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De celeste y blanco viste el pueblecillo..., de blanco y celeste. Y el viejo a lo noble, joven a lo alegre,
Me siento, a veces, triste como una tarde del otoño viejo; de saudades sin nombre, de penas melancólicas tan lleno... Mi pensamiento, entonces,
Sé buena. Es el secreto. Llora, o… Que se asome a tus ojos y a tus la… la ternura de tu corazón, sin las… flores de trapo de la retórica van… ¡Oh la sabiduría en amor! ¡Si tú…
Arquitecturas instantáneas sobre una pausa suspendidas, apariciones no llamadas ni pensadas, formas de viento, insubstanciales como tiempo
Largas tardes campestres; alamedas rosadas; aire delgado que el aroma apenas sostiene de la acacia; huerto, pinar... Llanuras de oro v…
Atrás el cielo, atrás la luz y su navaja, atrás los muros de salitre, atrás las calles que dan siempre a… Atrás mi piel de vidrios erizados,
La hora cárdena... La tarde los velos se va quitando... El velo de oro..., el de plata. La hora cárdena... «Aún es temprano».
Ya están ambos a diestra del Padr… los dos santos varones, el chantre… el Grant Santo Domingo de Silos… y el Maestre Gonzalo de Berceo no… Yo veo al Santo como en la sabida…
Canto de soleares, hondo cantar del corazón, hondo cantar. Reina de los cantares. Madre del canto popular.
¡Qué bonita es la princesa! ¡Qué traviesa! ¡Qué bonita! ¡La princesa pequeñita de los cuadros de Watteau!
En cualquier parte hay un espejo, un poco de agua clara y un peine.… es bonita, ¡ya esta! La noche pasa… y el nuevo día llega. Y no se te conoce
Del color del lirio tiene Gerinel… dos grandes ojeras; del color del lirio, que dicen loc… de amor de la reina. Al llegar la tarde,
«Hijo, para descansar, es necesario dormir, no pensar, no sentir, no soñar...»
Ven, reina de los besos, flor de l… amante sin amores, sonrisa loca... Ven, que yo sé la pena de tu alegr… y el rezo de amargura que hay en t… Yo no te ofrezco amores que tú no…
Ardan todas las voces y quémense los labios; y en la más alta flor quede la noche detenida. Nadie sabe tu nombre ya;