A Ernesto Halffter.
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Campanas de Córdoba en la madrugada. Campanas de amanecer en Granada. Os sienten todas las muchachas
Noche de cuatro lunas y un solo árbol, con una sola sombra y un solo pájaro. Busco en mi carne las
Amor, amor que está herido. Herido de amor huido; herido, muerto de amor.
El campo de olivos se abre y se cierra como un abanico. Sobre el olivar
Dulce chopo, Dulce chopo, Te has puesto De oro. Ayer estabas verde,
Esa luna se va, y ellos se acercan… De aquí no pasan. El rumor del rí… apagará con el rumor de troncos el desgarrado vuelo de los gritos. Aquí ha de ser, y pronto. Estoy c…
En el soto, los alamillos bailan uno con otro. Y el arbolé, con sus cuatro hojitas,
Los laberintos que crea el tiempo, se desvanecen. (Sólo queda el desierto.)
Hacia Roma caminan dos pelegrinos, a que los case el Papa, mamita, porque son primos,
Leñador. Córtame la sombra. Líbrame del suplicio de verme sin toronjas. ¿Por qué nací entre espejos?
Yo era. Yo fui, pero no soy. Yo era... (¡Oh fauce maravillosa
La muchacha dorada se bañaba en el agua y el agua se doraba. Las algas y las ramas en sombra la asombraban
La luna pudo detenerse al fin por… Un rayo de luz violenta que se esc… proyectó en el cielo el instante d… La sangre bajaba por el monte y lo… pero los cálices eran de viento y…
Mi corazón oprimido Siente junto a la alborada El dolor de sus amores Y el sueño de las distancias. La luz de la aurora lleva
Yo decía: “Tarde” Pero no era así. La tarde era otra cosa que ya se había marchado. (Y la luz encogía