas (1975), Carpetas grises (1976), Carpetas verdes (1978). En 1989 recibió el Premio de las Letras de Castilla y León y la Medalla de Oro del Círculo de Bellas de Madrid. La Academia Castellano Leonesa de Poesía le entregó en el año 2000 un premio por el conjunto de su obra y en abril de 2002, pocos meses antes de su muerte, publicó su último libro Claro decir, Canto a la vejez. En los tres volúmenes de Distinto y junto. Poesía completa (1990), cuyo título alude a un verso de Fray Luis, se halla la edición de su poesía hasta 1990, en documentada edición a cargo de Antonio Piedra. En 1989 recibió el Premio Castilla y León de las Letras; en 1993 el Premio Provincia de Valladolid por su trayectoria literaria; en 1999 fue homenajeado en las Primeras Jornadas de Poesía Iberoamericana y al año siguiente fue nombrado Hijo Predilecto de Valladolid, la Academia Castellano Leonesa de Poesía le entregó un premio por el conjunto de su obra y obtuvo el Premio El Norte de Castilla por su trayectoria literaria. Escritura La poesía de Pino se mantuvo fiel a las Vanguardias: poesía gráfica que incluye poemas fotográficos y tipográficos, cartelas y mosaicos. Francisco Pino inició su vida literaria como fundador y colaborador de las revistas Meseta (1928-29), DDOOSS (1931) y A la nueva ventura (1934), donde realizó una intensa labor surrealista. Jorge Guillén, Federico García Lorca y Rafael Alberti fueron algunos de los colaboradores de estas revistas. Durante la guerra civil comienza una serie de poemas amorosos que publica en 1942 bajo el título de Espesa rama. En 1957 publica Vuela pluma, bajo la influencia juanramoniana, en 1966 reúne su poesía religiosa en Cinco preludios. En 1969 aparece el último libro de esta etapa, Textos económicos. Continúa en 1970 con uno de los libros claves de la poesía experimental española, Solar, al que le siguen Poema (1972), Hombre, Canción (1973), Octaedro mortal o reloj de arena (1973), formando lo que el autor denomina Agujeros para la poesía. El crítico Antonio Piedra reunió en 1994 su obra vanguardista en la colección Siyno sino. El poeta y profesor de literatura Mario Hernández define a Francisco Pino como «poeta que ha asumido con voluntaria decisión las contradicciones históricas que marcan a los miembros de la llamada generación del 36, haciéndose él mismo depositario conflictivo de unas herencias y de su repudio o superación por una vía irónica o experimental». Obras Lírica * Espesa rama, M., Gráficas Sánchez, 1942. * XXXV canciones del sol, Valladolid, Gesper, 1952. * Versos religiosos, Valladolid, Sever-Cuesta, 1954. * El caballero y la peonía, Valladolid, Miñón, 1955. * El pájaro y los muros, Valladolid, Miñón, 1955. * Vida de San Pedro Regalado, sueño, Valladolid, Meseta, 1956. * Vuela pluma, Valladolid, Sever-Cuesta, 1957. * Las raíces y el aire, Valladolid, Sever-Cuesta, 1958. * Pet, poema, Valladolid, Sever-Cuesta, 1959. * Este sitio, Valladolid, Sever-Cuesta, 1961. * San José, preludio, Valladolid, Sever-Cuesta, 1961. * Alegría, Valladolid, Sever-Cuesta, 1964. * Camino de la cruz, Valladolid, Sever-Cuesta, 1965. * Más cerca, Valladolid, Sever-Cuesta, 1965. * Cinco preludios, Valladolid, Sever-Cuesta, 1966. * Concierto de la virgen joven, Valladolid, Sever-Cuesta, 1967. * Vía Crucis, Valladolid, Sever-Cuesta, 1967. * Concierto del niño verdadero, Valladolid, Sever-Cuesta, 1968. * Desamparo, Valladolid, Sever-Cuesta, 1968. * Concierto de los Reyes Magos, Valladolid, Sever-Cuesta, 1969. * Las ausencias, Málaga, Librería