VOCES DE MI COPLA
VI - AGUA MUJER
#EscritoresAndaluces #EscritoresEspañoles #LaEstaciónTotal (1923-1936)
¿Que me vas a doler, muerte? ¿Es que no duele la vida? ¿Porqué he de ser más osado para el vivir esterior que para el hondo morir?
Platero y yo conocemos bien, de nuestras correrías nocturnas, el canto del grillo. El primer canto del grillo, en el crepúsculo, es vacilante, bajo y áspero. Muda de tono, aprende de sí...
Suele creerse que yo escribí “Platero y yo” para los niños, que es un libro para niños. No. En, “La Lectura”, que sabía que yo estaba con ese libro, me pidió que adelantase un conjunto ...
Nos la encontramos mi hermano y yo volviendo, un mediodía, del colegio por la callejilla. Era en agosto—¡aquel cielo azul Prusia, negro casi, Platero!—y para que no pasáramos tanto calo...
Murió, como un niño, el hijo de tu loco corazón y mi loco corazón. (¡Ay nuestro amor!) No sé si ríes o lloras
La puerta está abierta, el grillo cantando. ¿Andas tú desnuda por el campo? Como un agua eterna,
Sólo lo hiciste un momento. Mas quedaste, como en piedra, haciéndolo para siempre.
Como hemos venido a la Capital, he querido que Platero vea El Vergel... Llegamos despacito, verja abajo, en la grata sombra de las acacias y de los plátanos, que están cargados todavía....
Verde verderol ¡endulza la puesta del sol! Palacio de encanto, el pinar tardío arrulla con llanto
Cuando el amor se va, parece que se inmensa. ¡Cómo le aumenta el alma a la carne la pena! Cuando se pone el sol
¡El pozo!... Platero, ¡qué palabra tan honda, tan verdinegra, tan fresca, tan sonora! Parece que es la palabra la que taladra, girando, la tierra oscura, hasta llegar al agua fría. Mira...
El arroyo traía tanta agua, que los lirios amarillos, firme gala de oro de sus márgenes en el estío, se ahogaban en aislada dispersión, donando a la corriente fugitiva, pétalo a pétalo,...
No recuerdo... (Ya no viene el cavador que cavaba en el venero) No recuerdo... (Sobre la mina han caído
Mírala, Platero. Ahí viene, calle abajo, en el sol de cobre, derecha, enhiesta, a cuerpo, sin mirar a nadie... ¡Qué bien lleva su pasado belleza, gallarda todavía, como en roble, el pañ...
La media puesta de sol tiñe con su grana de oro mi otro medio corazón.