A Ernesto Halffter.
#1924 #Canciones #EscritoresAndaluces #EscritoresEspañoles #EscritoresGranadinos #Generación27
Mi niña se fue a la mar, a contar olas y chinas, pero se encontró, de pronto, con el río de Sevilla. Entre adelfas y campanas
Noche de cuatro lunas y un solo árbol, con una sola sombra y un solo pájaro. Busco en mi carne las
Cirio, candil, farol y luciérnaga. La constelación de la saeta. Ventanitas de oro
Entre italiano y flamenco, ¿cómo cantaría aquel Silverio? La densa miel de Italia
Tierra seca, tierra quieta de noches inmensas. (Viento en el olivar,
Se trajo en el corazón un pez del Mar de la China. A veces se ve cruzar diminuto por sus ojos. Olvida siendo marino
Arbolé, arbolé seco y verdé. La niña del bello rostro está cogiendo aceituna. El viento, galán de torres,
Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas. El barco sobre la mar y el caballo en la montaña. Con la sombra en la cintura
De los cuatro muleros que van al campo, el de la mula torda, moreno y alto. De los cuatro muleros
Voces de muerte sonaron cerca del Guadalquivir. Voces antiguas que cercan voz de clavel varonil. Les clavó sobre las botas
Enrique, Emilio, Lorenzo. Estaban los tres helados: Enrique por el mundo de las camas;
Sobre el cielo negro, culebrinas amarillas. Vine a este mundo con ojos y me voy sin ellos. ¡Señor del mayor dolor!
Se quedaron solos: aguardaban la velocidad de las últ… Se quedaron solas: esperaban la muerte de un niño en… Se quedaron solos y solas
Sólo tu corazón caliente, Y nada más. Mi paraíso, un campo Sin ruiseñor Ni liras,
Hacia Roma caminan dos pelegrinos, a que los case el Papa, mamita, porque son primos,