Anticuaria El Guadalhorce, 1969. * Solar, Valladolid, Sever-Cuesta, 1969. * Textos económicos, Valladolid, Librería Relieve, 1969. * 15 poemas fotografiados (diapositivas), Valladolid, Impr. Ambrosio Rodríguez, 1971. * Concierto de la virgen vieja, Valladolid, Sever-Cuesta, 1971. * Poema, Valladolid, Sever-Cuesta, 1972. * Revela velado, Valladolid, Impr. Ambrosio Rodríguez, 1972. * Cinco conciertos de Navidad, Valladolid, Sever-Cuesta, 1973. * Hombre, canción, Valladolid, Impr. A. Rodríguez, 1973. * Octaedro mortal o reloj de arena, Valladolid, Impr. A. Rodríguez, 1973. * Bloques, Valladolid, Impr. A. Rodríguez, 1974. * La salida, Carboneras de Guadazaón, El toro de barro, 1974. * Ocho infinito (8 postales), Valladolid, Impr. A. Rodríguez, 1974. * Terrón, cántico, Valladolid, Impr. A. Rodríguez, 1974. * Oes, Valladolid, Impr. A. Rodríguez, 1975. * El júbilo: la última sílaba, Valladolid, Impr. A. Rodríguez, 1976. *Realidad, Valladolid, Impr. A. Rodríguez, 1976. * Ventana oda, Valladolid, Impr. A. Rodríguez, 1976. * Algo a Jorge Guillén, Valladolid, Impr. A. Rodríguez, 1977. * Antisalmos, M., Peralta, 1978. * Nada más que mirar, M., Entregas de la Ventura, 1980. * Desnudos, Valladolid, Gráficas Andrés Martín, 1981. * Méquina dalicada, M., Hiperión, 1981. * Siete silvas, Valladolid, Balneario escrito, 1981. * Vuela pluma, seguido de Versos para distraerme, M., Editora Nacional, 1982. * Cuaderno salvaje, M., Hiperión, 1983. * En no importa que idioma, Salamanca, Junta de Castilla y León, 1986. * Así que, M., Hiperión, 1987. * Hay más, M., Hiperión, 1989. * Distinto y junto, Valladolid, Consejería de Cultura, 1990 (Poesía completa; 3 vols.; edición; prólogo y notas de Antonio Piedra). * Apremio de una sirena, Velliza, El gato gris; Ediciones de poesía, 1992. * Y por qué, M., Hiperión, 1992. * Syino Sino. Poesía cierta mente ciertamente, Valladolid, Fundación Jorge Guillén, 1995 (3 vols. Poesías completas. Introduc. de Antonio Piedra). * Tejas: lugar de Dios, Poema, Azul, Valladolid, 2000. * Claro decir, B., Lumen, 2002. * El pájaro enjaulado. Poema en treinta y dos cantos y una poetura del lorito en su jaula, Valladolid, Azul, 2002. Otros * Vía crucis (1965). Prosa religiosa. * Invisibilidad de Castilla (1969). Conferencia. * Hacia la poesía (1972). Conferencia. * Discurso leído en el Ateneo con ocasión del homenaje a la revista "Meseta" en el cincuentenario de su nacimiento (1978). Discurso. * "Castilla y los cinco sentidos", en PÉREZ, Federico, Castilla, libro del milenario de la lengua (1979). Artículo. * "Prólogo" a ALEJO, Justo, El aroma del viento (1980). Prólogo."Hacia la poesía", revista Llanuras, núm. 3 (1983). Artículo. * Discurso leído en el Ateneo con ocasión de su nombramiento como socio de honor del mismo (1984). Discurso. * Pregón de la Semana Santa de 1957, en AAVV, Pregones de Semana Santa (1948-1983) (1984). Discurso. * Sobre la manifestación y el último lenguaje en poesía (1985). * En no importa qué idioma (1986). * "El premio en su fiel", Culturas (suplemento de Diario 16), núm. 255, 5 de mayo de 1990. Artículo. * "Sobre San Juan de la Cruz", Artes y Letras (suplemento de El Norte de Castilla), 14 de diciembre de 1991. Artículo. * "Nebrija y los Reyes Católicos a través de mis versos", Artes y Letras (suplemento de El Norte de Castilla), núm. 189, 1992. Artículo. * "Última carta a Jorge Guillén", Culturas (suplemento de Diario 16), núm. 379, 16 de enero de 1993. Artículo. * "Tres detalles quedan", Revista de Occidente, núm. 144 (mayo