#EscritoresCubanos #FueraDelJuego
De un rumor creciente y voluptuoso se llenan para mí los días. Dispongo de este mundo exasperado
Cuando yo era un poeta que me pase… por las calles del Kremlin, culto en los más oscuros crímenes… Ala y Katiushka preferían acariciarme la cabeza,
Ámalo, por favor, que es el herido que redactaba tus proclamas, el que esperas que llegue a cada h… el que ahora mismo tal vez estén s… a bofetadas,
Cuando la magia estaba en bancarro… en esos días que se parecen tanto… de los cuervos (ya sin augurios la piedra filosof… ellos cogieron una idea,
Hay un hombre tirado junto al mar Pero no pienses que voy a describi… ahogado Un pobre hombre que se muere en la… Aunque lo hayan arrastrado las ola…
Los que se alejan siempre son los… sus dedos aferrados a las grandes… donde las madres guardan los sueño… En los andenes y en los aeropuerto… lo observan todo
Cada vez que regreso de algún viaj… me advierten mis amigos que a mi l… Y no es porque declare con aire so… lo hermoso que es el mundo o gesticule como si anduviera
Cada noche me libras de la corona turbia que amenaza las horas de mi felici… y llegas en puntillas lentamente y me arrancas los ojos de humanist…
Una muchacha se está muriendo entr… Dice que es la desconcertada de un… Que anduvo noche y día para encont… Que ama las piedras grises de mi c… Dice que tiene el nombre de la Re…
Si después que termina el bombarde… andando sobre la hierba que puede… entre las ruinas que en el sombrero de tu Obispo, eres capaz (lo imaginar que no est…
Niños: vestíos a la usanza de la reina Victoria y ensayemos a Shakespeare: nos ha enseñado muchas cosas. Sé tú el paje,
Se pueden ver a lo largo de toda… Verdes o rojos o amarillos, descas… y el sol, verdaderos paisajes de e… de guerra. El viento arranca los letreros de…
Mi hora vendrá, hará una seña en la escalera y subirá a mi cuarto donde arderá la estufa; si en Londres,
Siempre, más allá de tus hombros v… Chispea bajo los temporales. Es un pedazo de madera podrida, un… que alguien menea como a contracor… El mundo que nuestros cuerpos
¿A quién doy realidad cuando bajo de noche la escalera y veo al impasible caballero —con su ojo gris de estaño— esperando, acechando?