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Cuando entre la sombra oscura perdida una voz murmura turbando su triste calma, si en el fondo de mi alma la oigo dulce resonar,
Como en un libro abierto leo de tus pupilas en el fondo; ¿a qué fingir el labio risas que se desmienten con los oj… ¡Llora! No te avergüences
Al brillar un relámpago nacemos, y aún dura su fulgor cuando morimo… ¡tan corto es el vivir! La Gloria y el Amor tras que corr… sombras de un sueño son que perseg…
¿Será verdad que, cuando toca el s… con sus dedos de rosa, nuestros oj… de la cárcel que habita huye el es… en vuelo presuroso? ¿Será verdad que, huésped de las n…
Una tarde de verano y en un jardín de Toledo me refirió esta singular historia una muchacha muy buena y muy bonita. Mientras me explicaba el misterio de su forma especial besaba las hoj...
Como se arranca el hierro de una h… su amor de las entrañas me arranqu… aunque sentí al hacerlo que la vid… me arrancaba con él. Del altar que le alcé en el alma m…
Sacudimiento extraño que agita las ideas, como huracán que empuja las olas en tropel. Murmullo que en el alma
No digáis que, agotado su tesoro, de asuntos falta, enmudeció la lir… podrá no haber poetas; pero siempr… habrá poesía. Mientras las ondas de la luz al be…
Saeta que voladora cruza, arrojada al azar, y que no se sabe dónde temblando se clavará; hoja que del árbol seca
Mi vida es un erial, flor que toco se deshoja; que en mi camino fatal alguien va sembrando el mal para que yo lo recoja.
Te vi un punto, y, flotando ante m… la imagen de tus ojos se quedó como la mancha oscura, orlada en f… que flota y ciega si se mira al so… Adondequiera que la vista fijo
En Sevilla, y en mitad del camino que se dirige al convento de San Jerónimo desde la puerta de la Macarena, hay, entre otros ventorrillos célebres, uno que, por el lugar en que está col...
Sabe si alguna vez tus labios rojo… quema invisible atmósfera abrasada… que el alma que hablar puede con l… también puede besar con la mirada.
Es cuestión de palabras, y, no obs… ni tú ni yo jamás, después de lo pasado, convendremos en quién la culpa está. ¡Lástima que el amor un diccionari…
De lo poco de vida que me resta diera con gusto los mejores años, por saber lo que a otros de mí has hablado. Y esta vida mortal, y de la eterna