de 1993). * "Traducción infiel de 'Cántico de las columnas', de Paul Valéry", revista Pavesas. Hojas de poesía, núm 10 (1997). Traducción. * Traducción infiel de "El cuervo" de Edgar Allan Poe (1997). Traducción. * Discurso leido en el Ayuntamiento de Valladolid, en conmemoración del centanario de la imprenta Ambrosio Rodríguez. (1998) * Presentación del libro "desde el escaparate de Ambrosio Rodríguez 1898-1998" * Del sentimiento de academia en los poetas (1998). Discurso. Referencias Wikipedia-http://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_Pino Poética del hueco por Jorge Fernández Gonzalo Francisco Pino es uno de esos poetas poco leídos, raros, de nuestra lírica, que esconden, sin embargo, más de una joya bajo el silencio de su trayectoria poética. Pino, como Jaime Gil de Biedma, soñó con hacerse literatura, y toda su obra supondrá el intento por desaparecer a través de la desviación que propone todo lenguaje, mediante la pátina de la palabra poética, bajo la fragmentación y hollado de la subjetividad. Un poeta anónimo Pino no es sólo un poeta desconocido, sino que casi roza lo anónimo. “Mi deseo –dirá el autor– sería ser un poeta biológicamente y hasta antropológicamente desconocido. Que mi verso, mi cuerpo humano y mi vestido, toda mi apariencia fuese anónima”. Frente al maremagno de certámenes, galas y presentaciones de libros del panorama literario, Pino propone un sujeto poético mallarmeano, esto es, desapareciendo gracias a la escritura, destruyéndose al mismo tiempo que se escribe el texto. Autores como Foucault, Barthes o Blanchot han hablado de esa muerte del autor. Pino, en esta misma línea, llegará a decir en un poema: “¿Habrá algo más hermoso que quedar sin huellas?”. El yo poético se eslabona como hueco, como carencia que toma forma en las estriaciones de la palabra poética sobre el papel o en los juegos caligramáticos, recortes de prensa y otras “poeturas”, como definió el poeta a sus propias perversiones literarias. Entonces, la escritura no consistirá en establecer el relato de un yo, sino la fragmentación del sujeto moderno: “He deseado ser carne de olvido, no saber de mi existencia actual histórica”. De ahí cierta admiración por todo aquello que desaparece. “Todo lo que desaparece se me antoja vivo y hermoso”, será uno de los esclarecedores versos de Pino. Una poética del hueco Pino nos propone una poética del hueco. Al igual que Mallarmé hablaba de los grandes agujeros azules que hacen maliciosamente los pájaros, o como unas palabras de Artaud (“Existe un agujero sin marco / que la vida quiso enmascarar”), Pino habla continuamente de agujeros en su poética, formas por donde la presencia se escapa, ruptura con la subjetividad plena, con los grandes relatos que configuran el yo. El agujero es, para nuestro autor, el territorio de la palabra poética, su destino, su apuesta ontológica. Antonio Piedra, el más importante estudioso de la obra de Francisco Pino, definirá la función de las oquedades en Francisco Pino: “concretando. ¿Qué sería el agujero para Pino? Un principio activo por el que la intangibilidad poética, en los márgenes de la nada, totaliza el perfil de la materia convirtiéndose en experiencia beligerante y creadora”. Las palabras y el yo tienen en la poesía de Pino esa secreta filiación con la oquedad. Oquedad ontológica, hueco del ser, que identifica la vida con la fragmentación y la poesía con esa búsqueda de lo fragmentario, con ese reconocimiento del olvido. Quizá por ello algunos de los poemas más memorables de Pino, los Antisalmos, en donde la materia poética se adelgaza hasta casi lo imperceptible, con efectos de poesía espacial, versos entrecortados, blancos en primera línea de visión, etc., que hacen de la palabra de Pino un intento por evadirse, por borrar el lenguaje y a sí misma, y, como esa nube de sus poemas, ofrecernos la belleza de su desaparición. Referencias http://elrincondelperromugre.blogspot.com.es/2011/07/francisco-pino-antologia-poetica.html

