#EscritoresMexicanos
¡Con ella, todo; sin ella, nada! Para qué viajes, cielos, paisajes, ¡Qué importan soles en la jornada! Qué más me da
Resuelve tornar al padre No temas, Cristo rey, si descarri… tras locos ideales he partido: ni en mis días de lágrimas te olvi… ni en mis horas de dicha te he olv…
Yo no sé nada de la vida, yo no sé nada del destino, yo no sé nada de la muerte; ¡pero te amo! Según la buena lógica, tú eres luz…
Sol espledente de primavera, a cuyo beso, fresca y lozana, la flor se yergue, la mariposa viola el capullo, la yema estalla; sol espledente de primavera:
Todo en ella encantaba, todo en el… su mirada, su gesto, su sonrisa, s… El ingenio de Francia de su boca… Era llena de gracia, como el Avem… ¡Quien la vio, no la pudo ya jamás…
Y vi las sombras de los que fueron… en sus sepulcros, y así clamaron: «¡Ay, de los vientres que concibie… ¡Ay, de los senos que amamantaron!… II
Tu amada muerta es como una prince… Su alma, en un total olvido de sí… Mas si tú persistes en quererla, Un día esta persistencia de tu amo… Su espíritu tornará a la concienci…
Tú eras la sola verdad de mi vida, el resto, ¿qué es? Humo... palabras, palabras, palabr… ¡mientras la tumba me hace enmudec… Tú eras la mano cordial y segura
El día que me quieras tendrá más l… la noche que me quieras será de pl… con notas de Beethoven vibrando en… sus inefables cosas, y habrá juntas más rosas
¿Por qué permaneciste siempre sord… ¡Dios sabe cuántas veces, con amor… te busqué en las tinieblas, sin po… Hoy —¡por fin!—te recobro: todo, p… cierto...
Cuando lloro con todos los que llo… cuando ayudo a los tristes con su… cuando parto mi pan con los que im… eres tú quien me inspira, sólo tú, Cuando marcho sin brújula ni tino,
Después de aquella brava agonía, ya me resigno..., ¡sereno estoy! Yo, que con ella nada pedía, hoy, ya sin ella, sólo querría ser noble y bueno... ¡mientras me…
Bien sé, devota mujer, cuando te contemplo en tus fervores y celo arder, que no me puedes querer como quieres a Jesús.
Bien venga, cuando viniere, la Muerte: su helada mano bendeciré si hiere... He de morir como muere un caballero cristiano.
La muerte nada quiere con los tris… Subrepticia y astuta, aguarda a que riamos para abrirnos la tumba y, con su dedo trágico, de pronto