#EscritoresMexicanos
Un hilo de agua que cae de una llave imperfecta; un hilo de agua, manso y diáfano, que gorjea toda la noche y todas las noches cerca de mi alcoba; que canta a mi soledad y en ella me ac...
¡Ay de mí! Cuantas veces, arrobad… en la contemplación de una quimera… me olvidé de la noble compañera que Dios puso a mi lado. —¡Siempre estás distraído! —me dec…
Cristo dijo que allí donde nos reuniésemos en su nombre, estaría Él en medio de nosotros. No es, pues, extraño que aquella noche misteriosa en que hablábamos de Él con unción cordial, d...
¿Por qué permaneciste siempre sord… ¡Dios sabe cuántas veces, con amor… te busqué en las tinieblas, sin po… Hoy —¡por fin!—te recobro: todo, p… cierto...
¡Dios no ha de devolvértela porque… Mientras tú vas y vienes por la ca… vacía; mientras gimes, la pobre está pudriéndose en su ag… ¡Ya todo es imposible!
¡Qué son diez años para la vida de… Mas para el triste amante que enco… de su alma en el camino, y se enam… diez años de connubio son una eter… Diez años, cuatro meses y siete dí…
Después de aquella brava agonía, ya me resigno..., ¡sereno estoy! Yo, que con ella nada pedía, hoy, ya sin ella, sólo querría ser noble y bueno... ¡mientras me…
Como duerme la chispa en el guijar… y la estatua en el barro, en ti duerme la divinidad. Tan sólo en un dolor constante y f… al choque, brota de la piedra iner…
Para calmar a veces un poco el sob… el invencible anhelo de volverte a… me imagino que viajas por un país… de donde es muy difícil, ¡muy difí… Así mi desconsuelo, tan hondo, se…
«Espíritu que naufraga en medio de un torbellino, porque manda mi destino que lo que no quiero haga; »frente al empuje brutal
Bien ves, si me estás mirando, que desde que te perdí, mi vida se va pasando piadosamente pensando en ti;
O no hay alma, y mi muerta ya no e… (conforme el duro y cruel “polvo s… o no puede venir, y está muy trist… pero olvidarse de mi amor, ¡jamás! Si de lo que ella fue sólo viviese
“El agua toma siempre la forma de… que la contienen”, dicen las cienc… atisban y pretenden analizarme en… yo soy la resignada por excelencia… ¿No ves que a cada instante mi for…
Hasta muriéndote me hiciste bien, porque la pena de aquel edén incomparable que se perdió, trocando en ruego mi vieja rima, llevó mis ímpetus hacia la cima,
Yo no debo irme: tengo que esperar hasta que la muerte venga a llamar… ¡Tengo que esperar! ¡Cuánto tarda, cuánto!... Pero el tiempo corre