#EscritoresCubanos #LaEdadDeOro
Por las mañanas Mi pequeñuelo Me despertaba Con un gran beso. Puesto a horcajadas
Sé de brazos robustos, Blandos, fragantes; Y sé que cuando envuelven El cuello frágil, Mi cuerpo, como rosa
De mis versos ¿qué me queda? No te diré yo quién soy. Nadie lo sabe: yo voy Como ola ardiente que rueda.
Para los niños es este periódico, y para las niñas, por supuesto. Sin las niñas no se puede vivir, como no puede vivir la tierra sin luz. El niño ha de trabajar, de andar, de estudiar, ...
¡Quién sabe si hay una niña que se parezca a Nené! Un viejito que sabe mucho dice que todas las niñas son como Nené. A Nené le gusta más jugar a «mamá», o «a tiendas», o «a hacer dulces...
Ganado tengo el pan: hágase el ver… y en su comercio dulce se ejercite la mano, que cual prófugo perdido entre oscuras malezas, o quien lle… a rastra enorme peso, andaba ha po…
¿Mi musa? Es un diablillo Con alas de ángel. ¡Ah, musilla traviesa. Que vuelo trae! Yo suelo, caballero
Hijo, en tu busca Cruzo los mares: Las olas buenas A ti me traen: Los aires frescos
Yo miro con un triste placer, como en la fiesta Del noble Jerez pálido la copa llena guían las blancas manos trémulas
De mi desdicha espantosa Siento, ¡oh estrellas!, que muero: Yo quiero vivir, yo quiero Ver a una mujer hermosa. El cabello, como un casco,
El enemigo brutal Nos pone fuego a la casa: El sable la calle arrasa, A la luna tropical. Pocos salieron ilesos
Esplendía su rostro; por los hombr… Rubias quedejas le colgaban; era Una caricia su sonrisa: era Ciego de nacimiento: parecía Que veía: tras los párpados callad…
El alma trémula y sola Padece al anochecer: Hay baile; vamos a ver La bailarina española. Han hecho bien en quitar
Si ves un monte de espumas, Es mi verso lo que ves: Mi verso es un monte, y es Un abanico de plumas. Mi verso es como un puñal
Bien: ya lo sé! La Muerte está se… A mis umbrales: cautelosa viene, Porque sus llantos y su amor no ap… En mi defensa, cuando lejos viven Padres e hijo. Al retornar ceñudo