#EscritoresAndaluces #EscritoresEspañoles #EscritoresGranadinos #Generación27 #PoemaDelCanteJondo
Cuando sale la luna se pierden las campanas y aparecen las sendas impenetrables. Cuando sale la luna,
La mano crispada como una Medusa ciega el ojo doliente del candil. As de bastos.
Hoy siento en el corazón un vago temblor de estrellas, pero mi senda se pierde en el alma de la niebla. La luz me troncha las alas
Tú querías que yo te dijera el secreto de la primavera. Y yo soy para el secreto lo mismo que es el abeto. Árbol cuyos mil deditos
La mar no tiene naranjas. ni Sevilla tiene amor. Morena, qué luz de fuego. Préstame tu quitasol. Me pondrá la cara verde,
La muerte entra y sale de la taberna. Pasan caballos negros y gente siniestra
Antonio Torres Heredia, hijo y nieto de Camborios, con una vara de mimbre va a Sevilla a ver los toros. Moreno de verde luna
No te conoce el toro ni la higuera… ni caballos ni hormigas de tu casa… No te conoce tu recuerdo mudo porque te has muerto para siempre. No te conoce el lomo de la piedra,
El grito deja en el viento una sombra de ciprés. (Dejadme en este campo, llorando). Todo se ha roto en el mundo.
Las manos de mi cariño te están bordando una capa con agremán de alhelíes y con esclavina de agua. Cuando fuiste novio mío,
Arbolé, arbolé seco y verdé. La niña del bello rostro está cogiendo aceituna. El viento, galán de torres,
Cuando yo me muera, enterradme con mi guitarra bajo la arena. Cuando yo me muera, entre los naranjos
El río Guadalquivir va entre naranjos y olivos. Los dos ríos de Granada bajan de la nieve al trigo. ¡Ay, amor
La noche quieta siempre. El día va y viene. La noche muerta y alta. El día con un ala. La noche sobre espejos
En el gris, el pájaro Griffón se vestía de gris. Y la niña Kikirikí perdía su blancor