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En el café de Chinitas dijo Paquiro a su hermano: «Soy más valiente que tú, más torero y más gitano». En el café de Chinitas
El lagarto está llorando. La lagarta está llorando. El lagarto y la lagarta con delantalitos blancos. Han perdido sin querer
Hacia Roma caminan dos pelegrinos, a que los case el Papa, mamita, porque son primos,
No te conoce el toro ni la higuera… ni caballos ni hormigas de tu casa… No te conoce tu recuerdo mudo porque te has muerto para siempre. No te conoce el lomo de la piedra,
¡Viva Sevilla! Llevan las sevillanas en la mantilla un letrero que dice: ¡Viva Sevilla!
La Tarara, sí; la tarara, no; la Tarara, niña, que la he visto yo. Lleva la Tarara
La guitarra, hace llorar a los sueños. El sollozo de las almas perdidas, se escapa por su boca
Zarzamora con el tronco gris, dame un racimo para mí. Sangre y espinas. Acércate. Si tú me quieres, yo te querré. Deja tu fruto de verde y sombra
Las gentes iban y el otoño venía. Las gentes iban a lo verde. Llevaban gallos
En la torre amarilla, dobla una campana. Sobre el viento amarillo,
El remanso del aire bajo la rama del eco. El remanso del agua bajo fronda de luceros. El remanso de tu boca
Sobre el monte pelado un calvario. Agua clara y olivos centenarios. Por las callejas
Yo era. Yo fui, pero no soy. Yo era... (¡Oh fauce maravillosa
Por las orillas del río se está la noche mojando y en los pechos de Lolita se mueren de amor los ramos. Se mueren de amor los ramos.
Ni quiero ser poeta, ni galante. ¡Sábanas blancas donde te desmayes… No conoces el sueño ni el resplandor del día.