A Ernesto Halffter.
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Dulce chopo, Dulce chopo, Te has puesto De oro. Ayer estabas verde,
El lagarto está llorando. La lagarta está llorando. El lagarto y la lagarta con delantalitos blancos. Han perdido sin querer
Mamá, yo quiero ser de plata. Hijo, tendrás mucho frío. Mamá.
Los días de fiesta van sobre ruedas. El tío-vivo los trae, y los lleva. Corpus azul.
Me han traído una caracola. Dentro le canta un mar de mapa. Mi corazón se llena de agua
Cuando sale la luna se pierden las campanas y aparecen las sendas impenetrables. Cuando sale la luna,
La Carmen está bailando por las calles de Sevilla. Tiene blancos los cabellos y brillantes las pupilas. ¡Niñas,
Los mozos de Monleón se fueron a arar temprano, ay, ay, para ir a la corrida, y remudar con despacio,
La cruz. (Punto final del camino.) Se mira en la acequia. (Puntos suspensivos.)
Juan Breva tenía cuerpo de gigante y voz de niña. Nada como su trino. Era la misma
Sobre el cielo verde, un lucero verde, ¿qué ha de hacer, amor, ¡ay!... sino perderse? Las torres fundidas
Salen los niños alegres De la escuela, Poniendo en el aire tibio Del abril, canciones tiernas. ¡Que alegría tiene el hondo
Cristo moreno pasa de lirio de Judea a clavel de España. ¡Miradlo por dónde viene!
Oye, hijo mío, el silencio. Es un silencio ondulado, un silencio, donde resbalan valles y ecos y que inclina las frentes
Ya viene la noche. Golpean rayos de luna sobre el yunque de la tarde. Ya viene la noche. Un árbol grande se abriga