Versos de circunstancias, 1871
#EscritoresCubanos
El extraño puede escribir estos nombres sin temblar, o el pedante, o el ambicioso: el buen cubano, no. De Céspedes el ímpetu, y de Agramonte la virtud. El uno es como el volcán, que vie...
¿Del tirano? Del tirano di todo, ¡di más!; y clava con furia de mano esclava sobre su oprobio al tirano. ¿Del error? Pues del error
Traidor! Con qué arma de oro Me has cautivado? Pues yo tengo coraza De hierro áspero. Hiela el dolor: el pecho
La poesía es sagrada. Nadie De otro la tome, sino en sí. Ni n… Como a esclava infeliz que el llan… Para acudir a su inclemente dueña, La llame a voluntad: que vendrá en…
De mi desdicha espantosa Siento, ¡oh estrellas!, que muero: Yo quiero vivir, yo quiero Ver a una mujer hermosa. El cabello, como un casco,
¿Qué importa que tu puñal Se me clave en el riñón? ¡Tengo mis versos, que son Más fuertes que tu puñal! ¿Qué importa que este dolor
La montaña y la ardilla Tuvieron su querella: —«¡Váyase usted allá, presumidilla… Dijo con furia aquélla; A lo que respondió la astuta ardil…
De puntillas, de puntillas, para no despertar a Piedad, entran en el cuarto de dormir el padre y la madre. Vienen riéndose, como dos muchachones. Vienen de la mano, como dos muchachos. ...
—¿De qué estás triste? —De amor. —¿Por quién? —Por cierta doncella. —¿Muy bella, pues?
El alfiler de Eva loca Es hecho del oro oscuro Que lo sacó un hombre puro Del corazón de una roca. Un pájaro tentador
De gorja son y rapidez los tiempos… Corre cual luz la voz; en alta agu… Cual nave despeñada en sirte horre… Húndese el rayo, y en ligera barca El hombre, como alado, el aire hie…
Aquí está el pecho, mujer, Que ya sé que lo herirás; ¡Más grande debiera ser, Para que lo hirieses más! Porque noto, alma torcida,
Bien: ya lo sé! La Muerte está se… A mis umbrales: cautelosa viene, Porque sus llantos y su amor no ap… En mi defensa, cuando lejos viven Padres e hijo. Al retornar ceñudo
Ganado tengo el pan: hágase el ver… y en su comercio dulce se ejercite la mano, que cual prófugo perdido entre oscuras malezas, o quien lle… a rastra enorme peso, andaba ha po…
Cuando me vino el honor De la tierra generosa, No pensé en Balnca ni en Rosa Ni en lo grande del favor. Pensé en el pobre artillero