#1981 #EscritoresUruguayos #PoemasDeLaOficina
La asamblea anual de la Fauna Artística y Literaria fue convocada, en primera citación, a las 20 horas, y en segunda a las 21, pero sólo se logró el quorum necesario en el segundo llama...
Ay del sueño si sobrevivo es ya borrándome ya desconfiado y permante y tantas veces me hundo y sueño muslo a tu muslo
Como esplende un sesentón cuando l… al bisoño que intentó conseguir el… asiento libre como bienquiere el contribuyente s… número cuatro en el momento de enf…
Una ensenada sólo vista en postale… una región perpleja del recuerdo una fruta escasísima y sabrosa un suburbio que ya no se frecuenta una paloma absorta en los pretiles
Nacido como todos de un deseo en la noche trivial y en la distan… de la nada de ozono transeúnte desnudo desde el vamos / aprendiz de desdicha de culpas de inocencia
Hace apenas dos años que nos junta… para hacer algo aunque fuera bien poco por la patria doméstica la pobrecita jodida
Se había olvidado del carnaval y s… de los insomnios después de cada e… de los barriletes con hojas de afe… de sus trescientos soldaditos de p… se había olvidado de las tardes en…
Vos también estás asombrado no querés admitir la salvación por… o acaso no podés creer que haya cualesquiera hijos de vecino que metan la vida prójima en el ce…
Nunca me ha sido fácil encontrar la almohada adecuada a mis sueños a su medida exacta en la cabeza noche
Con todas las letras y con todos l… dijo mi amigo que la moral era ana… mi amigo dijo que había que ser re… después llegaron los capitanes del… hicieron el consabido acopio de sí…
Hay ciudades que son capitales de… y otras que son ciudadelas del asc… hay ciudades que son capitales de… y otras que apenas son escombreras… pero aun sin llegar a esos extremo…
Ésta debe ser la trigésima despedida. Es un trámite que Fernando Varengo conoce de sobra. Como testigo, claro; no como viajero. Asistir a la normal y apasionada discusión de Migue...
Tutor de los perdones distribuidor de penas condona las condenas condena los condones
En la sala repleta circuló un aire helado cuando don Luciano, con todo el peso de su prestigio y de su insobornable capacidad de juicio, al promediar su conferencia tomó aliento para de...
Después de todo el solo riesgo de que dios exista es que exista en mi sueño y allí aletee sin preguntas dejando llagas en mi corazón