Angel Guinda

Ángel Guinda (Zaragoza, 26 de agosto de 1948) es un escritor español, sobre todo es conocido como poeta, aunque su obra abarca géneros muy variados, desde artículos en periódicos y revistas, hasta el ensayo y la traducción. Reside en Madrid. Fundó la Colección Puyal de libros de poesía en 1977 y la revista Malvís en 1988. Ha publicado más de una veintena de libros y es coautor de la letra del Himno de Aragón. En 2010 fue galardonado con el Premio de las Letras Aragonesas. Poesía * Vida ávida (Zaragoza, Olifante Ediciones de Poesía, 1981.) * El almendro amargo (Buenos Aires, El rayo que no cesa, 1989.) * Lo terrible (Expedición a las tinieblas) (La Habana, Asociación de Escritores de Cuba, 1990.) * Claustro (Poesía 1970-1990) (Zaragoza, Olifante Ediciones de Poesía, 1991.) * Después de todo (Madrid, Libertarias, 1994.) * Conocimiento del medio (Zaragoza, Olifante Ediciones de Poesía, 1996.) * La llegada del mal tiempo (Madrid, Huerga & Fierro Editores. 1998.) * Biografía de la muerte (Madrid. Huerga & Fierro Editores. 2001) * Toda la luz del mundo. Minimal love poems (Zaragoza. Olifante Ediciones de Poesía. 2002) * Poemas perimentales (Angera (Varese, Italia), La Torre degli Arabeschi, 2005.) * Toda la luz del mundo. Minimal love poems. Edición en todas las lenguas del estado español (Zaragoza. Olifante Ediciones de Poesía. 2002) * Claro interior (Zaragoza. Olifante Ediciones de Poesía. 2007) * Toda la luz del mundo. Minimal love poems. Edición en todas las lenguas de la unión europea (Zaragoza. Olifante Ediciones de Poesía. 2008) * Poemas para los demás (Zaragoza. Olifante Ediciones de Poesía. Colección Papeles de Trasmoz. 2009) * Espectral (Zaragoza. Olifante Ediciones de Poesía. Colección Papeles de Trasmoz. 2011) * Caja de lava (Zaragoza. Olifante Ediciones de Poesía. Colección Serie Maior. 2012) (Rigor vitae) (Zaragoza. Olifante Ediciones de Poesía. 2013) * Materia del amor (Lastura. Toledo, 2013) Manifiestos * Poesía y subversión (Zaragoza, Olifante Ediciones de Poesía, 1978) * Poesía útil (Madrid, Librería de las Musas, Mercedes Ramírez, editora. 1994) * El Mundo del Poeta. El Poeta en el Mundo (Zaragoza. Olifante Ediciones de Poesía. Colección Papeles de Trasmoz. 2007) * Poesía violenta (Zaragoza. Olifante Ediciones de Poesía. 2012) Aforismos * Breviario (Zaragoza, Lola Editorial, 1992) * Huellas. (Madrid, Poesía Por Ejemplo, 1998) Traducciones * Cancionero, de Cecco Angiolieri (Zaragoza, Olifante Ediciones de Poesía, 1990) * Tortugas, de Antonio Sagredo (traducción conjunta con Inmaculada Muro. Zaragoza, Colección Cáncana, Lola Editorial, 1993) * Señora de la noche, de Teixeira de Pascoaes (Zaragoza, Olifante Ediciones de Poesía, 2000) * Inútil poesía, de Àlex Susanna (Zaragoza, Olifante Ediciones de Poesía, 2002) * Las espinas de la rosa, Antología poética de Florbela Espanca (Zaragoza, Olifante Ediciones de Poesía, 2002) * ¿Y si no existieses? Antología 1982-2002, de José Manuel Capêlo (Zaragoza, Olifante Ediciones de Poesía, 2003) * Forma sin norma, de Ana Cristina Cesar (Zaragoza, Olifante Ediciones de Poesía, 2006) * Yo. Antología breve, de Augusto dos Anjos (Zaragoza, Olifante Ediciones de Poesía, 2012) Referencias Wikipedia—http://es.wikipedia.org/wiki/Ángel_Guinda

