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En primavera, nidos y flores. En el verano, lo aguaceros. En el otoño, las hojas secas. Los aguinaldos en el invierno.
¡Que ruede la rueda de pan y canela! Que llegue al campo, que busque el trigo, que diga al agua
La Habana es como una hermosa, limpia, fresca, alegre casa: sus puertas, de par en par, invitan a visitarla. Aquel que a Cuba respete
Al mediodía, cristal el agua, cristal las hojas, cristal el día. Cristal, cristales,
¡Limón, limón! Limón agrio, limón criollo, limón dulce, limón chino,
Prende tus luces cocuyo de marzo: esta es la noche de hablar con el gallo. Compartiremos
El tomeguín del pinar con su collar amarillo ya pica en el alpistillo, ya rápido echa a volar. Y va del ateje al güin,
Le doy al niño de Chile la nueva patria que tengo: limpia y olorosa a limpio, patria dispuesta a quererlo como me quiere ella a mí,
Los pinares de la Isla por la costa van creciendo: quieren echarse a la mar y volverse marineros. Y las toronjas maduras
Porque no saben quererte me dicen que eres muy fea. Duerme... Duerme... Duerme, que te coge el gato y las tijeras muerden.
Ahí viene la gata de María Ramos, que tira la piedra y esconde la mano. Tírale una
Entre las lomas el día nace. Límpidas gotas la noche esparce sobre la hierba
La flor del tomillo buscaba una abeja: una abeja sola, una sola obrera. En el viejo pino
¡Tilín! ¡Tilán! Campana de oro de la mañana. ¡Tilín!
Zapatero de mi pueblo: usa clavitos de plata en el par de botas nuevas que quiero para mañana. Han de ser de cuero rojo,