#1988 #EscritoresUruguayos #VientosDelExilio
Un tallito de verdes y un añoso al… las veinticuatro horas y el instan… una vislumbre dicha por las manos… el amor es un centro con extrañas… clausura y campo abierto
Nuestro conferenciante de esta noc… es de aquellos que nunca necesitan presentación o panegírico quién no conoce al huésped de la s… al utilero del ambage
—Un momento. Quiero saber con quién estoy hablando. —René, no cortes esta vez. Es larga distancia. —Desde hace bastante tiempo. ¿Te acordás de cuando cumpliste catorce años?...
El corazón y el sol tienen sistema… y también eclipses y mala sombra cuando el sol tempranero ilumina l… o el corazón insemina los campos todo el mundo se muestra generoso
A pesar de psicólogos / detectives / novelistas ingleses / los asesinos en su mayoría no vuelven al lugar del crimen huyen por lo común despavoridos
De vez en cuando la alegría tira piedritas contra mi ventana quiere avisarme que está ahí esper… pero me siento calmo casi diría ecuánime
Defender la alegría como una trinc… defenderla del caos y de las pesad… de la ajada miseria y de los miser… de las ausencias breves y las defi… defender la alegría como un atribu…
Alguien limpia la celda de la tortura que no quede la sangre ni la amargura alguien pone en los muros
A sus treinta y cinco años, Ileana Márquez tenía marido (Dámaso) y amante (Marcos). Saberse querida, o al menos deseada por ambos, no le causaba la menor ansiedad, más bien le otorgaba ...
Era un vampiro que sorbía agua por las noches y por las madrugada… al mediodía y en la cena. Era abstemio de sangre y por eso el bochorno
El niño que no vino tiene los labios fuertes tiene las manos tiernas el alma como nube no es nadie
A veces por supuesto usted sonríe y no importa lo linda o lo fea
Tengo miedo de verte necesidad de verte esperanza de verte desazones de verte tengo ganas de hallarte
Lo dijeron y lo repitieron esclarecidos portavoces de Algo: «Se acabó la escritura. La literatura está condenada a morir. De ahora en adelante sólo existirá la Cultura del Ruido y de la...
Lejos quedó el exilio descubierto en ensueños brumosos o cubierto de olvido un jardín más o menos irrisorio del que tomamos cuatro rosas