Un soneto me manda hacer Violante que en mi vida me he visto en tant… catorce versos dicen que es soneto… burla burlando van los tres delant… Yo pensé que no hallara consonante…
Éste de mis entrañas dulce fruto, con vuestra bendición, oh Rey eter… ofrezco humildemente a vuestras ar… que si es de todos el mejor tribut… un puro corazón humilde y tierno,
Quien supiere, señores, de un pasa… que de Juana a esta parte anda per… duro de cama y roto de vestido, que en lo demás es blando como un… de cejas mal poblado, y de elefant…
Mi bien nacido de mis propios male… retrato celestial de mi Belisa, que en mudas voces y con dulce ris… mi destierro y consuelo hiciste ig… Ciego, llorando, niña de mis ojos,
Con nuevos lazos, como el mismo A… hallé en cabello a mi Lucinda un d… tan hermosa, que al cielo parecía en la risa del alba, abriendo el p… Vino un aire sutil, y desatólo
Dulce Filis, si me esperas, de favor has de ir mudando, que es mucho para burlando, y poco para de veras. Si fías en mis amores,
Pasando el mar el engañoso toro, volviendo la cerviz, el pie besaba de la llorosa ninfa, que miraba perdido de las ropas el decoro. Entre las aguas y las hebras de or…
Érase el mes de más hermosos días, y por quien más los campos entreti… señora, cuando os vi, para que pen… tantas necias de Amor filaterías. Imposibles esperan mis porfías,
Versos de amor, conceptos esparcid… engendrados del alma en mis cuidad… partos de mis sentidos abrasados, con más dolor que libertad nacidos… expósitos al mundo, en que perdido…
Es la mujer del hombre lo más buen… y locura decir que lo más malo, su vida suele ser y su regalo, su muerte suele ser y su veneno. Cielo a los ojos, cándido y sereno…
Vengada la hermosa Filis de los agravios de Fabio a verle viene al aldea enfermo de desengaños. A ruego de los pastores
7 Éstos los sauces son y ésta la fue… los montes éstos, y ésta la ribera donde vi de mi sol la vez primera los bellos ojos, la serena frente.
Muere la vida, y vivo yo sin vida, ofendiendo la vida de mi muerte, sangre divina de las venas vierte, y mi diamante su dureza olvida. Está la majestad de Dios tendida
Dulce Jesús de mi vida, ¡qué dije!, espera, no os vais: que no es bien que vos seáis de una vida tan perdida. Pero si no sois de mí,
Por las ondas del mar de unos cabe… un barco de marfil pasaba un día que, humillando sus olas, deshacía los crespos lazos que formaban de… iba el Amor en él cogiendo en ello…