Recogido por Esteban Peicovich en su libro "Borges, el palabrista"
#EscritoresArgentinos
Debo a la conjunción de un espejo y de una enciclopedia el descubrimiento de Uqbar. El espejo inquietaba el fondo de un corredor en una quinta de la calle Gaona, en Ramos Mejía; la enci...
El sueño que Pedro Henríquez Ureña tuvo en el alba de uno de los días de 1946 curiosamente no constaba de imágenes sino de pausadas palabras. La voz que las decía no era la suya pero se...
¿Qué habrá soñado el Tiempo hasta ahora, que es, como todos los ahoras, el ápice? Ha soñado la espada, cuyo mejor lugar es el verso. Ha soñado y labrado la sentencia, que puede simular ...
Una de las dos calles que se cruzan puede ser Andes o San Juan o Bermejo; lo mismo da. En el inmóvil atardecer Ezequiel Tabares espera. Desde la esquina puede vigilar, sin que nadie lo ...
El olor del café y de los periódic… El domingo y su tedio. La mañana y en la entrevista página esa vana publicación de versos alegóricos de un colega feliz. El hombre viej…
Qué no daría yo por la memoria de una calle de tierra con tapias… y de un alto jinete llenando el al… (largo y raído el poncho) en uno de los días de la llanura,
Mis libros (que no saben que yo ex… son tan parte de mí como este rost… de sienes grises y de grises ojos que vanamente busco en los cristal… y que recorro con la mano cóncava.
Alguien ya contó los días, Alguien ya sabe la hora, Alguien para Quien no hay ni premuras ni demora. Albornoz pasa silbando
Ya las lustrales aguas de la noche… de los muchos colores y de las muc… Ya en el jardín las aves y los ast… el regreso anhelado de las antigua… del sueño y de la sombra. Ya la so…
Dicen (lo cual es improbable) que la historia fue referida por Eduardo, el menor de los Nelson, en el velorio de Cristián, el mayor, que falleció de muerte natural, hacia mil ochociento...
Como todos los hombres de Babilonia, he sido procónsul; como todos, esclavo; también he conocido la omnipotencia, el oprobio, las cárceles. Miren: a mi mano derecha le falta el índice. ...
Quiero dejar escrito, acaso por primera vez, uno de los hechos más raros y más tristes de nuestra historia. Intervenir lo menos posible en su narración, prescindir de adiciones pintores...
Suyo fue el ejercicio generoso De la amistad genial. Era el herm… A quien podemos, en la hora advers… Confiarle todo o, sin decirle nada… Dejarle adivinar lo que no quiere
Lo barroco se impone entre el escrito y el lector. Por otro lado, el barroquismo es como un pecado de vanidad: parece como si el escritor barroco estuviera pidiendo que se lo admire. Se...
En busca de la tarde fui apurando en vano las calles. Ya estaban los zaguanes entorpecid… Con fino bruñimiento de caoba la tarde entera se había remansado…