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Tarde tranquila, casi con placidez de alma, para ser joven, para haberlo sido cuando Dios quiso, para tener algunas alegrías... lejos,
Ya habrá cigüeñas al sol, mirando la tarde roja, entre Moncayo y Urbión. Se abrió la puerta que tiene gonces en mi corazón,
Cabalgaba por agria serranía, una tarde, entre roca cenicienta. El plomizo balón de la tormenta de monte en monte rebotar se oía. Súbito, al vivo resplandor del ray…
Soria de montes azules y de yermos de violeta, ¡cuántas veces te he soñado en esta florida vega por donde se va,
La calle en sombra. Ocultan los a… el sol que muere; hay ecos de luz… ¿No ves, en el encanto del mirador… el óvalo rosado de un rostro conoc… La imagen, tras el vidrio de equív…
En mi rincón moruno, mientras repi… el agua de la siembra bendita en m… yo pienso en la lejana Europa que… el fiero norte, envuelto en lluvia… Donde combaten galos, ingleses y t…
La roja tierra del trigal de fuego… y del habar florido la fragancia, y el lindo cáliz de azafrán manche… amó, sin mengua de la lis de Franc… ¿Cuya es la doble faz, candor y ha…
Se le vio, caminando entre fusiles… por una calle larga, salir al campo frío, aún con estrellas de la madrugada. Mataron a Federico
A los señores de Masriera, en recuerdo de una expedición a El… ¡Encinares castellanos en laderas y altozanos, serrijones y colinas
El demonio de mis sueños ríe con sus labios rojos, sus negros y vivos ojos, sus dientes finos, pequeños. Y jovial y picaresco
¿Sevilla?... ¿Granada?... La noch… Angosta la calle, revuelta y morun… de blancas paredes y obscuras vent… Cerrados postigos, corridas persia… El cielo vestía su gasa de abril.
Tus ojos me recuerdan las noches de verano, negras noches sin luna, orilla al mar salado, y el chispear de estrellas
Yo voy soñando caminos de la tarde. ¡Las colinas doradas, los verdes pinos, las polvorientas encinas!... ¿Adónde el camino irá?
En nuestras almas todo por misteriosa mano se gobierna. Incomprensibles, mudas, nada sabemos de las almas nuestras… Las más hondas palabras
... Y tu cincel me esculpía en una piedra rosada, que lleva una aurora fría eternamente encantada. Y la agria melancolía