A José F. Montesinos
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Se tendió la vaca herida; árboles y arroyos trepaban por sus… Su hocico sangraba en el cielo. Su hocico de abejas bajo el bigote lento de la baba.
La mar no tiene naranjas. ni Sevilla tiene amor. Morena, qué luz de fuego. Préstame tu quitasol. Me pondrá la cara verde,
En la redonda encrucijada, seis doncellas bailan. Tres de carne
Cirio, candil, farol y luciérnaga. La constelación de la saeta. Ventanitas de oro
¡Fita aquel branco galán, olla seu transido corpo! É a lúa que baila na Quintana dos mortos. Fita seu corpo transido,
La Lola canta saetas. Los toreritos la rodean, y el barberillo
Un bello niño de junco, anchos hombros, fino talle, piel de nocturna manzana, boca triste y ojos grandes, nervio de plata caliente,
Dulce chopo, Dulce chopo, Te has puesto De oro. Ayer estabas verde,
La señorita del abanico, va por el puente del fresco río. Los caballeros
Tú querías que yo te dijera el secreto de la primavera. Y yo soy para el secreto lo mismo que es el abeto. Árbol cuyos mil deditos
El mariquita se peina en su peinador de seda. Los vecinos se sonríen en sus ventanas postreras. El mariquita organiza
Marzo pasa volando. Y Enero sigue tan alto. Enero, sigue en la noche del cielo.
No duerme nadie por el cielo. Nad… No duerme nadie. Las criaturas de la luna huelen y… Vendrán las iguanas vivas a morder… y el que huye con el corazón roto…
Sobre el cielo verde, un lucero verde, ¿qué ha de hacer, amor, ¡ay!... sino perderse? Las torres fundidas
No te conoce el toro ni la higuera… ni caballos ni hormigas de tu casa… No te conoce tu recuerdo mudo porque te has muerto para siempre. No te conoce el lomo de la piedra,