#1988 #EscritoresUruguayos #VientosDelExilio
Aliiiirio. Aliiiirio Bengoa. Demasiado clamor para ser escuchado a las siete y media de la mañana. Pero allí está el hombre, agitando los brazos desde la vereda de enfrente y gritando A...
Llueve desaforada / deshilachadame… llueve con flechas rotas / con gor… llueve con las noticias del otro y… llueve con ojos secos tristemente llueve con mariposas y pronósticos
Dice mi amigo Bud que los ovnis n… de marte ni de la urss ni de cabo… sencillamente llegan de un remotís… con la peregrina intención de inve… cómo fue que los terrestres empeza…
Cielito cielo que sí cielo del sesenta y nueve con el arriba nervioso y el abajo que se mueve que vengan o que no vengan
Que golpee y golpee hasta que nadie pueda ya hacerse el sordo que golpee y golpee hasta que el poeta
Con esta soledad alevosa tranquila con esta soledad de sagradas goteras
El profeta lo dijo en la plaza: «Dentro de veinte años el Señor descenderá nuevamente a la tierra. Y habrá justicia», pero los descreídos le gritaron: «Es muy cómodo predecir lo que va ...
Quien primero le habló del Ángel fue el tío Sebastián. Mucho antes de que el Ángel apareciera. Quien primero negó al Ángel fue el tío Eduardo. Pero Ana María estaba en la edad de creer ...
El senador murió y sus viudas lloran por orden de alfabeto es la emulsión de muchas dudas de buen humor y de respeto llora Alejandra sin empaque
Porqué viene el recuerdo éste y no otro si nadie nada nunca lo llama lo repite lo convoca si miro claraboyas nubes techos
Cuando a uno lo expulsan a patadas del sueño el amanecer es siempre una modorra se emerge de ese ensayo de muerte todavía sellado por la víspera
Viene contento el nuevo la sonrisa juntándole los labios el lápizfaber virgen y agresivo el duro traje azul
Vas a parir felicidad yo te lo anuncio tierra virgen tras resecarte dividida y no hallar nada que te alivie como un abono inesperado
Como esplende un sesentón cuando l… al bisoño que intentó conseguir el… asiento libre como bienquiere el contribuyente s… número cuatro en el momento de enf…
En la sala repleta circuló un aire helado cuando don Luciano, con todo el peso de su prestigio y de su insobornable capacidad de juicio, al promediar su conferencia tomó aliento para de...