Sulca del mar de Amor las rubias… barco de Barcelona, y por los bell… lazos navega altivo, aunque por el… tal vez te muestres y tal vez te e… Ya no flechas, Amor, doradas onda…
Hombre mortal mis padres me engend… aire común y luz de los cielos die… y mi primera voz lágrimas fueron, que así los reyes en el mundo entr… La tierra y la miseria me abrazaro…
Vierte racimos la gloriosa palma, y sin amor se pone estéril luto; Dafnes se queja en su laurel sin f… Narciso en blancas hojas se desalm… Está la tierra sin la lluvia en ca…
Con nuevos lazos, como el mismo A… hallé en cabello a mi Lucinda un d… tan hermosa, que al cielo parecía en la risa del alba, abriendo el p… Vino un aire sutil, y desatólo
Esto de imaginar si está en su cas… si salió, si la hablaron, si fue v… temer que se componga, adorne y vi… andar siempre mirando lo que pasa; temblar del otro que de amor se ab…
Corría un manso arroyuelo entre dos valles al alba, que sobre prendas de aljófar le prestaban esmeraldas. Las blancas y rojas flores
«—Amada pastora mía, tus descuidos me maltratan, tus desdenes me fatigan, tus sinrazones me matan. A la noche me aborreces
Cuando las secas encinas, álamos y robles altos, los secos ramillos visten de verdes hojas y ramos; y las fructíferas plantas
Si fuera de mi amor verdad el fueg… él caminara a tu divina esfera; pero es cometa que corrió ligera con resplandor que se deshizo lueg… ¡Qué deseoso de tus brazos llego
Érase el mes de más hermosos días, y por quien más los campos entreti… señora, cuando os vi, para que pen… tantas necias de Amor filaterías. Imposibles esperan mis porfías,
En las mañanicas del mes de mayo, cantan los ruiseñores, se alegra el campo. En las mañanicas
Al son de los arroyuelos cantan las aves de flor en flor, que no hay más gloria que amor ni mayor pena que celos. Por estas selvas amenas
Yo me muero de amor, que no sabía, aunque diestro en amar cosas del s… que no pensaba yo que amor del cie… con tal rigor las almas encendía. Si llama la moral filosofía
Hortelano era Belardo de las huertas de Valencia, que los trabajos obligan a lo que el hombre no piensa. Pasado el hebrero loco,
Canta Amarilis, y su voz levanta mi alma desde el orbe de la luna a las inteligencias, que ninguna la suya imita con dulzura tanta. De su número luego me trasplanta