Carlos Barral

Carlos Barral y Agesta, (Barcelona, 1928 - Barcelona, 12 de diciembre de 1989), poeta, memorialista, editor y senador1 español nacido en Barcelona. Licenciado en Derecho por la Universidad de Barcelona en 1950, fue Alma mater, junto a Jaime Gil de Biedma, de la generación literaria de los 50. Es el poeta más complejo de la generación (José Agustín Goytisolo, Gabriel Ferrater, etc.) y el que consigue unos juegos del lenguaje más elevados. Escribió tres volúmenes de memorias que son un hito del género en español. Casado con Yvonne Hortet, mujer perteneciente a la alta burguesía barcelonesa, tuvo cinco hijos (la traductora, ilustradora y empresaria Dánae Barral, el escultor Dario Barral, Marco, Alexis e Yvonne), su vida estuvo fuertemente ligada al mar y a la localidad costera tarragonesa de Calafell, donde residía largas temporadas. Al asumir la jefatura de la editorial Seix Barral, empresa familiar de libros de texto fundada por sus padres en 1911, le imprimió una dirección que le llevó a ser la referencia literaria de todo el mundo hispano editando clásicos de la cultura progresista de los cincuenta, sesenta y setenta. Creó un premio de edición a escala internacional, el Formentor, el Biblioteca Breve y el premio Barral de novela, y fue uno de los artífices del boom latinoamericano y dio a conocer a autores como Juan Marsé, Mario Vargas Llosa, Alfredo Bryce Echenique o Julio Cortázar. Aficionado a la vela, y de salud delicada, fue además senador por Tarragona en 1982 y parlamentario europeo por el PSC-PSOE. En 1988 obtuvo el Premio Comillas de Tusquets Editores en la categoría de Memorias por Cuando las horas veloces. Murió en Barcelona en 1989. Escribió treinta años de Diarios y mantuvo correspondencia, entre otros, con Max Aub, María Zambrano, Camilo José Cela, Miguel Delibes, Gonzalo Torrente Ballester, Vicente Aleixandre, Caballero Bonald, Alfredo Bryce Echenique, Giulio Einaudi, Alberto Oliart, Jaime Gil de Biedma, Jaime Salinas Bonmatí y los presos políticos de Burgos. Su archivo se encuentra depositado en la Biblioteca de Cataluña. Obra * Tuvo varios poemas relevantes en la década de los 60, como vemos posteriormente. Lírica * Las aguas reiteradas (1952) * Metropolitano (1957) * Diecinueve figuras de mi historia civil (1961) * Usuras (1965) * Figuración y fuga (1966) * Informe personal sobre el alba (1970) * Usuras y figuraciones (1973) * Lecciones de cosas: Veinte poemas para el nieto Malcolm (1986) * Antología poética (1989) * Poesía completa (1998) Artículos periodísticos * Observaciones a la mina de plomo, Barcelona: Lumen, 2002. Libros de fotografías * Catalunya des del mar (1982) * Catalunya a vol d'ocell (1985)ç Memorias * Años de penitencia (1975) * Los años sin excusa (1978) * Cuando las horas veloces (1988) * Memorias; prólogos de José María Castellet y Alberto Oliart, Barcelona: Península, 2001 (edición completa de los libros anteriores) * Los diarios / 1957-1989 (1993) * Almanaque (1999, entrevistas completas). * Memorias de infancia, incompletas e inéditas. Novela * Penúltimos castigos (1983, novela autobiográfica). * El azul del infierno (novela incompleta e inédita sobre el cuadro El paso de la laguna Estigia de Patinir). Traducciones Rainer María Rilke, Sonetos a Orfeo. Filmografía En 2010 el director Sigfrid Monleón dirige la película El cónsul de Sodoma, en donde el escritor (interpretado por Josep Linuesa) conoce al poeta Jaime Gil de Biedma. referencias Wikipedia-http://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Barral

