Octava fúnebre en el sepulcro de la Señora Reina Doña Margarita
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Éntrase el mar por un arroyo breve Que a recibillo con sediento paso De su roca natal se precipita, Y mucha sal no sólo en poco vaso, Mas en su ruina bebe,
Peinaba al sol Belisa sus cabello… Con peine de marfil, con mano bell… Mas no se parecía el peine en ella Como se escurecía el sol en ellos. En cuanto, pues, estuvo sin cogell…
¡Ayer deidad humana, hoy poca tier… Aras ayer, hoy túmulo, oh mortales… Plumas, aunque de águilas reales, Plumas son; quien lo ignora, mucho… Los huesos que hoy este sepulcro e…
Mientras por competir con tu cabel… Oro bruñido al sol relumbra en van… Mientras con menosprecio en medio… Mira tu blanca frente al lilio bel… Mientras a cada labio, por cogello…
Entre los sueltos caballos De los vencidos Cenetes, Que por el campo buscaban Entre la sangre lo verde, Aquel español de Orán
La Aurora de azahares coronada, Sus lágrimas partió con vuestra bo… Ni de las peregrinaciones rota, Ni de sus conductores esquilmada. De sus risueños ojos desatada,
¿Yo en justa injusta expuesto a la… De un positivo padre azafranado? Paciencia, Job, si alguna os han… Prolijos los escritos de su Encia… Consuelo me daréis, si no pacienci…
Amarrado al duro banco De una galera turquesca, Ambas manos en el remo Y ambos ojos en la tierra, Un forzado de Dragut
Érase una vieja de gloriosa fama, amiga de niñas, de niñas que labran. Para su contento
Caído se le ha un Clavel Hoy a la Aurora del seno: ¡Qué glorioso que está el heno, Porque ha caído sobre él! Cuando el silencio tenía
Hermana Marica, Mañana, que es fiesta, No irás tú a la amiga Ni yo iré a la escuela. Pondraste el corpiño
Ceñida, si asombrada no, la frente De una y otra verde rama obscura, A los pinos dejando de Segura Su urna lagrimosa, en son doliente… Llora el Betis, no lejos de su fu…
Escribís, oh Cabrera, del segundo Filipo las acciones y la vida, con que el cielo aquistó, si admir… Alto asunto, materia esclarecida, digna, Livio español, de vuestra p…
—¿De dónde bueno, Juan, con pedor… —Señora tía, de Cagalarache. —Sobrino, ¿y cuántos fuistes a Al… —Treinta soldados en tres mil gale… —¿Tanta gente?—Tomámoslo de veras
Cura que en la vecindad Vive con desenvoltura, ¿Para qué le llaman cura, Si es la misma enfermedad? El Cura que seglar fue,