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Oye, hijo mío, el silencio. Es un silencio ondulado, un silencio, donde resbalan valles y ecos y que inclina las frentes
CIPRÉS Ciprés. (Agua estancada.) Chopo (Agua cristalina.)
Las gentes iban y el otoño venía. Las gentes iban a lo verde. Llevaban gallos
Duérmete, niñito mío, que tu madre no está en casa; que se la llevó la Virgen de compañera a su casa.
Pulpo petrificado. Pones cinchas cenicientas al vientre de los montes, y muelas formidables a los desfiladeros.
Pero como el amor los saeteros están ciegos. Sobre la noche verde, las saetas,
Chove en Santiago meu doce amor. Camelia branca do ar brila entebrecida ô sol. Chove en Santiago
Asesinado por el cielo, entre las formas que van hacia la… y las formas que buscan el cristal… dejaré caer mis cabellos. Con el árbol de muñones que no can…
Marzo pasa volando. Y Enero sigue tan alto. Enero, sigue en la noche del cielo.
La guitarra, hace llorar a los sueños. El sollozo de las almas perdidas, se escapa por su boca
La primera vez no te conocí. La segunda, sí. Dime si el aire te lo dice.
Antonio Torres Heredia, hijo y nieto de Camborios, con una vara de mimbre va a Sevilla a ver los toros. Moreno de verde luna
Crótalo. Crótalo. Crótalo. Escarabajo sonoro. En la araña
La niña va por mi frente. ¡Oh, qué antiguo sentimiento! ¿De qué me sirve, pregunto, la tinta, el papel y el verso? Carne tuya me parece,
Silencio de cal y mirto. Malvas en las hierbas finas. La monja borda alhelíes sobre una tela pajiza. Vuelan en la araña gris,