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—¡Hola, Pinocho!, ¿qué haces ahí? —Busco una joya que ayer perdí. —Dime, Pinocho, ¿que joya?, di. —Un pedacito de mi nariz.
En la Sierra Maestra, con el paisaje, se alzó su vide noble, creció su sangre. Sembrador, guerrillero,
La garcita campesina polainas de tierra y alitas de harina. Pañuelo al viento se ve la garza.
Viajaré a la luna desde el campamento con su colorada pañoleta al cuello. Para complacerla
Ocho mulitos tiene mi arria y todos suben por la montaña. Se ve salpicado el río
Tiene la vaca bermeja un ternerito de nata. Se lo encontró en el corral un jueves por la mañana. Quiso llevarlo a pasear
En el río San Juan vive un pececito que aprende a nadar. Sobre el Yumirí —iris diminuto—
De la lunita nueva vuela una garza; tiene el cuello nevado, de azul las alas. Volando viene
El cielo es un espejo y la gaviota suelta su vela blanca desde la costa. Marinera del aire,
Palma real, bandera viva en el paisaje clavada, tu nombre lo mece el viento, el viento que llega y pasa. Cuando al ondular susurras
Los gallos de Trinidad, de la tarde a la mañana, velan los viejos palacios, cuidadn la Torre de Iznaga. En la Popa y la Vigía
Moterita de madera llena de polvos de arroz, con tapa de cristal fino y la mota de plumón. ¿De quién será la motera
Naranja sobre limón, sobre limones el agua: agua fértil de represa, agua de la nube blanca. Finas espigas de arroz,
Aserrín Aserrán. Puñadito de violetas, limoncito verdemar, anillito de corales.
La Sierra Maestra ¡tan alta, tan grande! ¡tan brava, tan bella! De roca para el tirano; para el patriota, de miel.