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El negro junto al cañaveral. El yanqui sobre el cañaveral. La tierra
La flauta gemía su melancolía. La flauta decía: no hay pena tan grande cual la pen… La flauta gemía
Como un puñal, como un arpón, el banderón americano en tu costado de carbón. Sucio de sangre el banderón. Un yanqui allí, látigo en mano.
De tus manos gotean las uñas, en un manojo de diez uva… Piel, carne de tronco quemado, que cuando naufraga en el espejo,…
Si yo pudiera viajar hacia la Luna, viajara, pero señor, para averiguar si tiene limpia la cara.
Por el camino de la mar vino el pirata, mensajero del Espíritu Malo, con su cara de un solo mirar y con su monótona pata
¿Cómo estás, Puerto Rico, tú de socio asociado en sociedad? Al pie de cocoteros y guitarras, bajo la luna y junto al mar, ¡que suave honor andar del brazo,
Cuelga colgada, cuelga en el viento, la gorda luna de Barlovento. Mar: Higuerote.
Vi el corderito blanco, niño entre los corderos, con un gran tajo rojo desangrarse en silencio. Cerca, en la tarde fría,
Ya yo me enteré, mulata, mulata, ya sé que dise que yo tengo la narise como nudo de cobbata. Y fíjate bien que tú
Sencilla y vertical, como una caña en el cañaveral. Oh retadora del furor genital: tu andar fabrica para el espasmo g…
Envenenada tinta habla de los mau-maus; negros de diente y uña, de antropofagia y tótem. Gruñe la tinta, cuento,
Mendoza la bien sembrada, ciudad de luz y arboleda, en roca viva engastada... Amor de Marianetti, el Señor
Brizna, pequeño tallo verde, en la tierra oscura. ¿de qué selva minúscula eres baobab, de cuántos pájaros-pulgas guardan
Stalin, Capitán, a quien Changó proteja y a quien r… A tu lado, cantando, los hombres l… el chino, que respira con pulmón d… el negro, de ojos blancos y barbas…