center POR CUANTO El poeta es auriga y no caballo. POR TANTO El poeta manso debe ser distinguid…
Contra el tiempo, el caos y el aza… contra la duda y la rutina, contra el horizonte de los vastos… los faraones de la IV Dinastía Keops, Kefrén y Micerino
¿Quién habita la casa que habité, quién toca las maderas que toqué, quién ve los resplandores que yo v… quién vive las penumbras que viví, quién sueña en la ventana en que s…
Huimos en puntillas de nosotros: otras veces, poeta, nos fugamos vertiginosamente como potros, pero a poco de andar nos encontram… Veces hay en que huimos de nosotro…
Tengo la sana costumbre, por Feria y por Navidades, de hacerle largas visitas a mi discreto cadáver. Siempre que voy me lo encuentro
Me llevo bien con este hombre taci… infatigable y fornido al que llama… Es mi vecino. Sus hijos retozan c… Los críos lo despiden cuando el dí… y en las mañanas vienen a esperar…
Te me has ido mostrando con lentitud de abismo. (Ahora el viento se vuelve y extiende sobre el mar el rumor de la tierra.)
Ya podéis perdonarme: ya no soy malo. ya nada me asombra, por tanto nada me indigna, a nadie aborrezco,
De las flores de ese vaso, la más cautivadora es esa rosa a punto ya de incorpor… a la penumbra como el humo al viento.
¡Eh, Fernando!, esta vez el viaje es bien distinto… Este viaje es el más largo: dura las mil noches de la eternida… El tren sube—¡qué bien
Realmente somos fuertes: más duros que las piedras de río, que el acero de un cañón de costa, que el jiquí y el ácana
Señor, protege el desasosiego de este hombre, mira que el fuego en sus entrañas no cese, y bendice la penumbra
Discúlpenme, si pueden y si quieren, este discurso sumario, acaso ingenuo, acaso pretencioso, sobre el Poeta, la Palabra y la P…
Si yo supiera, como sabe el agua, discurrir y brillar entre guijarro… y ser espejo en la cerrada noche y vastedad de cielo en una alberca… si yo aprendiera a ser como es el…
¿Quién no te olvidará? ¿Pero quié… Al fin estas preguntas: ya no hay… Tú fuiste tibia, breve, tersa, sua… destinada al amor como las rosas. Para el que pasa y mira en tu sepu…