#1923 #EscritoresArgentinos #FervorDeBuenosAires
Heráclito camina por la tarde De Éfeso. La tarde lo ha dejado, Sin que su voluntad lo decidiera, En la margen de un río silencioso Cuyo destino y cuyo nombre ignora.
Dormías. Te despierto. La gran mañana depara la ilusión d… Te habías olvidado de Virgilio. A… Te traigo muchas cosas. Las cuatro raíces del griego: la t…
Por estos rojos laberintos de Lon… descubro que he elegido la más curiosa de las profesiones… salvo que todas, a su modo, lo son… Como los alquimistas
Es indudable que si bien hay muchos ingleses que conversan muy poco, hay muchísimos otros que no conversan. De ahí (tal vez) la no menos indudable excelencia del oral style o estilo con...
Cristo en la cruz. Los pies tocan… Los tres maderos son de igual altu… Cristo no está en el medio. Es el… La negra barba pende sobre el pech… El rostro no es el rostro de las l…
Aquí otra vez, los labios memorabl… He persistido en la aproximación d… He atravesado el mar. He conocido… He querido a una niña altiva y bla… He visto un arrabal infinito donde…
Allá por el Maldonado, que hoy corre escondido y ciego, allá por el barrio gris que cantó el pobre Carriego, tras una puerta entornada
Tango que he visto bailar contra un ocaso amarillo por quienes eran capaces de otro baile, el del cuchillo. Tango de aquel Maldonado
Caminas por el campo de Castilla y casi no lo ves. Un intrincado versículo de Juan es tu cuidado y apenas reparaste en la amarilla puesta del sol. La vaga luz delira
Nadie puede escribir un libro. Pa… que un libro sea verdaderamente, se requieren la aurora y el ponien… siglos, armas y el mar que une y s… Así lo pensó Ariosto, que al agra…
Si (como afirma el griego en el C… el nombre es arquetipo de la cosa en las letras de “rosa” está la ro… y todo el Nilo en la palabra “Nil… Y, hecho de consonantes y vocales,
Los sueños son el género; la pesadilla, la especie. Hablaré de los sueños y, después, de las pesadillas. Estuve releyendo estos días libros de psicología. Me sentí singularmente defraud...
Nadie vio la hermosura de las call… hasta que pavoroso en clamor se derrumbó el cielo verdoso en abatimiento de agua y de sombra… El temporal fue unánime
Olorosa como un mate curado la noche acerca agrestes lejanías y despeja las calles que acompañan mi soledad, hechas de vago miedo y de largas l…
Servando Cardoso el nombre y Ño Calandria el apodo; no lo sabrán olvidar los años, que olvidan todo. No era un científico de esos