#EscritoresCubanos
Cómo llevar a las palabras la sensación, el roce de tu mano por vez primera entre la mía. Su forma frágil, delicada, su ser, su estar en mí, su suave e…
Qué significa oler, a qué lenguaje pertenece el picor de la cebolla siempre aludiendo a más; y la frag… de amanecer de toda fruta, qué misteriosa promesa nos esconde
Vamos a conversar un poco en el pa… el añil con su antigua memoria de… Trae el viejo sillón de mimbre, tr… la mesita oscura. Dignamente las ascuas del tabaco g…
La eternidad por fin comienza un l… y el día siguiente apenas tiene no… y el otro es el oscuro, al abolido… Y en él se apagan todos los murmul… y aquel rostro qua amábamos se esf…
—¡Ahora nosotros somos buenos y ustedes malos! Y los niños, desde la cima blanca de la mañana,
Un poema no es más que una conversación en la penumbr… del horno viejo, cuando ya todos se han ido, y cruje afuera el hondo bosque; un poema
Este silencio, blanco, ilimitado, este silencio del mar tranquilo, inmóvil, que de pronto
En medio de una rugiente avalancha… La luz arranca destellos, no, salt… a la pequeña escalinata que mi pad… desde un humilde orgullo, y vuelan en astillas de luz los troncos de…
Habiendo llegado al tiempo en que la penumbra ya no me consuela más y me apocan los presagios pequeños… habiendo llegado a este tiempo; y como las heces del café
Entra el blanco mediodía por las abiertas persianas y huyen las sombras livianas al interior de los días. Desciende a las losas frías
Y vimos al pacífico elefante alzar su vieja trompa incomprensib… junto a las detenidas nubes blanca… Y vimos al pacífico elefante. Allí como una letra tosca y pura
Y mientras te inclinabas Impaciente al vacío, interrogando la polvorienta púrpura, vi el sesgo valeroso de la boina,
La muerte es esa pequeña jarra, con flores pintadas a mano, que hay en todas las casas y que uno jamás se detiene a ver. La muerte es ese pequeño animal que ha cruzado en el patio, y ...
El que tenía costumbre de poner la… sobre la mesa blanca junto al pan… traje rugoso de fervor y alpaca, y aquella su esperanza filial en l… ya no conmueve nunca el suave pens…
Salta el rey, y los bastos cerrado… lo acometen brutales. Los oros van huyendo en la vasta llanura. Y ha caído la sota funesta junto al buen caballero. La parda