#EscritoresVenezolanos
Al hombre mozo que te habló de amo… dijiste ayer, Florinda, que volvie… porque en las manos te sobraban fl… para reírte de la Primavera. Llegó el Otoño: cama y cobertores
La diezmillonésima parte de un tiburón multiplicada diez millones de vece… El Caribe es la distancia más cor… que hay del Río a la Muerte.
Río de las Siete Estrellas, camino del Libertador, sangre del Corazón de América, ¡aorta que no sale del corazón! Río delgado de las fuentes
No son para la Lira manos que odi… ¡para cantarte me he pulsado el al… Con un temblor de novia que se ini… con un azoramiento de novicia, el candor de las páginas, rebaño d…
Luna de abril, descotada, con aguazal circunscrito, desnuda, con desnudez pura de pecho con niño. Luna llena, ubre de vaca,
Madre: esta noche se nos muere un… En esta ciudad grande, todos están… zambombas, serenatas, gritos, ¡ah,… claro, como todos tienen su madre… ¡Yo estoy tan solo, madre,
En Angostura, el río se hace delgado y profundo como un… tiene la intensidad de una idea que le pone la arruga a la Piedra… En Angostura, el agua
Una Pumé, la Hija de un Cacique… fue conmigo una noche, por las tie… verdes, que hacen un río de verdur… entre el azul del Arauca y el azul… Entre los gamelotes
Me muero por preguntarte si es igual o es diferente querer y amar, y si es cierto que yo te amo y tú me quieres. —Amar y querer se igualan
Cuando se tiene un hijo, se tiene al hijo de la casa y al d… se tiene al que cabalga en el cuad… y al del coche que empuja la insti… y al niño gringo que carga la crio…
De un amor que pasó, como un paisa… visto del tren, cuando se va de vi… de un romance de un mes, en un cob… del llano, una mujer me dejó un hi… Ella murió, y abrieron una fosa,
Vuelvo los ojos a mi propia histor… Sueños, más sueños y más sueños...… más gloria... odio... un ruiseñor… y asómbrame no ver en toda ella ni un rasgo, ni un esbozo, ni una…
En la esquina de Miracielos agoniza la tradición. ¿Qué mano avara cortaría el limonero del Señor...? Miracielos; casuchas nuevas,
La prueba, oh mi fuerte Orinoco, te filtró to… Tú mismo, desordenado, pródigo,
Dijo el hombre a la Hilandera: a la puerta de su casa: —Hilandera, estoy cansado, dejé la piel en las zarzas, tengo sangradas las manos,