Hernando de Acuña

Diego Hernando de Acuña (Valladolid, 1520 - Granada, 22 de junio de 1580) fue un poeta español petrarquista del Renacimiento. De origen noble, se dedicó a las armas y combatió como soldado en Italia bajo las órdenes del marqués del Vasto con quien participó en la guerra del Piamonte cubriendo la plaza dejada por su difunto hermano Pedro, y en Alemania. Cantó a dos damas, las Silvia y Galatea de sus versos durante su estancia hacia 1543 en Tesino. Detenido por los franceses es rescatado por el emperador, quien le nombró gobernador de Querasco. Finalmente participó en la famosa batalla de San Quintín. Sobre 1560 deja la vida militar y se traslada a España, casándose con una prima suya llamada Juana de Zúñiga e instalándose en Granada, donde junto a don Diego Hurtado de Mendoza ejerció su influencia sobre los poetas jóvenes. Obras Pertenece a la primera generación de poetas españoles petrarquistas del Renacimiento. Mantuvo amistad con Garcilaso de la Vega, quien le dedicó un epigrama en latín poco antes de morir que fue impreso en la primera edición de El caballero determinado. Traductor de obras clásicas de grandes escritores latinos e italianos (el Orlando de Boyardo). Es conocido por sus sonetos, sus églogas y elegías, algunas de ellas dedicadas al Emperador Carlos I de España, tema de su famoso soneto "Ya se acerca, señor, o ya es llegada", que se hizo famoso por uno de sus versos, que resume el ideal político de Carlos I: "Un monarca, un imperio y una espada". También puso en quintillas dobles El caballero determinado de Olivier de la Marche, obra traducida en prosa por su amigo, el propio emperador Carlos I. Su viuda publicó en Madrid a su muerte sus Varias poesías en 1591, un cancionero petrarquista afín a los publicados por poetas de su generación como Garcilaso de la Vega o Juan Boscán. Referencias http://es.wikipedia.org/wiki/Hernando_de_Acu%C3%B1a

Enrique Diez-Canedo

Enrique Díez Canedo (Badajoz, 7 de enero de 1879 - México, 7 de junio de 1944) fue un poeta postmodernista, traductor y crítico literario español. Fue embajador español en Uruguay y en Argentina. Su familia materna provenía del pueblo extremeño de Alburquerque, pero durante sus años jóvenes la familia se trasladó sucesivamente a Badajoz, Valencia, Vigo, Port Bou y Barcelona; en esta última ciudad fallecieron sus padres en un breve intervalo de tiempo. Ya huérfano, se trasladó a Madrid para estudiar la carrera de derecho y, una vez concluida y afincado en la ciudad, explicó historia del arte en la Escuela de Artes y Oficios, y lengua y literatura francesas en la Escuela Central de Idiomas. Simpatizó con el institucionismo krausista y fue un asiduo del Ateneo, donde organizó numerosos actos (homenajes a Rubén Darío, a Benito Pérez Galdós, a Mariano de Cavia; presentaciones como la de José María Gabriel y Galán), frecuentó la tertulia del Café Regina, donde entabló amistad con Manuel Azaña, y empezó su trayectoria poética publicando sus primeras poesías en Versos de las horas, 1906. Igualmente empezó a colaborar en la prensa a través de El Liberal, en donde publicó en 1903 un poema recién premiado por el periódico. A éste, siguen otros en la revista Renacimiento, y poco después sus actividades periodísticas no se limitarán a las ya