Horizonte de Recuerdos
Esta es mi redención, el dolor que me causé fue mi absolución, me dejo ir y le digo adiós, a toda la violencia que alguna vez habitó dentro de mí.
Finalmente puedo ver, finalmente me despierto, nunca estuve perdido, sólo enceguecido, arde este falso retrato de quién nunca en realidad fuí.
Conocí a Dios, conocí al Diablo, intenté buscarme en cada uno y no pude diferenciar entre ninguno de los dos, pensé que había llegado a mi final... Pero simplemente acabo de empezar.
Con el corazón latiendo otra vez y mis pulmones ardiendo cómo la primera vez, la vida rebosa dentro de mi, y no descansaré hasta estar completo, por última vez.
El fantasma de lo que fuí ya no acecha más, lo miro a los ojos y ya no tengo miedo de volver atrás.
Siempre hubo luz en medio de tanta oscuridad, cómo una luciérnaga esta noche mi alma vuelve brillar, y bajo la luz de esta nueva luna, prometo jamás marchitar.
