Poesía de los jueces
Pensando en cómo te quiero siento un leve palpitar
Entre el proceso de quererte y que tanto me haz de juzgar
Si de norma se tratase una igual no encontraría
Para amarte necesito que despiertes tu en mis días
Que tu voz sea mi regazo y el martillo que he de oír
Sea un beso en la frente al despertarme y al dormir
Que entre horas no se pierda el cariño que hay en ti
Y a la hora de la merienda me vuelvas a repetir
Cuántos besos se te antojen, cuántas caricias sin par
Hasta el punto que empalaguen cuando me vaya acostar
Por mi parte me condenó día día sin pensé a quererte ciegamente y a tu risa no olvidar
A que cuando estemos bravos, no me ofusque y sin mediar.
siempre baje el tono amargo y podamos dialogar
Si tú irá aún persiste, me comprometo a conciliar
y entre bromas y te quieros el mal rato a de pasar
Cómo norma solo una que al dormir siempre hay que orar
Recordando al Dios del cielo el regalo que es amar
y por ningún motivo acostarnos disgustados pues las irás y rabietas las arreglan los juzgados.