dichas, sino que se amplían a las de crítico literario y artístico. Así, colabora como crítico de poesía en la revista La Lectura y como crítico de arte en el Diario Universal y en el Faro, publicación que divulgaba el pensamiento de jóvenes como José Ortega y Gasset, Adolfo Posada, Gabriel Maura y Pedro de Répide. También trabajó para la Revista Latina y la Revista Crítica, dirigidas respectiva­mente por Francisco Villaespesa y Carmen de Burgos. Como crítico teatral se inició con una serie de artículos en El Globo, 1908. Estuvo en París entre los años 1909 y 1911 como secretario del embajador de Ecuador. Eso no interrumpió su labor periodística, pues escribió también en España, El Sol, La Voz, La Pluma y Revista de Occidente. También escribió para La Nación de Buenos Aires. En 1921 colaboró con Juan Ramón Jiménez en la realización de la revista Índice, por amistad. Díez Canedo tenía mano también en algunas publicaciones para introducir a nuevos escritores y, por ejemplo, publicó los primeros versos de León Felipe en la revista España, y ayudó también a Juan Ramón Jiménez para que aparecieran en El Sol algunas colaboraciones suyas. Gracias a su intercesión, un poema de Gerardo Diego pudo salir en España. Ayudaba además con reseñas y artículos críticos sobre las obras que éstos iban publicando. Entre muchos otros ejemplos, puede citarse el caso de Versos humanos, de Gerardo Diego, de los que hizo una fina crítica en La Nación de Buenos Aires. Como traductor, hizo versiones principalmente del inglés y el francés, pero también del catalán y del alemán. Se le deben versiones de Paul Verlaine, Francis Jammes, Michel de Montaigne, John Webster, H. G. Wells, Heinrich Heine, Eugenio d'Ors y Walt Whitman. Ya en plena Guerra Civil, colaboró en Hora de España y participó en el Segundo Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura; asimismo, dirigió la revista Madrid. Las Conversaciones literarias de Enrique Díez-Canedo indican a las claras que fue un observador atento de la evolución de la prosa en España, y leyéndolas constatamos, por ejemplo, que durante los años de plenitud de Valle Inclán y de Juan Ramón Jiménez surgió en la literatura española -probable­mente en buena medida como un reflejo de los decadentistas franceses- una generación de novelistas denominada "de los eróticos" o "de los galantes". Se trata de una generación de novelistas en la que a la cabeza de todos ellos se suele colocar a Eduardo Zamacois, como precursor, y a Felipe Trigo como voz más autorizada. En 1935 fue elegido miembro de número de la Real Academia de la Lengua Española. Obra * Versos de las horas, 1906, poesías. * La visita del sol, 1907, poesías. * La sombra del ensueño, 1910, poemas. * Imágenes, 1910, poemas. * Sala de retratos, 1920, prosa. * Conversaciones literarias, 1921, crítica literaria. * Algunos versos, 1924, poemas. * Epigramas americanos, 1928, poemas. * Los dioses en el Prado, 1931. * La poesía francesa moderna. Antología ordenada y anotada por Enrique Díez-Canedo y *Fernando Fortún, que se gestó en Francia y se publicó en Madrid en 1913. * Artículos de crítica teatral. El teatro español de 1914 a 1936. México, 1968, 4 vols. * Desde el exilio. Artículos y reseñas críticas (1939-1944). Edición,estudio, introducción, selección y notas de Marcelino Jiménez León. Sevilla,Renacimiento, colección Biblioteca del Exilio, 2010, 574 pp. Referencias Wikipedia - http://es.wikipedia.org/wiki/Enrique_Díez_Canedo




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