#1973 #EscritoresUruguayos #LetrasDeEmergencia
Esa pared me inhibe lentamente piedra a piedra me agravia ya que no tengo tiempo de bajar ha… y escuchar su siniestra horadante… ya que no tengo tiempo de acumular…
Nosotras las viejitas democráticas ni huesos conseguimos para el cald… pero como escuchamos Radio Carve nosotras le tenemos miedo al cambi… Esa pensión que nos brinda el gobi…
Como es de público desconocimiento somos conservadores pero conservadores cuando priorizamos la oxidación de… cuando ensalzamos la angustia del…
Creo que mi ciudad ya no tiene con… entre otras cosas porque me ha per… o acaso sea pretexto de enamorado que amaneciendo lejos imagina sus arboledas y sus calles blancas
Columnata de árboles o nada / sombras sobre piedras herméticos zaguanes o nada / hojas en el viento la llaman calle de abrazados
Mi saldo disminuye cada día qué digo cada día cada minuto cada bocanada de aire muevo mis dedos como si pudieran
Hay una tos reseca como de cigarrillo después un comentario murmurado un arrastre de silla
Desde que, en mi lejana adolescencia, me enfrenté a El amor, las mujeres y la muerte, por entonces el libro más popular del filósofo alemán Arthur Schopenhauer (1788-1860), entré en con...
Es fácil vaticinar que los propagandistas de la infancia no van a interrumpir su campaña quieren vendernos la inocencia cual si fuera un desodorante o un horóscopo después de todo saben...
Lo decidí antenoche mientras iba caminando sin rumbo y sin apuro bajo la lluvia lenta mansa justa no voy a ir así que no me espere usted dirá qué tipo quién lo entie…
Es mi lugar mi cielo mi almohada mis insultos soy el que soy porque los otros so…
Para los europeos el estalinismo fue un hecho en tanto que
Falta saber el último sentido, quiero decir: si es pueblo o es im… Cada noticia con su desmentido, cada desolación con su misterio. Claro, cuando el misterio es de me…
Ya lo sabemos es difícil decir que no decir no quiero ver que el dinero forma un cerco
Aliiiirio. Aliiiirio Bengoa. Demasiado clamor para ser escuchado a las siete y media de la mañana. Pero allí está el hombre, agitando los brazos desde la vereda de enfrente y gritando A...