Los detuvieron por atentado al pudor. Y nadie les creyó cuando el hombre y la mujer trataron de explicarse. En realidad, su amor no era sencillo. Él padecía claustrofobia, y ella, agorafobia. Era sólo por eso que fornicaban en los umbrales.
#1989 #DespistesYFranquezas #EscritoresUruguayos
¿En qué se asemejan después de tod… esas muchachas sin niebla de Amsterdam Madrid París Berna… dueñas de esas largas bien tornead… rotundas pese al frío?
Hacía por lo menos veinte años que Aníbal Sastre conocía a Bernardo Giudice y Amanda Doria. Ni uno ni otra integraban el círculo más o menos estrecho de sus amigos, pero Bernardo y él h...
Ahora que empecé el día volviendo a tu mirada y me encontraste bien y te encontré más linda ahora que por fin
Lluvia regen pioggia pluie crea cúpulas vértigos confianzas sencillamente cae sobre tus hombro… golpea en el paraguas que no puede sentir que llueve en cuatro en och…
A instancias de mis amigos cuerdos… que ya no saben si diagnosticarme prematuro candor o simple chifladu… abro el expediente de mi optimismo y uno por uno repaso los datos
No creo en vos mordaza pero voy a decirte por qué no creo ya ves
Para cruzarlo o para no cruzarlo ahí está el puente en la otra orilla alguien me esper… con un durazno y un país traigo conmigo ofrendas desusadas
Sólo una temporada provisoria, tatuaje de incontables tradiciones… oscuro mausoleo donde empieza a existir el futuro, a hacerse pie… Nada aquí, nada allá. Son las pal…
Ven dulce vida / nunca es tarde salta sobre las vallas de aflicció… sobre las confidencias del escombr… sobre los odios vestidos de blanco y las coronas de crisantemos
La misma nube podría ser cabeza de caballo o cigüeña de igl… flecha de muerte o campana loca ár… paloma o jabalina lo cierto es que la forma
Allá en mis nueves años circulaban dos tipos de tranvías los amarillos de la transatlántica los rojos de la comercial pero aparte de que fueran alemanes…
Si pudiera elegir mi paisaje de cosas memorables, mi paisaje de otoño desolado, elegiría, robaría esta calle que es anterior a mí y a todos.
En la ciudad de Montevideo, a las nueve horas y cuarenta minutos del día quince de mayo del año mil novecientos ochenta y siete, se reúne el Directorio de Abecé, S. A., en la sala de co...
Tus ojos miran como dos latidos tu corazón no puede con su roca, tu memoria se tapa los oídos. Maldices aunque no muevas la boca, sigues comprando el surco y los ma…
Que golpee y golpee hasta que nadie pueda ya hacerse el sordo que golpee y golpee hasta que el poeta