#1981 #EscritoresUruguayos #PoemasDeLaOficina
Sé que no bastarían las mejores enredaderas del verano para cubrir el muro de mis lamentos lo curioso es que esos plañidos
Cuando a uno lo expulsan a patadas del sueño el amanecer es siempre una modorra se emerge de ese ensayo de muerte todavía sellado por la víspera
Vas a parir felicidad yo te lo anuncio tierra virgen tras resecarte dividida y no hallar nada que te alivie como un abono inesperado
El hecho de ser la única mujer entre seis hermanos me había mantenido siempre en un casillero especial de la familia. Mis hermanos me tenían (todavía me tienen) afecto, pero se ponían b...
No puede ser. Esta ciudad es de mentira. No puede ser que las palmeras se d… a acariciar la crin de los caballo… y los ojos de las putas sean tiern…
Viviste aquí por meses o por años trazaste aquí una recta de melanco… que atravesó las vidas y las calle… hace diez años tu adolescencia fue… te tajearon los muslos porque no q…
Cuando Jesús arrojó del templo a los estupefactos mercaderes los defenestrados juraron vengarse durante casi dos milenios se reuni… en Roma en París en Wall Street
Sólo una temporada provisoria, tatuaje de incontables tradiciones… oscuro mausoleo donde empieza a existir el futuro, a hacerse pie… Nada aquí, nada allá. Son las pal…
Un hombre alegre es uno más en el coro de hombres
Aliiiirio. Aliiiirio Bengoa. Demasiado clamor para ser escuchado a las siete y media de la mañana. Pero allí está el hombre, agitando los brazos desde la vereda de enfrente y gritando A...
La verdad es que grietas no faltan así al pasar recuerdo las que separan a zurdos y diestro…
Como esplende un sesentón cuando l… al bisoño que intentó conseguir el… asiento libre como bienquiere el contribuyente s… número cuatro en el momento de enf…
De vez en cuando la alegría tira piedritas contra mi ventana quiere avisarme que está ahí esper… pero me siento calmo casi diría ecuánime
Yo digo ¿no? esta mano que escribe mil doscientos y transporte y Enero
Montevideo quince de noviembre de mil novecientos cincuenta y cin… Montevideo era verde en mi infanci… absolutamente vrede y con travías muy señor nuestro por la presente